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¿Qué tan conveniente es la segunda vuelta en las elecciones de alcaldes y gobernadores? | Foto: El País

ALCALDÍA

¿Qué tan conveniente es la segunda vuelta en las elecciones de alcaldes y gobernadores?

Entre los políticos del Valle que suenan como candidatos a la Alcaldía de Cali y la G obernación hay diferentes percepciones.

7 de octubre de 2018 Por: Kelly Sánchez / reportera de El País 

Entre las numerosas propuestas contempladas en la reforma política que se tramita actualmente en el Congreso de la República, una de las que ha generado mayor controversia es la de establecer la segunda vuelta para elegir a gobernadores de todo el país y alcaldes de municipios con más de cien mil habitantes, como Cali.

Aunque el epicentro del debate en un primer momento se dio en Bogotá, cuando fue radicado el proyecto que busca implementar esa instancia para elegir al Alcalde Mayor del Distrito Capital, la propuesta se ha extendido al resto del país con otra iniciativa que también cursa en el Legislativo, cuyo objetivo es que los mandatarios regionales tengan mayor gobernabilidad.

En el Valle del Cauca, entre quienes suenan como candidatos a la Gobernación y a la Alcaldía de Cali, las opiniones sobre la conveniencia de este proyecto están divididas.

Uno de los que encuentra positiva esa opción, en términos del fortalecimiento de la democracia, es Michel Maya, quien aspira a llegar al CAM y señala que los mandatarios locales en la actualidad representan a un muy pequeño porcentaje de la población de municipios y departamentos.

“Cuando uno ve las votaciones, en promedio los alcaldes y gobernadores ganan entre 32 y 45 % del apoyo popular de los que salen a votar, y el nivel de participación nuestro, promedio, está por debajo del 48 %, quiere decir que terminan realmente con un apoyo de menos del 15 % de la población”, explica quien ya compitió por la Alcaldía en el 2015.

Por lo tanto, la medida podría generar, según Maya, mayor gobernabilidad y propiciar “un escenario mucho más transparente donde se pueda lograr que la gente sepa quién está con quién, lo que nos puede ayudar a tener menos clientelismo, menos corrupción, menos transacciones netamente burocráticas… lo que puede ser beneficioso para el manejo y la autonomía que puedan tener los gobiernos locales y departamentales”.


Por su parte, el candidato a la Alcaldía de Cali, Alejandro Éder, piensa que la posible normatividad podría ser útil en Bogotá por “el tamaño de su población y de su presupuesto”, pero en otras ciudades se hace innecesaria.

“Generaría un gasto mayor tanto para el proceso electoral en sí como para la financiación de campañas. Sería más el costo que el beneficio. Lo que sí es importante, es lograr un sistema que garantice la transparencia electoral y que se realice pedagogía para que los ciudadanos salgan a ejercer su derecho y lo hagan a conciencia” señala.

Roberto Ortiz, quien también ha anunciado su aspiración a regir los destinos de la capital del Valle desde enero del 2020, lo analiza desde dos ángulos: por un lado, considera que, si se trata de fortalecer la democracia, el hecho de que las mayorías elijan a un alcalde, es positivo.

Sin embargo, cree que si esto da pie para que en segundas vueltas “se establezcan componendas burocráticas para impedir la gobernabilidad”, resultaría un proceso negativo.

“La otra opción es que si queremos que en primera vuelta un candidato de una ciudad capital sea Alcalde, pues que en Colombia se establezca el voto obligatorio y nos obviemos la segunda vuelta, tanto para las presidenciales como para las regionales”, agrega.

El senador Alexander López, quien suena como posible ‘carta’ para la Gobernación del Valle, anota que este proyecto no solo tiene el inconveniente de la elevación de los costos, sino que es innecesario porque en las locales es más sencillo el acercamiento a los aspirantes para definir el voto.

“En los territorios hay todas las posibilidades de que los ciudadanos tengan un contacto mucho más directo con los candidatos y puedan hacer reconocimiento de ellos y sus propuestas, por eso, democráticamente, esa elección es mucho más fácil y, por ende, la segunda vuelta sobraría”, anota.

Asimismo, la candidata al mismo cargo, Juanita Cataño, también se opone a la segunda vuelta porque “genera desgaste de la ciudadanía en términos políticos y se prestaría para que unas coaliciones terminen volviéndose transacciones y no acuerdos programáticos”.

El mecanismo que entrará a ser discutido en la plenaria del Senado el próximo 16 de octubre, se asocia a la idea de incrementar la legitimidad del Ejecutivo local o regional, dada la cantidad de votos. Además, según Lina María Orozco, politóloga y coordinadora del Observatorio Cali Visible de la Universidad Javeriana, este promueve la conformación de alianzas, lo que puede posibilitar un mejor tablero de juego para los mandatarios.

Orozco dice que aunque esta no es la única medida de legitimidad, es cierto que ante “los procesos de la crisis de representación que hay en Colombia”, esta opción “ayuda a coordinar agendas programáticas con candidatos y genera mayores posibilidades para la gobernabilidad”.

La politóloga considera conveniente esta medida, pero también cree que las alianzas que propicia podrían traer consigo algunos inconvenientes: “Se generan apoyos programáticos, grandes coaliciones que empiezan a atar las manos para responder a esos distintos intereses que finalmente se impulsan en una coalición”.

Los costos que generaría la implementación de la segunda vuelta son también la razón principal por la que Jaime Gutiérrez, director de la revista Innopolítica, la considera inconveniente. “Si bien es viable e ideal porque entre más ejercicios deliberativos pueda haber en una democracia es mejor, no es eficiente y eficaz desde el punto de vista económico, basándome en las cifras de la Hacienda Pública colombiana”.

Unificación del calendario electoral

Otro proyecto incluido en la reforma política que hace curso en el Legislativo y que ha recibido críticas de varios sectores es el que busca unificar las elecciones nacionales y locales, es decir, que en un mismo año se elijan Presidente, alcaldes, gobernadores, congresistas, diputados y concejales.

Para lograr esta unificación, una opción sería extender el periodo de los actuales mandatarios locales y departamentales hasta mediados del 2022, para que las siguientes elecciones regionales coincidan con las presidenciales. En la práctica, esto significaría que tanto el alcalde Maurice Armitage como la gobernadora Dilian Francisca Toro permanecerían dos años y medio más en sus cargos.

Uno de los principales ‘peros’ de esta propuesta es que prorrogar el periodo de los mandatarios regionales iría en contra del mandato ciudadano: “La gente no los eligió para seis años, los eligió para cuatro. Hay que trabajar sobre las normas existentes. Si se quisiera un cambio, tendría que ser a futuro”, señala Michel Maya.

Roberto Ortiz plantea la posibilidad de que los siguientes gobernantes se elijan para seis años y medio, por una sola vez, para que “empaten” con las presidenciales de 2026, mientras que Alejandro Éder no ve prioritario este tema para la democracia y, por el contrario, cree que puede hacer que “la elección presidencial opaque el proceso electoral regional”.

Quien sí apoya este proyecto es Alexander López, pues cree que evitaría el transfuguismo de los partidos políticos, pero aclara que no está de acuerdo con que se extienda el periodo de los mandatarios actuales. Coincide con Ortiz en que los próximos alcaldes y gobernadores podrían tener un periodo de seis años y medio o dos años y medio, con “reglas de juego definidas con los ciudadanos”.

El proyecto

La propuesta de establecer la segunda vuelta para alcaldes y gobernadores busca modificar los artículos 303 y 314 de la Constitución Política de Colombia.

De manera que para elecciones en distritos o municipios capital de Departamento, con población superior a cien mil habitantes, la elección del alcalde será por la mitad más uno de los votos obtenidos por el voto único partidista en la localidad.

Para las de gobernaciones de todos los departamentos, la elección será de la misma manera.

La segunda vuelta tendrá lugar tres semanas después de la primera y en ella solo participarán los dos candidatos que hayan obtenido las votaciones más altas.

En caso de muerte o incapacidad física permanente de alguno de los dos candidatos con mayoría de votos, su partido o movimiento político podrá inscribir un nuevo aspirante para la segunda vuelta.

Para las alcaldías, la segunda vuelta aplicaría a 24 municipios: Medellín, Barranquilla, Bogotá, Cartagena, Tunja, Manizales, Florencia, Popayán, Valledupar, Montería, Quibdó, Neiva, Riohacha, Santa Marta, Villavicencio, Pasto, Cúcuta, Armenia, Pereira, Bucaramanga, Sincelejo, Ibagué, Cali, Yopal.

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