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La escena del documental donde Ramón Isaza visita la casa de Jenny Castañeda no contó con libreto ni guión, los diálogos fueron naturales. “Queremos contar esta historia al mundo”, dice Jenny. | Foto: Especial para El País

VIOLENCIA

'El Mayor Regalo', el documental con que exparamilitar le pide perdón a las víctimas

El exparamilitar Ramón Isaza hizo parte de un documental para pedir perdón a algunas de las más de 10.000 víctimas que se le atribuyen. Testimonios de dolor tras la desmovilización.

4 de enero de 2019 Por: Leidy Tatiana Oliveros Múnera / reportera de El País 

Ramón Isaza, conocido también como alias El Viejo, exparamilitar y uno de los jefes de las antiguas Autodefensas Campesinas del Magdalena Medio, hace 17 años dio la orden de asesinar a Damaris Mejía, una líder del corregimiento de Doradal, quien tenía como propósito de vida ayudar a las personas más necesitadas.

El 17 de septiembre de 2001, ‘El Enfermero’, uno de los hombres de su bloque, cumpliendo la orden del jefe asesinó a esta mujer, ya que quería invadir un terreno de la Hacienda Nápoles y construir ahí casas para que se ubicaran varias familias.

Esta valentía ya la había tenido antes Damaris, pues con la misma estrategia de invadir terrenos había logrado consolidar dos barrios en Antioquia y estaba en búsqueda de formar el tercero, pero esta vez no lo logró.

Aquel domingo, Damaris se convirtió en una víctima más de la lista de Ramón Isaza, a quien se le atribuye más de 10.000 víctimas, según diferentes autoridades.

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Desde que se desmovilizaron, Ramón Isaza y su hijo Oliverio, han participado en el proceso de verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición. Precisamente, durante este tiempo, ‘El Viejo’ ha logrado reconocer sus errores y por ello decidió pedir perdón a los familiares.

En este caso, por el asesinato de Damaris Mejía le pidió perdón a una de las hijas de la líder social, Jenny Castañeda. No fue nada fácil, durante más de ocho años ‘El Viejo’ le insistió para que lo perdonara, pero ella con su corazón lleno de odio no se lo permitía, hasta que al fin un día lo perdonó. Ramón Isaza quiso que todo el mundo conociera esta historia y así inspirar a otros a pedir perdón.

Por eso, desde la cárcel La Picota, en Bogotá, se contactó con un director de cine para que contara su historia. El periodista español Juan Manuel Cotelo, aceptó el reto y de hecho este fue uno de los casos que lo inspiró a realizar el documental ‘El Mayor Regalo’, el cual estuvo en las salas de cine en el país y recopila historias de reconciliación no solo de Colombia, sino de España, Irlanda, México, Ruanda y Francia.

Además de Isaza, también estuvo alias Diego Vecino, exjefe paramilitar del extinto Bloque Montes de María, vinculado con las Autodefensas Unidas de Colombia, AUC, por cuyas decisiones más de 2700 personas fueron asesinadas. ‘Chatarro’, exjefe paramilitar del Bloque Centauros, también se atrevió a contar su historia en dicho documental.

“Un día en la Hacienda Nápoles se reunieron un grupo de campesinos y Damaris Mejía era la que lideraba esa manifestación, ellos se fueron a invadir un terreno para beneficiar a muchas familias. Estando allá, alguien llamó a Ramón Isaza, y le dijo: ‘vaya y mire quién está en cabeza de eso y le dan de baja’, él mandó a ‘El Enfermero’, quien preguntó y le dijeron que la líder era Damaris Mejía. La sacó aparte y la mató”, cuenta Oliverio Isaza, uno de los hijos de Ramón, ya que él por su edad no puede narrarlo con su propia voz.

Desde entonces, el corazón de Jenny Castañeda, hija de Damaris, quedó totalmente arrugado, invadido de dolor y rencor. Esta mujer no hallaba explicación sobre por qué los ‘paras’ habían asesinado a su mamá.

Jenny, con mucho odio en su corazón, denunció este hecho. “Al inició no habían culpables y el proceso se paró por un tiempo, pero cuando llegó el proceso de Justicia y Paz, en el 2006, volvimos a retomar la lucha, mi mamá estaba entre las primeras 600 víctimas de ellos (bloque de Ramón Isaza)”, detalla la mujer.

Una vez los paramilitares se desmovilizaron entregaron un listado de las personas a quienes le habían hecho daño, y la víctima 117 era Damaris Mejía, quien fue reconocida por Ramón Isaza en la primera audiencia.

En cada cita judicial, Jenny insistía que su mamá había sido una buena líder y así quería que fuera reconocida ante el Estado. “Dentro del proceso de verdad y justicia también está la reparación económica y simbólica que es la del buen nombre, es la manera de demostrar que el familiar no es lo que ellos dicen”, aclara Castañeda.

Esta fue una tarea de largos años. En el 2012 por primera vez, ante un tribunal, ‘El Viejo’ afirmó que Damaris Mejía era una de las buenas líderes y por eso le pidió perdón a su familia, en especial a Jenny Castañeda, quien estaba presente en la audiencia.

Pero el dolor que sentía esta paisa era tan profundo, que para ella el perdón no era una opción.

“Cuando Ramón reconoció que fue un error haber matado a mi mamá, lo miré con una sonrisa irónica y le dije: ‘fue un error tan grande que dejó a unos hijos sin mamá y a una comunidad sin líder (...) yo no lo puedo perdonar, porque la mamá que usted mató fue la mía y no la suya. Pídale perdón a Dios y cuando le hable, vuelve y me busca, pero Dios no perdona a gente como usted, o sea que a mí nunca me va a buscar’”, recuerda.

Sin embargo, tiempo después, alias El Viejo se atrevió a buscarla para insistirle que lo perdonara, este acontecimiento fue como de película. Según cuenta Jenny, en un sueño su mamá le dijo: “Ramón Isaza te va a buscar y te va a pedir perdón y lo vas a perdonar. Y cuando te encuentres con él le vas a decir que yo ya lo perdoné y lo vas abrazar de mi parte”.

Y así tal cual sucedió. Un día, Ramón y Oliverio fueron trasladados a la cárcel de Doradal para unas audiencias y la entrega de unos restos, pero aprovechando la ocasión ‘El Viejo’ mandó a buscar a Castañeda para hablar con ella.

Jenny y su abuela llegaron hasta el complejo carcelario y ahí, en la celda de Isaza, pudieron dialogar y en medio del llanto, ellas pudieron perdonarlo a él, su verdugo.

“En el momento que yo abracé a don Ramón y le dí un beso, sentí que me sacaban un puñal de mi corazón, era como algo que tenía atravesado entre pecho y espalda, algo que me mataba. Hoy puedo decir que estoy sana, perdoné”, expresa Castañeda.

Ante este acto, el hijo de Isaza recuerda que él fue consciente del daño causado. “Cuando comencé a confesar hechos, pues era duro estar frente a las víctimas, eran unas personas con mucho dolor que nos decían ‘por qué mataron a mi mamá, por qué mataron a mi papá...’ Por fortuna las AUC ya no existen”

No quería la guerra

“Yo no quería entrar a la guerra, ni mi padre me impulsó, sino que ese tiempo me iba a secuestrar Pablo Escobar y me tocó coger las armas obligado, lo mío también fue un reclutamiento ilícito”, afirma Oliverio Isaza, quien también es conocido como alias Terror.

Actualmente, Jenny (víctima), Oliverio y Ramón, son amigos y trabajan juntos en una fundación en Antoquia, la cual tiene como objetivo el mismo que tenía Damaris: ayudar a los más necesitados con vivienda y educación.

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