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Alberto Castro Zawadsky

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Poder elegir

Mi desaparición del mundo digital me demostró muy bien la distancia que hay entre las buenas ideas y la forma como las ponen en uso los funcionarios.

15 de julio de 2023 Por: Alberto Castro Zawadsky

La fórmula está inventada y ha funcionado a la perfección en todos los países en los que la dictadura se ha sabido disfrazar de democracia. Se basa en una convicción ideológica profundamente arraigada en la mente de sus ejecutores. Ellos poseen la validación moral por el hecho de expresar constantemente que su misión es ayudar a los desposeídos, lo que los ubica en “el lado correcto de la historia”.

No importa que establezcan una nueva oligarquía en la que los privilegiados son ellos y las masas vivan de las migajas que dejan caer de su opulenta mesa. No importa que en la medida que implementan sus maravillosas reformas, haya cada vez más ‘gusanos’ y ‘escuálidos’ que arriesgan sus vidas para abandonar el ‘paraíso de equidad’.

No importa que los homicidios aumenten, la delincuencia prospere y cientos de empresas quiebren. Siempre se podrá encontrar un maligno responsable que daña las buenas intenciones del ‘progresismo’. Los recursos verbales son tan infinitos como la estupidez de quienes consumen la fábula, mientras su calidad de vida se deteriora.

La democracia con alternancia del poder es una entelequia inventada por la burguesía. Por eso hay que acabar con las normas e instituciones creadas durante 200 años de un “capitalismo depredador”.

Sabiendo que su real apoyo no pasa del 10%, ese asunto de la voluntad de las mayorías se convierte en un estorbo superable. La reforma del sistema electoral, se complementa con la toma de la registraduría por los cuadros más comprometidos del partido.

La digitalización de todas nuestras actividades ha representado un gran avance en comodidad y eficiencia. Celebré la aparición de la cédula digital y fui uno de los primeros en tenerla. Estaba orgulloso de vivir en un país avanzado que ya no me exigía cargar un cartoncito para comprobar mi existencia. De pronto, un día dejó de funcionar y me pasé 6 meses enviando correos, haciendo llamadas, explorando el website donde se explica lo sencillo que es el proceso.

Mi desaparición del mundo digital me demostró muy bien la distancia que hay entre las buenas ideas y la forma como las ponen en uso los funcionarios. Nueve veces me enviaron la clave con el extenso instructivo que cumplía minuciosamente. Un funcionario me recomendó ir personalmente a la registraduría, pero me empeñé en dilucidar hasta dónde podía llegar la inoperancia y la despersonalización. Finalmente recuperé la existencia de la misma misteriosa forma como la había perdido.

Un minúsculo incidente que hace pensar en la Venezuela que ha logrado Madurar “el sistema de votación más moderno del mundo”, una de las herramientas cruciales para envolver esa horrenda y abusiva dictadura con ropaje democrático. Para no mencionar Cuba donde las elecciones se ganan con el 97%.

Bienvenida la digitalización de todas nuestras interacciones. Pero es bien sabido que donde hay un software, aparece una trampa. En el mundo de las finanzas, son billones lo que se logran robar los modernos pillos con toda clase de ardides. A pesar de sofisticados esfuerzos no ha sido posible impedir que Corea del Norte logre robar 1,7 billones de dólares al año en cryptomonedas, recursos que usa para sus progresistas misiles nucleares.

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