Dopaje de Estado

Los escándalos de dopaje son frecuentes en el deporte, como lo es que quienes incurran en esas actividades ilegales sean sancionados de manera individual.

Insólito es que la penalización se le aplique a un país, por considerar que se trató de una práctica de Estado reiterada, que además involucró sobornos, amenazas, tráfico de influencias y falsificación de datos.

La decisión de la Agencia Mundial Antidopaje afecta de nuevo a Rusia, y como sucedió en Río 2016, se le prohibe a ese país participar en los próximos Juegos Olímpicos de China, en los Olímpicos de Invierno y en el Mundial de Fútbol de Catar.

Al gobierno de Vladimir Putin se le aplica otra vez la ominosa sanción porque no cumplió el plazo para enmendar sus errores, ni para garantizar que esas mañas no se repetirían.

El dopaje de Estado tiene antecedentes: sucedió en la extinta República Democrática de Alemania, donde fue una política de gobierno suministrar y distribuir esteroides para mejorar el rendimiento de sus deportistas, y en regímenes como el de Cuba, acusado de usar el deporte para hacer propaganda.

Si bien los deportistas rusos podrán participar en las competencias bajo una bandera neutral, la sanción a Rusia debería ser el ejemplo de que la política no puede justificar todo, menos cuando se recurre a artimañas que destruyen la confianza en el deporte y causan un daño enorme a quienes lo practican.