El regreso político de Álvaro Uribe mueve las fichas de la derecha rumbo a 2026 e impulsa campaña, así avanza la estrategia

El expresidente Álvaro Uribe Vélez recobró esta semana su libertad, de manera provisional, por decisión del Tribunal Superior de Bogotá, que falló a su favor una tutela en la que alegaba vulneraciones a sus derechos fundamentales.

La orden revocó la medida de detención domiciliaria impuesta unos días atrás por una juez que lo encontró culpable de soborno y fraude procesal.

La figura del expresidente, que parecía disminuida luego de esa condena, ahora parece estar más activa y enfocada en fortalecer la oposición y enfilar baterías de cara a la carrera presidencial del 2026.

Así quedó evidenciada en su primera salida pública, después de estar unos días en prisión domiciliaria. En tono combativo, crítico y cercano, el que lo caracterizó en sus años de gobierno, llamó a sus seguidores a ‘cambiar’ a Colombia.

Lo que viene en la carrera electoral con la participación de Álvaro Uribe es analizada desde diferentes puntos de vista por los politólogos en el país.

Por ejemplo, el profesor de la Universidad del Rosario, Yann Basset, considera que aunque el expresidente ya no polariza como antes, su influencia será determinante en la elección del candidato del partido y servirá como facilitador para mantener cohesionada a la derecha.

Sin embargo, cree que la libertad que logró, recientemente, no garantiza automáticamente un impulso electoral para el Centro Democrático.

“Yo no creo que de por sí la libertad provisional de Uribe ayude al partido. Él de todos modos iba a ser muy activo en la estrategia de Centro Democrático y su figura ya no está en el centro de los debates políticos. Aunque sigue siendo una figura relevante y escuchada, su papel directo en la movilización electoral ha cambiado.”

El analista político Enrique Serrano plantea que a pesar de lo que la gente suele creer, el Centro Democrático nunca se ha debilitado, ni siquiera con la condena de Uribe. “Es cierto que ya no tiene el capital político traducido en votos tan explícitos que tenía hasta el año 2010. Pero el partido corresponde básicamente a la estructura urbana de la clase media colombiana. Tiene un caudal cautivo entre 7 y 10 millones de votantes para cada elección, y eso es muy difícil que se destruya”.

Desde su perspectiva, lo que se está viviendo es la confirmación del peso del uribismo en el panorama político y la grave situación de orden público del país reafirma que “el resurgir de Uribe es el fracaso absoluto del gobierno de Gustavo Petro, que arrastró a la izquierda al poder en 2022 y que ahora ha retrocedido de un modo muy impactante. No es que Uribe haya cambiado mucho, sino que el contexto lo ha vuelto a poner en el centro del debate”, añade Serrano.

Lo que plantea Uribe

“Cada minuto de mi libertad lo dedicaré a la libertad de Colombia”, dijo el exmandatario ante cientos de seguidores, en su regreso a la plaza pública

Ahí mismo planteó la necesidad de que su partido defina pronto una candidatura. Según su visión, la rapidez en este proceso es clave para consolidar la campaña de la derecha. Además, anunció una serie de debates sobre el futuro de Colombia.

Para el analista Enrique Serrano, el ‘regreso’ del expresidente debe leerse como una confirmación de su capacidad estratégica. “Uribe es un experto en cálculo político y en leer los momentos adecuados para jugarse sus cartas. Con lo que dijo de invitar a un gobierno de transición, se da cuenta de que hay que apresurar un poco el proceso de nombrar candidatos de su partido para respetar las reglas. Al fin y al cabo, el Centro Democrático es el único verdadero partido que procede con reglas y principios firmes. Los demás son acomodaticios e imperfectos desde el punto de vista de la disciplina de partido”.

Agregó que la apuesta del expresidente apunta a lograr una concertación para final de año. Pero si persisten las divisiones internas, la derecha corre el riesgo de llegar debilitada a la contienda de 2026, indica.

Por su parte, el profesor Yann Bussett, comentó que “estamos en una campaña larga y en un contexto de mucha división, por eso es importante tener candidaturas unificadas. Llegar con un candidato fuerte determinado permitirá que aparezca viable en las primeras encuestas de noviembre y marque la tendencia hacia 2026″.