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Juan Martín Bravo y Darschan Ocampo hablan cara a cara sobre sus aspiraciones para llegar a la Alcaldía de Cali

La comunera Darschan Ocampo está recogiendo firmas para respaldar su aspiración a la Alcaldía por un movimiento ciudadano y el concejal Juan Martín Bravo quiere ser avalado por el Partido Conservador. ¿Qué les ofrecen a los caleños?

26 de febrero de 2023 Por: Olga Lucía Criollo, editora de Poder

La líder comunera Darschan Ocampo está recogiendo firmas para respaldar su aspiración a la Alcaldía por un movimiento ciudadano y el concejal Juan Martín Bravo quiere ser avalado por el Partido Conservador. Ella, caleña de nacimiento e ingeniera electrónica de profesión, dice que esta es la mejor oportunidad para que una mujer llegue a ocupar el CAM, mientras que él, publicista y también oriundo de la capital del Valle, afirma que quiere representar a los jóvenes que hoy quieren un cambio y buscan una mejor ciudad y un mejor país. ¿Qué les dicen a sus posibles electores?

El País: ¿Por qué quiere ser  Alcalde(sa) de Cali?

Darschan Ocampo (D.O.):  Llevamos 35 años con alcaldes hombres y 14 con hombres elegidos por voto popular. Esta es la mejor oportunidad para nosotras. Las mujeres somos las mejores administradoras en la casa, y Cali es nuestra casa grande. Es la posibilidad y la oportunidad de recuperar la Cali soñada, la Cali que mis padres me dieron a conocer y es la Cali que yo quiero dejarles a las futuras generaciones.

Juan Martín Bravo (J.M.B.): Creo que en la vida tenemos que dejar un legado y los jóvenes que hoy quieren un cambio y buscan una mejor ciudad y un mejor país deben entender que no es con actos vandálicos, sino buscando los mecanismos políticos que permitan transformar una sociedad. Por eso, quiero invitar a que todos participemos desde la elección de una Junta de Acción Comunal, una Junta de Acción Local, un concejal, un diputado y, por supuesto, un alcalde y un gobernador. La invitación es a que los jóvenes empecemos procesos de transformación, pero desde un buen camino.

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El País: Aprobado ya el polémico Acuerdo 180 en el Concejo, ¿qué debe venir para el transporte masivo de Cali?

D.O.: Yo no estuve de acuerdo con esa decisión. Nosotros vivimos esta historia hace siete años y se llamaba el Plan de Salvamento del MÍO, y la Administración anterior, junto con los concejales, le aprobaron $1,2 billones y nos dijeron lo mismo: más buses, menos transferencia y menos tiempo en los viajes. ¿Cómo creer que esta vez sí? Vamos a tener una flota grande de buses, porque eso es lo que prometieron, pero no van a tener por dónde rodar. Además, una persona se gasta dos horas y media desde que entra a una estación o a un articulado del MÍO. Entonces, el MÍO, mal diseñado, mal ejecutado, mal planeado, así que es repetir la historia.

J.M.B.: Hay que reconocer que el sistema del MÍO fue un modelo fracasado, pero tenemos que buscar soluciones: liquidar puede ser una alternativa, pero al ciudadano, que es el que busca ese transporte, no se le va a beneficiar, y hoy no se tiene un plan B de opción para entrar a funcionar otro sistema. Por eso decimos: hay que salvar el MÍO. ¿Qué le faltó al Acuerdo?, que no se asignaron recursos para el tren de cercanías y mi propuesta fue que pignoráramos un poco más los años para garantizar esos recursos.

El País: En infraestructura, ¿cuál debe ser la prioridad: arreglar grandes avenidas o calles de barrios?

D.O.: El Alcalde hizo megaobras y nosotros podemos apostar por las micro obras en los barrios. Allí es clave el presupuesto participativo que tienen las comunas, a las que les dan cada cuatro años más o menos $6000 millones, pero las comunidades no saben qué priorizar. Para este 2023 hay comunas que invierten $73 millones en reparación de malla vial, que no alcanza para nada, pero le apostaron a mil quince millones en un parque. Es reorientar rentas, porque son presupuestos participativos, es decir, la comunidad también tiene que invertir en esas micro obras.

J.M.B.: Cuando uno habla de grandes obras, tiene que ver en qué estado están. Muchas de las obras que hoy se han planteado ni siquiera tienen la prefactibilidad, que son diseños y estudios. Si los proyectos están en fase cero, no gaste tiempo ahí, porque se necesitan soluciones inmediatas. Entonces, todas las obras que se hagan tienen que estar orientadas a generarle oportunidades a los caleños, porque tenemos 120.000 personas en situación de alta pobreza y más de 140.000 que aguantan hambre y deben ser obras que mejoren la calidad de los caleños y no que sean elefantes blancos.

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El País: ¿Está dispuesta(o) a hacer una coalición en los próximos meses o va a ir hasta el final con su aspiración a la Alcaldía?

D.O.: Esto es de valientes y voy hasta dónde las fuerzas me lo permitan. Yo quiero llegar al final y esa es mi gran apuesta, pero si vemos que en la recta final llegan tres personas con las que podemos compartir la misma ideología o tener los mismos principios, estoy dispuesta, no me cierro a decir: no, yo voy y listo.

J.M.B.: Todos los que estamos haciendo el proceso tenemos un bien común y es sacar adelante esta ciudad, que se ha quedado rezagada en el tiempo, debido a la corrupción. Jorge Iván (Ospina) ganó por el ego de (Alejandro) Eder y el ego de El Chontico (Roberto Ortiz): si ellos hubieran tenido la capacidad de hacer una alianza, el alcalde no hubiera sido Ospina y hoy no estuviéramos viviendo esta historia, que se va a repetir, porque muchos candidatos están actuando con el ego, desde la vanidad y no pensando en una mejor ciudad. La invitación es a que todos hagamos unidad. ¡Bienvenida una coalición para sacar adelante a Cali.

El País: ¿Qué hacer para recuperar la cultura ciudadana entre los caleños, que parece ya no existir?

D.O.: El sentido de pertenencia se perdió. Al caleño solo le interesa ‘mi derecho’, pero no tienen deberes. Las personas no creen en la institucionalidad, en la Alcaldía ni en un concejal, pero no sabe ni siquiera qué hace el alcalde ni el concejo. En las juntas de Acción Comunal se habla de corrupción y ahí está la corrupción y también en las Juntas Administradas Locales. Nosotros no perdimos la autoridad en esta Alcaldía, la perdimos en administraciones anteriores, cuando golpearon a los guardas de Tránsito y lo que hizo el Alcalde de ese entonces fue decir: ‘vaya y abrácense’. La ciudad está en un caos, todo el mundo hace lo que quiere. ¡Cumpla, tenga sus derechos, pero también tenga sus deberes!

J.M.B.: Como sociedad tenemos unos problemas estructurales muy profundos. Y partimos de que no tenemos una buena educación en la primera infancia ni una buena alimentación escolar en esa primera infancia ni tenemos docentes preparados para enseñarles cómo comportarse y actuar en la sociedad, entonces nuestra primera falencia es en el tema familiar y en el tema educativo. Cuando entendamos que la cultura ciudadana se construye desde la educación, que todos estos procesos deben forjarse desde un tema educativo, vamos a empezar a ver cambios en la sociedad.

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El País: Usted está buscando una candidatura ciudadana, pero como comunera ha trabajado con partidos políticos...

D.O.: Sí, a mí me dio el aval el Centro Democrático, por eso soy de derecha, pero tengo la virtud de poder articular con la izquierda. Cuando salió el Partido Verde, voté por primera vez para presidenciales, porque dije: ‘este partido es diferente’ y resulta que hoy todos los partidos son iguales, es la misma corrupción. El partido más grande de Colombia es la corrupción.

El País: ¿Y por qué no buscar el aval del Centro Democrático?

D.O.: En el Centro Democrático me dijeron ‘no se vaya’, pero hay que mirar las posibilidades que uno tiene, sacar números y ser realista: las votaciones anteriores en Cali fueron totalmente de la izquierda. Entonces, la posibilidad de poder llegar con el Centro Democrático es muy difícil. Igual, las personas ya no creen en partidos políticos, sino en personas. Mi marca es mi nombre, yo me tengo que portar muy bien porque solamente hay una Darschan en Cali. Mi retrovisor está limpio y voy a empezar a construir desde la Junta de Acción Comunal donde empecé. Voy por un movimiento por firmas: ‘Liderando con Darschan’ y pienso que el partido por el que todos debemos apostar es por el partido de recuperar a Cali.


El País: ¿Por qué está buscando el aval del Partido Conservador, si usted podría contar con voto de opinión?

J.M.B.: Yo hago parte de un partido, no quiero ser un Roy Barreras que mantengo saltando de partido en partido por un beneficio político. Me formé en el Partido Conservador, creo en la institución, en el orden y es lo que hoy necesita Cali. Además, por ley no puedo irme a otro partido, pero no debería darnos vergüenza decir de qué partido somos ni qué ideología tenemos. Cuando uno revisa la baraja de candidatos, hay unos que dicen hoy ser de izquierda, pero realmente son de derecha y se disfrazan porque ven una oportunidad electoral.


El País: O sea que usted es de derecha...

J.M.B.: Sí, creo en las empresas, en que las instituciones tienen que respetarse y que entre todos tenemos que sacar adelante esta ciudad. Yo aspiro por el Partido Conservador porque creo en el partido, aunque he sido detractor a las medidas que ha tomado: para mí es inaudito, inaceptable, que hoy esté con el presidente Gustavo Petro y no deberían de hacerlo, pero fueron unos arrodillados que se entregaron ante el Gobierno Nacional.

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