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La marimba de chonta llegó a Estados Unidos

Baudilio Cuama les enseña a los ‘gringos’ cómo se construye una marimba de chonta, en el marco del Folklife Festival, en Washington.

5 de julio de 2011 Por:

Baudilio Cuama les enseña a los ‘gringos’ cómo se construye una marimba de chonta, en el marco del Folklife Festival, en Washington.

Nadie puede dejarlas quietas. Son una tentación para grandes y chicos que pasan por la maloca del Pacífico y las ven allí, en dos tamaños, grandes y chicas, por lo que se apropian de las baquetas y empiezan a descubrir que al golpear las pequeñas tabletas de chonta éstas hacen vibrar el aire dentro de los tubos de guadua, produciendo un sonido único.Son las marimbas elaboradas por Baudilio Cuama en Buenaventura, y que trajo a Washington como parte de los elementos autóctonos de Colombia en el Folklife Festival Smithsonian.El artesano ha logrado la combinación perfecta entre hacer el instrumento y tocarlo muy bien. Y por el amor que siente por la marimba de chonta, decidió también dedicarse a la promoción y difusión de su arte.Todo eso lo llevó a Washington, donde sus obras son foco de atención. En pleno National Mall y ante la mirada atónita del público, comenzó la construcción de una nueva marimba, para que los asistentes puedan ver cómo se elabora este instrumento musical también conocido como ‘el piano de la selva’.“Habitualmente me toma entre cinco y seis días hacer una marimba grande. Siempre está la paciencia presente en cada uno de los pasos. Hay que afinar el oído para que todo suene como debe ser. Con cada marimba que construyo siempre aprendo algo. Esta vez, tengo la necesidad de hacer una que pueda ser fácilmente transportable”, comentó Baudilio, quien no deja de sonreír a todo aquel que queda maravillado con las marimbas y otros instrumentos del Pacífico.Además, cuenta a quien se lo pregunta, sea en inglés o en español, que la expresión ‘marimba’ procede del Congo y la trajeron los esclavos negros que se asentaron en el Pacífico.Y se llena de orgullo en este Festival, pues el año pasado la marimba de chonta fue declarada por la Unesco como Patrimonio Cultural de la Humanidad, logro que en parte se debe a artistas y artesanos como él.Uno de sus hijos ya es profesor de música en la Universidad del Pacífico, pero además está el logro de arrebatar a muchos jóvenes de las garras de la violencia, para que se enamoren de los instrumentos del Pacífico, en especial de la marimba.“A mí taller llegan muchas personas, investigadores y músicos para conocer más de nuestro folclor. Las puertas siempre están abiertas a todos y siempre estoy atento a compartir el conocimiento adquirido con los demás. No hay restricción y cada vez más jóvenes se interesan por nuestra cultura, lo que me deja tranquilo”, finalizó Cuama.En Washington, Baudilio sembró admiración en cientos de personas que se preguntan por el mágico lugar de donde viene esa música que sale de la marimba.Las mil vírgenes, presentes La alfarería de Ráquira, Boyacá, también ha causado sensación en el pabellón colombiano del National Mall. En el Folklife Festival Smithsonian está Rosa María Jerez, quien desde pequeña quiso aprender el oficio de la cerámica, pero por más que intentaba no podía darles forma a las vasijas y demás utensilios que se hacían en su casa.“Me entró una preocupación enorme, pues si no servía para esto, ¿a qué me iba a dedicar en la vida?”, preocupación que la llevó a buscar diferentes tipos de arcilla hasta hallar una más moldeable. Su taller se llama Las Otilias, y allí elabora vírgenes con un estilo único. No en vano ganó el premio a la Maestría Artesanal y sus piezas están entre las más admiradas del Festival Smithsonian, que irá hasta el lunes 11 de julio.“Es un trabajo para el cual no hay moldes y por eso la gente sabe que cada virgen, cada campesino o fuente de agua que hago es única e irrepetible. A veces intento hacerlas exactamente iguales, pero no puedo, siempre les cambio algo. Creo que eso le da más valor a este arte”, dijo Rosa María.Sus hijas aprendieron el oficio, y una en especial demuestra gran talento, hasta el punto en que una de sus vírgenes es la favorita del público asistente al Festival.“Ella tiene gran talento y dedicación. Le imprime mucho, mucho trabajo, tiempo y paciencia, pero eso suele aburrirla. Yo la motivo para que siga adelante, porque creo que hemos creado unas formas y un estilo con los cuales vale la pena continuar. Es lo que más me preocupa, que el taller no siga después de mí y todo el saber se pierda”, afirma Rosa María Jerez con un dejo de melancolía.Los artesanos de Ráquira están trabajando para devolverle a la cerámica el lugar de honor que tenía hasta hace años en la cultura popular tradicional colombiana.La alfarería es un oficio precolombino aún vigente. Quienes la elaboran también conservan la creencia indígena de que la cerámica es la unión entre los cuatro elementos del universo, el aire, el agua, el barro y el fuego.Desde hace un tiempo los artesanos empezaron a trabajar, además de las vasijas, elementos decorativos. Pero ahora se atrevieron a ir un poco más allá, con objetos de arte utilitario con un diseño más contemporáneo. El potencial de las artesanías colombianas es grande, como el alma de sus artesanos.

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