Preocupación mundial

Los cálculos son de la Unión Europea y Naciones Unidas: para atender a los 6,5 millones de venezolanos que habrán huido de su país en el 2020, se necesitarán US$1500 millones.

Si esa suma no se logra recaudar, el costo irá en aumento y será inmanejable en el corto plazo.

Como lo reconoció la jefa de la diplomacia de la UE, Federica Moghuerini, Europa habla desde su propia experiencia.

“Si hubiéramos invertido un poco para apoyar la crisis de los refugiados sirios u otras crisis de migrantes al principio del proceso, no solo habríamos salvado vidas, sino que habríamos ahorrado dinero”.

Ahora la preocupación la trasladan a Suramérica, en especial hacia Colombia, que ha abierto sus puertas a 1,5 millones de venezolanos y hace un gran esfuerzo para acogerlos, brindarles atención en salud, educación, vivienda o empleo.

Hay que reconocer la intención de la conferencia, celebrada en Bruselas, de poner otra vez en el foco internacional a Venezuela, a su régimen y a la que ya se considera como la mayor migración en tiempos modernos.

Durante los dos días de la reunión varias naciones generosas se metieron la mano al bolsillo y aportaron 113 millones de dólares para ayudar a la diáspora venezolana.

Si bien se agradece el esfuerzo, la suma es mínima frente a los recursos que se necesitarán el próximo año y ni siquiera cubre el 50% de los aportes que se requieren para el 2019.

La migración venezolana afecta en especial a Colombia y sus vecinos, pero es una crisis con repercusiones mundiales, lo que no se le puede olvidar al resto de naciones.