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El teletrabajo es uno de los cambios más evidentes tras dos años de pandemia. La tendencia del mundo será mantenerlo, aunque al principio se optará por la semipresencialidad. | Foto: Especial para El País

PANDEMIA

Los profundos cambios del mundo después de dos años de pandemia del covid-19

El 8 de diciembre de 2019 fue el día en que se diagnosticó al primer paciente de covid. Desde entonces se inició lo que los sociólogos han llamado “la revolución no planeada más importante de la historia moderna”: Crónica del nuevo mundo.

5 de diciembre de 2021 Por: Santiago Cruz Hoyos

Aún no hay un consenso sobre quién es el paciente uno de covid. Las autoridades chinas aseguran que se trataría de una persona de 55 años que vive en la provincia de Hubei, cuyo contagio se habría confirmado el 17 de noviembre de 2019.

El virólogo Michael Worobey dice por el contrario que el primer caso fue el de un vendedor de pescado que trabajaba en el mercado de Wuhan, la ciudad china donde comenzó la pandemia. La OMS declaró oficialmente el 8 de diciembre de 2019 como el día en el que se detectó al primer enfermo.

Lo único cierto es que se cumplen dos años de una pandemia que el mundo suponía que desaparecería en cuestión de días, luego semanas, después quizá meses, y hoy el escenario más factible es una endemia: la humanidad tendrá que convivir con el SARS-CoV-2, y sus múltiples variantes (ahora ómicron) así como lo ha hecho con la gripa y tantas otras enfermedades. La diferencia es que ninguna transformó de una manera tan rotunda a la especie humana.

El sociólogo Carlos Charry, director de la maestría y el doctorado en Estudios Sociales de la Universidad del Rosario, no tiene dudas: la pandemia ha producido la transformación social no planeada más definitiva de los últimos 200 años. Él lo equipara a una revolución como la Francesa, la Industrial o la llegada de Internet. El covid obligó a los seres humanos a transformar su manera de interactuar en cualquier rincón de la Tierra.

El ejemplo más evidente es el teletrabajo, y la cada vez mayor dependencia a la tecnología. Los encuentros con el otro ahora los median las pantallas, por lo que cada vez se prefiere que sean grandes y de altas resoluciones, 4k en lo posible. La pandemia ha influido hasta en la manera en que se diseñan los celulares.

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— Obviamente va a haber un efecto de resistencia cuando la pandemia vaya cediendo. Las universidades plantean volver a clases, como algunas empresas e instituciones, pero la gente probó lo bueno y lo malo de la virtualidad, así que el mundo en los próximos años tenderá a la semipresencialidad. No tiene sentido atravesarse la ciudad para asistir a una reunión o realizar un trabajo que se puede hacer desde la casa. En 30 o 40 años, la tendencia definitiva se inclinará por la virtualidad. Los encuentros con personas cara a cara van a ir cediendo en importancia. Serán cada vez más selectivos – dice Charry.

Ello sin embargo puede generar consecuencias graves. Lo viene advirtiendo el filósofo surcoreano Byung-Chul Han: la pandemia ha destruido la dinámica social, al acabar con los rituales, las costumbres de crear experiencias junto a otros.

“Ni siquiera está permitido darse la mano. La distancia social destruye cualquier proximidad física. La pandemia ha dado lugar a una sociedad en la que se pierde toda experiencia comunitaria. Como estamos interconectados digitalmente, seguimos comunicándonos, pero sin experiencias comunitarias que nos haga felices. El virus aísla a las personas. Agrava la soledad y el aislamiento que, de todos modos, dominan nuestra sociedad. Los coreanos llaman ‘corona blues’ a la depresión como consecuencia de la pandemia”, dijo Han en días de confinamiento.

El ‘corona blues’ no es exclusivo de Corea, por supuesto. La depresión generalizada es otro gran ‘síntoma’ de la revolución de la pandemia. Andrés Jiménez, coordinador de la línea 106 de salud mental de Cali, dice que entre enero y noviembre del año 2021, la línea atendió 3.105 llamadas de personas que aseguraron estar deprimidas.

Y no es una cuestión de estratos sociales. La móvil que atiende los casos en terreno, un Chevrolet Beat en el que viajan psicólogos y paramédicos, ha debido desplazarse tanto a barrios populares como a hoteles cinco estrellas para escuchar a ciudadanos afectados por esta situación.

La OMS ha considerado “probable” que la nueva variante se extienda por todo el mundo, sobre todo porque un estudio sudafricano descubrió que el riesgo de volver a contraer el covid es tres veces mayor con ómicron que con las variantes beta y delta.

— La pandemia ha golpeado a la gente en su productividad, sus niveles de ingresos económicos, y eso ya de por sí genera una situación de desesperanza. Esa es una de las vías por la cual se ha desencadenado la depresión. Lo otro es el aislamiento social al que han sido sometidas las personas, lo que afecta sobre todo a los ancianos. Y hay otros factores, como las personas que se enfermaron gravemente y quedaron con efectos secundarios. Es lo que se conoce como ‘long covid’, el covid de larga duración, y sus múltiples secuelas. Y por supuesto la cantidad de muertos que ha producido la pandemia y lo que significa para las familias la pérdida de seres queridos, con un agravante: no se procesa el duelo como tradicionalmente se hace. El ritual que tenemos frente a la muerte no es posible en el contexto pandémico. Son miles las familias que no volvieron a tener contacto con ese ser querido que ingresó a una UCI y sale convertido en cenizas. Y además no se puede realizar el sepelio con toda la familia por las medidas de bioseguridad. El proceso de duelo y acompañamiento se ha reducido a la mínima expresión – dice el psiquiatra Carlos Climent.

En sus consultas, el doctor Climent ha identificado que otra gran consecuencia de la revolución de la pandemia es el aumento de los divorcios. Se debe a lo que él ha denominado el ‘24/7’. Las parejas con problemas vivían más o menos tolerándose en la cotidianidad porque cada uno trabajaba por fuera de la casa. Apenas se veían por la noche.

Y de pronto, del porrazo, se vieron obligados a convivir 24 horas, 7 días a la semana, bajo el mismo techo, teletrabajando. Eso produce un desgaste y un deterioro de la relación. Hay una necesidad grande de oxigenar las relaciones y tener espacios por fuera de las mismas. Las parejas que han sobrevivido al 24/7 son muy sólidas, dice el doctor Climent, pero han sido miles las que se resquebrajaron por la pandemia.

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En los primeros ocho meses de 2021, los divorcios en Colombia aumentaron un 61,6% respecto al mismo periodo de 2019, según los reportes del Supernotariado. Entre enero y agosto, 16.657 parejas decidieron separarse.

Aunque la revolución de la pandemia ha traído avances alentadores. La ciencia se vio obligada a generar conocimiento a velocidades sin precedentes. En los tiempos del covid se exige que las respuestas sean rápidas y certeras.

La epidemióloga de la Universidad del Valle, Lyda Osorio, menciona que en apenas 12 días, menos de lo que duran unas vacaciones en Colombia, los científicos hallaron el genoma completo del virus que causa el covid. Y gracias a ese genoma lograron identificar los blancos para las vacunas. La nueva velocidad de la ciencia repercutirá en próximas investigaciones.

— La pandemia evidenció la capacidad científica que hay en el planeta y la importancia de la ciencia para la sociedad. Se demostró que es fundamental para nuestra supervivencia y por ello los gobiernos deberán invertir más en ella. Y esto también conduce a que las nuevas generaciones seleccionen para sus vidas una carrera científica – dice la doctora Lyda, y es cierto.

Marcela Erazo, la estudiante caleña de 20 años que acaba de obtener el puntaje perfecto del Icfes después de seis intentos, decidió estudiar medicina en parte debido a la pandemia: su padrino murió de covid.

— Esa experiencia me dio un ‘empujón’ para querer ser parte del sistema de salud y ayudar a quienes estén pasando por momentos tan difíciles.
El profesor titular de la Universidad del Valle, Luis Carlos Castillo, doctor en sociología, cree también que la revolución de la pandemia está causando cambios sutiles en la cultura que se acentuarán en pocos años. En el caso de los caleños, los colombianos en general, que expresamos el afecto con el contacto físico, besos y abrazos, incluso con desconocidos (no teníamos problema en abrazarnos en el estadio con el de al lado cuando hacía gol nuestro equipo), el miedo al contagio ha hecho tomar distancia, incluso ahora, cuando hay una relativa ‘normalidad’ después de las cuarentenas. En la era de la pandemia las relaciones están permeadas por el miedo hacia el otro.

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El profesor Castillo añade que el virus que causa el covid le demostró a la especie humana lo endeble que es, lo vulnerable que es, y esa enseñanza es posible que transforme a una sociedad que se construyó con la idea de que el hombre es el centro de todo, lo que nos hizo insensibles en relación a la naturaleza. La revolución de la pandemia acentuará la conciencia por el cuidado del medio ambiente, la certeza de que la salud individual depende también de la salud de los otros seres vivientes.

Pero eso será en el largo plazo. Por ahora, tras el levantamiento de las restricciones a la movilidad, se vive en una especie de euforia consumista, motivada también por la mencionada dependencia a la tecnología. En Colombia, en el segundo día sin IVA, se vendieron $10.7 billones.

Por otro lado, el profesor Castillo recuerda que la pandemia evidenció enormes desigualdades sociales en todo el mundo. Los cálculos más conservadores dicen que 15 millones de personas han muerto a causa del covid. No existe un número preciso debido a los subregistros. Lo que sí está comprobado es que la mayoría de los que han muerto eran pobres. Como lo manifestó el filósofo surcoreano Byung-Chul Han, la muerte no es tan democrática como se pensaba.

En Colombia, según los datos del Dane, el 69% de los fallecidos por covid son del estrato 1 y 2; aquellos que no se podían dar el lujo de teletrabajar o quedarse en la casa en cuarentena, pues eso significaba no tener con qué comer. Aunque también es cierto que la mayoría del país es pobre. Son 21,02 millones las personas que subsisten con menos de $331.688 mensuales. Por otro lado, menos del 1% de la población que ha muerto por covid pertenece al estrato seis, que son minoría tanto en Colombia como en Latinoamérica.

El profesor Castillo señala igualmente que la pandemia introdujo cambios en la educación. Los estudiantes toman las clases desde su casa o desde el centro comercial o una playa o mientras conducen. El profesor sospecha que se ha perdido calidad en los procesos de transmisión del conocimiento, y las consecuencias están por verse. No es lo mismo que el ‘face to face’, dice.

En las empresas también ha habido una revolución. Lo más probable es que los grandes edificios y fábricas no solo estén cada vez más vacíos debido al trabajo remoto, sino que las compañías terminarán compartiendo sus infraestructuras con otras empresas para reducir costos.

— El principal mensaje que dejó la pandemia para las empresas es que las estructuras productivas más diversificadas fueron aquellas capaces de enfrentarse o resistir de mejor forma fenómenos adversos como el virus. La economía del Valle, de hecho, estuvo entre las economías que menos se contrajeron e incluso varios de sus sectores crecieron por la capacidad de adaptación al contexto de la pandemia y por la demanda ante la variedad de sus ofertas. Ahora, en el corto plazo, lo más probable es que la industria de seguros va a registrar un crecimiento en la medida en que tanto los hogares como las empresas evidenciaron que existen riesgos que cuando se materializan, como una pandemia, pueden tener costos catastróficos. La cobertura de esos riesgos a través del esquema de aseguradoras será valorado de mejor forma – dice Carlos Andrés Pérez, el director Económico y de Competitividad de la Cámara de Comercio de Cali.

Sin embargo, los grandes cambios de la revolución de la pandemia aún están por verse y analizarse. El sociólogo Carlos Charry considera que el covid nos está transformando despacio, como una gota que cae sobre el piso y que luego, en 40 o 50 años, generará un enorme cráter en el comportamiento del ser humano.

¿La pandemia hizo que manejáramos más rápido?

El estudio lo hizo WRI Ross Center for Sustainable Cities: en pandemia, aumentó el porcentaje de vehículos que transitaban a más de 50 km por hora. No solo en Cali, donde en los días del confinamiento y con las calles vacías se redujeron los siniestros viales, pero los que se presentaron fueron más graves, por lo regular con heridos o muertos. En Nueva York las colisiones mortales aumentaron de 1.2 a 3.2; y en todo Estados Unidos, durante 2020, 38.680 personas murieron en siniestro de tránsito, la mayor cantidad de muertes proyectada desde 2007.

Extrañamente lo mismo ocurrió en Francia, donde pese a la reducción general de colisiones y muertes, la tasa de fallecidos en los siniestros viales fue un 70% más alta. Y en Londres, las infracciones por exceso de velocidad aumentaron un 236% en los días del confinamiento.

Los expertos en movilidad se lo atribuyen a eso: las calles desocupadas por la cuarentena invitaban a acelerar. Pero detrás también había en el inconsciente una necesidad de escape, de liberarse de las restricciones.
Solo en diciembre de 2020, cuando en Cali se levantaron de a poco las medidas que limitaban la movilidad, se reportaron 46 muertos en eventos de tránsito.

"Aunque la nueva variante parece ser altamente contagiosa, la OMS dijo que no había recibido “ningún informe de muertes relacionadas con ómicron".

Es cierto entonces: la revolución de la pandemia nos llevó a conducir más rápido, sobre todo en días como los actuales, de una aparente sensación de libertad, lo que genera una euforia colectiva.

Por eso el llamado de los epidemiólogos al autocuidado. No solo conduciendo, levantando el pie del acelerador, sino también en los encuentros familiares. Diciembre y enero, recuerda la doctora Lyda Osorio, son meses en los que por nuestra cultura, interactuamos más.

Se aumenta la tasa de contacto, como los riesgos de contagiarse. Y aún en Colombia se encuentra la variante delta del virus que causa el covid, que es más transmisible. Encima se teme la llegada de la variante ómicron.

— Todavía no hemos pasado por el pico de la variante delta. Y ese es mi temor, que en esta época de encuentros familiares y eventos masivos se incrementen los contagios. Por eso insistimos en el autocuidado: lavarse las manos, abrir ventanas para que circule el aire, el distanciamiento físico. Debemos seguir protegiéndonos de la pandemia – dice la doctora Lyda Osorio.

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