Habitantes del sector Río Lili, en el sur de Cali, en la Comuna 22, reportaron a El País Denuncia que desde hace más de seis años enfrentan una grave problemática.
Lo anterior, se debe a la operación persistente de transporte informal hacia Jamundí, también conocidos como ‘Piratas’, quienes han invadido el sector.
Uno de los sectores es la Carrera 100 con Calle 16, frente a la Estación Universidades del MÍO.
Y es que, según dicen los vecinos, esto ha convertido esta zona residencial en un terminal improvisado, el cual genera inseguridad, congestión y deterioro en la calidad de vida.
Panorama en el sur de la ciudad
En un recorrido que realizó un equipo de El País Denuncia, evidenció que justo en la entrada al barrio Ciudad Jardín, en la Comuna 22 de Cali, se aprecia una alta presencia de transporte informal, que, según reiteran los habitantes de la zona, ha convertido esta zona residencial en un punto de partida hacia Jamundí.
“Desde hace más de seis años debemos convivir diariamente con vehículos ‘piratas’, ruido excesivo, vendedores ambulantes, habitantes de calle y una evidente pérdida de tranquilidad”, manifestó un habitante de la zona.
La comunidad reiteró que el tráfico de este tipo de transporte se intensifica entre las 4:00 a.m. y las 8:00 p.m., momento en el que las calles del barrio se congestionan, afectando la movilidad y generando molestias.
En el proceso de investigación, El País, se dirigió al punto exacto donde fue la denuncia, en el que se presenció más de 6 vehículos operando y las largas filas de personas para adquirir este servicio.
Uno de los residentes le dijo a este medio que, aunque ocasionalmente se realizan operativos de control por parte de las autoridades de tránsito, la presencia de estos vehículos se desvanece “como por arte de magia” durante las inspecciones, solo para volver inmediatamente después.
Los habitantes aseguran que el entorno se ha transformado en un “terminal clandestino”, acompañado de problemas como la acumulación de basura, uso de las zonas comunes como baños públicos y tránsito constante de personas ajenas al vecindario.
“Las propiedades se están desvalorizando día tras día. Pagamos impuestos de estrato seis y no podemos vivir en paz”, expresó uno de los residentes, refiriéndose al descontento con las condiciones actuales del sector.
Respuesta de Movilidad: operativos y trabajo conjunto
Ante estas denuncias, El País contactó a la Secretaria de Movilidad de Cali, a lo que Sergio Moncayo, subsecretario de la entidad, explicó que los operativos se han intensificado recientemente debido al desplazamiento del transporte informal desde la zona de universidades hacia Ciudad Jardín, como efecto colateral de controles anteriores.
“En estos operativos se presentan en algunos momentos temas de agresiones hacia nuestros agentes o intentos de asonadas contra nuestros agentes”, señaló Moncayo.
A pesar de este proceso, el funcionario admitió que no es posible mantener vigilancia continua en el sector.
“No podemos tener agentes 24 horas del día en un solo punto. Nos enfocamos en las horas pico, pero debemos atender otras zonas también afectadas en Cali”, afirmó.
Moncayo reconoció que el fenómeno no se limita a Río Lili y que, desde tiempo atrás, se ha descuidado el control al transporte informal en la ciudad.
Aunque, según manifestó, desde esta Administración se han retomado los controles, aún enfrentan limitaciones logísticas y operativas.
En cuanto a la ocupación del espacio público por parte de los vehículos informales, el Subsecretario mencionó que el asunto está siendo abordado en conjunto con la Secretaría de Seguridad y Justicia para determinar las medidas que se emplearán.
De igual forma, pese a que la Administración asegura estar tomando acciones para mitigar la problemática del transporte informal en el sector de Río Lili, los residentes siguen a la espera de que esta problemática llegue a su fin para, según dicen, poder volver a tener tranquilidad en el sector.