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Óscar Guzmán Moreno | Foto: El País

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Setenta años de buena semilla

En estos 70 años de labor ininterrumpida, deseo felicitar al Padre Gustavo Isaza, quien hoy lidera esta institución por su trabajo en la formación de proyectos de vida al servicio del país.

27 de abril de 2024 Por: Óscar Guzmán Moreno

El término ‘seminario’ tiene su origen etimológico en el latín ‘seminarius/seminarium’, que se traduce literalmente como ‘lugar donde germina/brota la semilla’, con el sufijo “arium” que indica un lugar donde se realiza o produce algo.

El fundador del Seminario de Cristo Sacerdote de Palmira, Obispo Jesús Antonio Castro Becerra (QEPD), afirmaba que “Una Diócesis que tiene Seminario puede decir que tiene el porvenir asegurado”, y ciertamente lo ha logrado desde su comienzo el 6 de mayo de 1954. Desde entonces, el objetivo de esta escuela ha sido formar futuros seminaristas mayores, y con el tiempo se abrió el plantel educativo para la ciudadanía en general, bajo los principios del cristianismo en el ser y en el saber.

Durante estas siete décadas, han egresado 57 promociones con 1552 graduados y alrededor de 25 sacerdotes ordenados. En la actualidad, la institución cuenta con 410 estudiantes, de los cuales 268 son hombres y 142, mujeres. Este año es especialmente significativo, ya que marca la graduación de la primera promoción mixta.

A lo largo de estos 14 lustros, el seminario ha proporcionado a la sociedad hombres con una educación integral, basada en la calidad humana, el compromiso cristiano y la excelencia académica. Estos valores han perdurado en el tiempo y se han convertido en el fruto de lo sembrado por el fundador, seguido por los obispos, rectores, sacerdotes, hermanas de bethania, profesores, empleados y alumnos que han pasado por esta alma mater.

En las bodas de oro sacerdotales de Monseñor Celimo González Recio (QEPD) en 2011, quien desempeñó un papel crucial en la formación académica, moral y ética de los alumnos, sus palabras resuenan hasta hoy profundamente. En su discurso, destacó la importancia de enseñar no solo matemáticas, sino también de unir el amor con la disciplina y la sinceridad con la verdad.

Ha sido, en el marco de esas palabras, que durante setenta años, a los estudiantes del seminario se nos han dado consejos urgentes para no sucumbir ante la ambición. Las enseñanzas que se predican en el seminario, proporcionan bases sólidas para que los estudiantes aprendan a desenvolverse en la vida, fortaleciendo el amor,  unidad familiar y el temple del espíritu para enfrentar la vida con honradez, rectitud, valentía y amor a la verdad.

En estos 70 años de labor ininterrumpida, deseo felicitar al Padre Gustavo Isaza, quien hoy lidera esta institución por su trabajo en la formación de proyectos de vida al servicio del país. También, quiero reconocer la trayectoria de este seminario y alentar a que continúe siendo una institución que no se queda rezagada ante los cambios, sino que se prepara para enfrentar los desafíos venideros.  En línea con el mensaje del papa Francisco en el vigésimo aniversario de FLACSI, es imperativo que el seminario siga siendo escuela, enseñando a sus estudiantes a no enroscarse en un elitismo egoísta y, en su lugar, fomente una convivencia fraterna con todos. Debe seguir siendo un verdadero “colegio posada”, donde se pueda sanar las heridas propias y ajenas.

Finalmente, aprovecho para invitar a los egresados, alumnos y todo el personal del seminario a celebrar la eucaristía y acto de reconocimiento el próximo 6 de mayo a las 8:00 am en el coliseo de la institución, así como la gran noche de gala seminarista el 18 de mayo a las 8:00 pm en el club campestre de Palmira.

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