En el Fuerte de San Fernando, ubicado en la isla de Tierra Bomba, frente a Cartagena, se conserva una de las colonias de murciélagos más singulares del país. Allí habitan más de 10.000 ejemplares de especies poco comunes en Colombia, como Pteronotus personatus, Pteronotus gymnonotus, Pteronotus fuscus y Mormoops megalophylla.

Investigadoras de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) analizaron los registros históricos de estos murciélagos a lo largo de seis décadas. Para ello compararon ejemplares preservados desde 1966 en las colecciones del Instituto de Ciencias Naturales con individuos capturados entre 2020 y 2025.

El estudio permitió establecer que las especies han experimentado modificaciones notorias en sus características corporales, reflejadas en variaciones de tamaño, longitud de orejas, patas, antebrazos y alas.

Datos específicos del estudio

El análisis detallado mostró que Mormoops megalophylla, especie conocida como murciélago bigotudo, presenta hoy orejas y patas considerablemente más pequeñas que las de los ejemplares registrados hace seis décadas.

Los animales han sufrido varios cambios a lo largo de los años. | Foto:

En contraste, Pteronotus personatus exhibe un crecimiento en la longitud de sus antebrazos, alcanzando un aumento cercano al 10 %, lo que implica una mayor superficie alar y posibles cambios en sus hábitos de vuelo.

De acuerdo con los datos recopilados, estas transformaciones corporales se relacionan con procesos de adaptación a nuevas condiciones ambientales. En el área donde se asienta la colonia, el bosque seco tropical ha sufrido una fuerte reducción, la disponibilidad de agua es cada vez más limitada y el crecimiento urbano ha transformado el paisaje.

Además, se documentó la presencia de factores de estrés derivados de la acción humana, como ruidos intensos en los alrededores del fuerte, lanzamiento de objetos e incluso el hostigamiento directo contra los animales en su refugio.

Posibles vías de conservación

El equipo científico liderado por la bióloga Aída Otálora Ardila, de la UNAL, plantea la necesidad de implementar medidas de protección que involucren a la comunidad. Una de las propuestas es promover el turismo científico de naturaleza en el Fuerte de San Fernando, con recorridos guiados que permitan conocer la colonia sin perturbarla y que, al mismo tiempo, fortalezcan la conciencia ambiental de los visitantes.

Las investigadoras concluyeron en que se pueden presentar más cambios a lo largo de los años. | Foto:

Otra iniciativa consiste en diseñar protocolos de monitoreo ciudadano para seguir de cerca la salud de los murciélagos. Entre ellos se incluyen registros fotográficos, observaciones de comportamiento y la participación de grupos locales en actividades de divulgación.

Las investigadoras también han trabajado con niños de la zona, fomentando el interés por estas especies y destacando su papel en el control de insectos y en el equilibrio ecológico del Caribe colombiano. Los hallazgos evidencian procesos de adaptación frente al cambio climático, la pérdida de hábitat y la presión directa de actividades humanas.

Parte de este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de El País*