El tesoro más grande

Chiribiquete es el tesoro natural y cultural más escondido que tiene Colombia.

Decirlo así podría parecer un desatino si se tiene en cuenta que hoy ese pedazo de territorio nacional abarca cuatro millones de hectáreas, casi dos veces la extensión del departamento del Valle.

Para fortuna de su conservación, hace apenas unos años se comenzó a saber que existía, aunque es una de las formaciones geológicas más antiguas de América, con 1.500 millones de años.

Estar en medio de la Amazonía, oculta por su tupida selva tropical y sin otra posibilidad que la vía aérea para acceder a su interior, ha permitido también que la mayor muestra rupestre del mundo, con unos 70.000 pictogramas que datan de 20.000 años de antigüedad se conserven intactos.

Así como que estén a buen resguardo las 18 comunidades indígenas que se calcula viven en lo profundo de la reserva natural, sin ningún contacto con la civilización.

Toda esa riqueza y diversidad que encierra en su interior, hace de Chiribiquete  una joya para Colombia tanto como para el resto del mundo.

Por eso es importante que se le reconozca doblemente como Patrimonio Natural y Cultural de la Humanidad, categoría que le otorgó ayer la Unesco.

Con el título deberán llegar también los esfuerzos así como los recursos para conservar a Chiribiquete tal y como está, e impedir el paso de quienes llenos de ambición han comenzado a deforestar y acechar su periferia.