En la celebración conocida como el rito del Consistorio, que se llevó acabo este sábado 30 de septiembre, el papa Francisco creó a 21 cardenales de varios países, entre ellos el nuevo representante colombiano ante la Santa Sede.

Entre ellos estaba el arzobispo de Bogotá y Primado de Colombia, monseñor Luis José Rueda Aparicio, quien es el nuevo cardenal para Colombia.

En esta ceremonia, que se dio lugar en el atrio Plaza de San Pedro, en Roma, el sábado 30 de septiembre, fueron ocho hispanos quienes recibieron la bendición del papa Francisco, el colombiano, un venezolano, tres argentinos y tres españoles.

Un rito cargado de símbolos del cristianismo, el nuevo cardenal Luis José Rueda Aparicio, a sus 61 años y vestido con sotana de rojo escarlata, escucho del papa “Llamamos a algunos de nuestros hermanos para entrar al Colegio Cardenalicio, para que, quedando unidos con un vínculo más cercano a la Sede de Pedro, se conviertan en miembros del clero de Roma, y cooperen más intensamente a nuestro servicio apostólico”.

La segunda parte del consistorio fue la profesión de fe y el juramento de fidelidad al Santo Padre y a sus sucesores. Luego, todos oraron el “Credo”.

Rueda Aparicio fue ordenado sacerdote el 23 de noviembre de 1989.

¿Quién es el nuevo cardenal?

Nació en San Gil, Santander, e hizo sus estudios teológicos en el Seminario Mayor Arquidiocesano de Bucaramanga. Desde el 2020 se desempeñaba como el arzobispo #46 de Bogotá, primado de Colombia.

“Es un hombre ponderado, equilibrado, representa una apuesta del papa Francisco por la continuidad del estilo del cardenal Salazar. Un estilo caracterizado por la prudencia y moderación, ajeno a los extremos y por ello un hombre capaz de construir puentes de comunión y entendimiento”, expresó monseñor Pedro Mercado, presidente del Tribunal Eclesiástico de Bogotá.

Como arzobispo de Bogotá, ha tenido que enfrentar los efectos de la pandemia de COVID-19 en Colombia, y los problemas sociales que derivaron en el Paro Nacional de 2021, donde ha mostrado una postura de diálogo.

Signos de la ceremonia

En esta ceremonia se le entregaron los signos del cardenalato al Monseñor Luis José Rueda Aparicio, un birrete cardenalicio, que significa estar dispuesto para actuar con valentía y sacrificio por la fe cristiana.

También le fue puesto el anillo en el dedo anular de la mano derecha y una oración de Santo Padre “Recibe el anillo de la mano de Pedro y sabe que tu amor por la Iglesia se ve reforzada por el amor del príncipe de los Apóstoles.”

También se les entrega un documento en pergamino, la Bula de su creación, para Rueda Aparicio es “cardenal presbítero”, por tener sede episcopal en Colombia y se le confirió la parroquia San Lucas en vía Prenestina en Roma, donde él puede celebrar la eucaristía cada vez que se encuentre en Italia.

El papa ha señalado que los gobiernos del mundo no tienen qué temer a la iglesia católica, aduciendo que la institución no tiene agenda política. | Foto: AP Foto/Gregorio Borgia

Símbolos del nuevo cardenal

En la tradición católica eclesiástica, cuando un obispo asume este nuevo cargo, personaliza su escudo de armas, que sirve como una identificación eclesiástica única entre los obispos.

En el escudo del Cardenal Rueda Aparicio, se destaca un sombrero cardenalicio rojo con 15 borlas también en rojo a cada lado, lo que representa su título patriarcal. Este sombrero es un símbolo distintivo de su nuevo rol como cardenal.

El escudo de armas se presenta en un estilo dividido en dos partes, siguiendo el diseño español. En el lado izquierdo, se encuentra una imagen de una Vid y un Sarmiento, mientras que en el lado derecho se representa una Estrella Mariana de ocho puntas, ambos elementos en color plata.

Tarjeta- recordatorio entregado, al finalizar la visita de cortesía, a todos los asistentes a la posesión de los cardenales. | Foto: El País

La elección de la Vid y el Sarmiento hace referencia al lema seleccionado por el Cardenal Rueda Aparicio: “Permanezcan en mi Amor”. Este lema está basado en un pasaje bíblico donde Jesús se describe como la Vid y los creyentes como los Sarmientos, simbolizando la unión y la dependencia de los fieles del amor divino.