Retórica climática

Belém, ubicada en el delta de la desembocadura del río Amazonas en el océano Atlántico, en el noreste de Brasil será la sede de la próxima Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, COP30, a realizarse en noviembre. Un encuentro importante porque se cumplen diez años de la firma del Acuerdo de París razón por la cual será inevitable y necesario realizar un balance de los compromisos asumidos y afinar los derroteros.

Como preludio del encuentro, esta semana se llevó a cabo en Nueva York la Cumbre del Clima, como parte del período de sesiones de la Asamblea General de Naciones Unidas. El objetivo, instar y comprometer a los Estados a presentar planes ambiciosos y precisos para cumplir con las metas de contención del cambio climático, en especial en mitigación y adaptación, con miras a la COP30 que aspira a centrarse en implementación.

Llamó la atención la presencia del presidente Xi Jinping de China y los anuncios que hizo sobre nuevas Contribuciones Determinantes del orden nacional, NDC. Dijo que al 2035 habrá reducido las emisiones de Gases de Efecto Invernadero, GEI, entre un 7% y 10 %, que aumentará la participación de las renovables hasta un 30 %, que acometerá una siembra masiva de árboles y la masificación de vehículos eléctricos.

La noticia generó un sabor agridulce, pues la expectativa era mucho mayor, dado que el asiático contribuye con el 35% de los GEI a nivel global. “De no ser por China, el mundo habría estabilizado las emisiones hace diez años” señaló Lauri Myllyvirta del Centro para la Investigación de Energía y Aire Limpio, a la BBC de Londres. Sus emisiones desde el Acuerdo de París en 2015 pasaron de 10 a 12 gigatoneladas de CO2.

La meta global en reducción de gases de efecto invernadero entre 2020 y 2030 es pasar de 33,9 a 21,2 gigatoneladas cuando la realidad es que al 2023 había aumentado a 37,4 gigatoneladas. La posibilidad de reducir las emisiones en un 40 % en siete años (desde 2023 y que ya son cinco) para cumplir la meta es prácticamente imposible. Lo que explica que el incremento en la temperatura podría superar los +2,0 grados Celsius.

Paradójicamente, Estados Unidos, que una vez más niega el cambio climático, es el país que más ha reducido sus emisiones. El país del norte sobrepasó la meta de reducción del 17 % desde 2015 y lo más probable es que logre una del 52 % al 2030. Lo ha logrado al reemplazar masivamente el uso de carbón por gas natural en la generación eléctrica. Gas natural de fracking. Es decir, gracias al fracking el cambio climático no está peor.

En ese contexto Colombia está muy mal parada. Se comprometió a reducir en un 51 % las emisiones al 2030. Al 2021 había disminuido únicamente el 1,6 %. Para cumplir la meta debe pasar de 280,1 a 169,6 millones de toneladas de CO2 equivalentes (MtCO2eq), es decir, una reducción del 39 % (110,5 MtCO2eq). De los pocos sectores que han reducido emisiones es el de energía, industria y edificaciones (-5,8 %), del que tanto denigra el Gobierno.

Si bien no se cuenta con información consolidada de emisiones en el 2023 y 2024, de lo poco que se conoce, Colombia incrementó las de dióxido de carbono entre 2022 y 2023 en 9,92 % y la deforestación en el 2024 aumentó 35 %. En el Gobierno del Cambio, el mismo que dicta clases de salvación del planeta. Por lo visto, la COP30 será una vez más abundante en retórica y calamitosa en resultados. En primera fila estará Gustavo Petro haciendo gala de cómo destruir un país sin aportar al cambio climático.