¿Dónde terminan los carros y las motos que se roban en Cali?

Una motocicleta hurtada en Cali o cualquier otro municipio del Valle puede terminar, en algunos casos, vendida por partes o cambiada por droga en el Cauca. Mientras que los carros pueden ir al Ecuador o ser vendidos en el mercado negro de autopartes en el centro de Cali.

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Esta radiografía la hace una fuente de la Sijín de la Policía del Valle, que lleva casos de hurtos de automotores en el departamento, y quien explica que una moto robada puede ser cambiada mano a mano por un kilo de base de coca que en el vecino departamento puede costar entre $2 millones y $3 millones.

“Muchas de estas motos pueden terminar en manos de ‘raspachines’ de hoja de coca o trabajadores de laboratorios. Lo que se ha conocido es que los pedidos llegan a zonas rurales de Corinto, Cauca, en camiones que contienen diez de estos vehículos robados”, dice la fuente.

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Hay dos rutas identificadas por las autoridades por donde los conductores de los furgones se van para el Cauca, los viajes son en horas de la madrugada. Una de ellas es la vía que de Florida lleva a Pradera y por donde luego toman camino a Corinto, donde las motos son llevadas a la zona rural.

“Otro camino tiene que ver con el sector de El Bolo, Palmira, por donde salen a Candelaria y luego toman la vía a Santander de Quilichao, donde luego buscan zonas rurales para entregar las motocicletas”, añade el investigador.

Pero, ¿por qué la región conformada por el Valle y Cauca es vista por la delincuencia como una zona ideal de tránsito de automotores robados? Un análisis criminal, compartido por la Policía del Valle, concluye que la geografía que conforma esta zona del país proporciona al fenómeno delictivo una forma de expansión regional.

Esto es alimentado por “la ventaja de conexiones viales entre los municipios del Valle con el Cauca, donde la presencia de grupos armados ilegales y el negocio del narcotráfico reducen el control sobre el hurto de motocicletas, situación que sería aprovechada por el sistema criminal para desarrollar un comercio ilegal”.

Entre el 1 de enero y el 25 de julio de este año, en Cali se robaron 1374 motocicletas, una reducción de 151 casos menos. La estadística, en cuanto a los municipios por fuera del área metropolitana de la ciudad, está a la baja también: este año van 474 motos robadas, 237 de estos vehículos menos.

Los delincuentes, dice otra fuente de la Policía, también estarían exigiendo el pago de extorsiones a cambio de que la moto robada sea devuelta a su propietario, motos convertidas en mecanismos de intimidación. Esta modalidad, insiste, está muy presente en Palmira, municipio que aporta el 56 % de las motos robadas este año en el Valle.

“A los dos o tres días después de hurtada la moto, la víctima pone un clasificado en Facebook anunciando el robo de su vehículo, lo que es aprovechado por los delincuentes que la empiezan a contactar para pedirle un $1.200.000 a cambio de devolverla”, cuenta el investigador.

Un caso similar ocurrió en Cali con Humberto, un señor al que a mediados de enero en la Avenida Circunvalar con Carrera 42 hombres armados le robaron su motocicleta.

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Días después, por intermedio de un conocido, le mandaron a decir que tenía que pagar $600.000 si quería volver a tener la moto. Él, en medio del desespero, cumplió la cita que le pusieron y entregó el dinero en efectivo cerca a la estación de Bomberos de Siloé, ladera de la ciudad.

El secretario de Seguridad de Cali, Andrés Villamizar, dice que al Ecuador están siendo enviados principalmente carros de gama alta y algunas motocicletas, los cuales son rematriculadas allá pese a tener denuncia de hurto en Colombia.

Villamizar explica que esto pasa por dos razones principalmente, la primera de ellas es que “tenemos un puesto de control en Rumichaca con pocos controles y que hay que fortalecer. La segunda explicación es que Ecuador tiene un sistema de seguimiento de matrículas absolutamente atrasado, es como el que Colombia tenía hace 30 o 40 años, entonces es muy fácil rematricular un carro robado”, acota el funcionario de la Secretaría de Seguridad.

Villamizar indica que ya ha adelantado varios contactos con la Federación de Aseguradoras de Colombia, Fasecolda, para tratar el tema de hurto a vehículos.

Además, el funcionario plantea que se deben hacer diferentes acercamientos con la Cancillería para brindarle apoyo técnico a Ecuador en cuanto al registro de vehículos “para que sea más fácil hacerle control a los carros robados que son llevados para allá”.

Una fuente de la Fiscalía explica que los automotores, según investigaciones, se negocian en dólares en Ecuador, previo encargo. Eso no significa que todos los días se roben una camioneta para sacarla de Colombia, puede que se reporte un caso cada semana.

“Se roban una camioneta, digamos que puede ser la TXL o la Fortuner, esa persona se la vende a la banda por unos $10 millones, ya estos tienen sus contactos en Ecuador para negociarlas por encima de los 20.000 dólares”, dice.

Este año, en la capital del Valle se han robado 895 carros, doce casos menos que en 2017, cuando se registraron 907 reportes. La disminución se mantiene en el resto de municipios del departamento, donde a la fecha van 84 carros hurtados, 45 autos menos que en 2017.

No deje su carro o moto estacionada en la vía, ni al cuidado de desconocidos.

No entregue las llaves de su carro o camioneta en parqueaderos, lavaderos o estaciones de servicio, pueden duplicarlas para luego robarle el automotor.

En caso de ser requerido en un retén, solicite identificación y diríjase a la unidad policial más cercana.

Si sufre un accidente, no descienda inmediatamente del vehículo, primero verifique si la situación es real.

No pague recompensas para que le devuelvan su moto o carro robado, esta modalidad es la más utilizada por los ladrones en el Valle al ser una forma rápida de ganar dinero la delincuencia.