Crítica sin torear el avispero

Enero 18, 2015 - 12:00 a. m. 2015-01-18 Por: Patricia Lara

“Tout est pardoné”, “todo está perdonado,” dice un Mahoma en llanto que exhibe un afiche con la leyenda de “Je suis Charlie.”Esa caricatura, que circuló en Francia en 5 millones de ejemplares y se reprodujo en cientos de periódicos del mundo, y que para los occidentales es apenas un dibujo conmovedor y solidario con esos caricaturistas franceses, símbolos de la libertad de expresión, atrozmente asesinados por el fanatismo religioso, para millones de musulmanes constituye una blasfemia y un insulto, en la medida en que el islam prohíbe representar en imágenes a Dios y a su profeta Mahoma. Y lo que para nosotros es un crimen imperdonable, pues se trata del intento de asesinato a la libertad de expresión mediante el homicidio de doce intelectuales y artistas indefensos, para el líder yihadista Ayman al Zawahiri, que ordenó el atentado, el múltiple crimen es un acto de justicia divina y el cumplimiento de un deber sagrado.Esa diferencia de visiones sobre lo que significan valores fundamentales para las dos civilizaciones, -la libertad de expresión para Occidente y el respeto a Mahoma para el islam-, es factible que pase de ser una discrepancia de concepciones a una tragedia mundial que pueda desembocar en la muerte de decenas de miles, o incluso de millones de inocentes, al activar Occidente su batería de guerra contra los países islámicos (ya el Presidente francés anunció la movilización del portaviones Charles de Gaulle para intervenir en Iraq con “todavía más fuerza e intensidad”), y al dar los líderes del Estado Islámico y similares la orden de guerra a muerte contra todo el que sea sospechoso de no respetar a Mahoma.Ante semejante disparate generado por los fanatismos, lo único sensato parece ser lo que está haciendo el Papa Francisco, quien cada día es más digno de admiración, incluso para los que no discrepamos del todo con Marx y sus seguidores cuando consideran que “la religión es el opio del pueblo”. El Papa, en Sri Lanka, dijo ante responsables budistas, hindúes y musulmanes que “nunca se debe permitir que las creencias religiosas sean utilizadas para justificar la violencia y la guerra”. Ya antes, al referirse a la masacre de París, había afirmado que la “cultura del rechazo al otro” puede volver al ser humano un “esclavo” de “formas tergiversadas de religión”. Pero también dijo después que “no se puede provocar, no se puede insultar la fe de los demás”.En realidad, en este momento de fanatismos locos, es mejor no torear el avispero. Por eso, los líderes religiosos deben buscar un acercamiento entre los más influyentes de todas los credos, para lograr un acuerdo en torno a la comprensión de los demás y al respeto al derecho a la crítica y a los valores de los otros; y después, al unísono, predicar por el mundo su compromiso, que debe incluir, necesariamente, la proscripción de todo tipo de violencias. A ver si su mensaje llega de pronto al corazón de los locos…* * *Adiós Margot Leongómez de Pizarro, mujer admirable, hija de militar, esposa de Almirante y madre de tres guerrilleros, dos de ellos asesinados por fuerzas cercanas al Estado y uno, además, torturado atrozmente por el Ejército. Margot sufrió profundamente, como me lo dijo en una entrevista, con la muerte de cada militar y de cada guerrillero. Y agregó: “todos los días le pido al Señor perdón, porque si yo siento tanto dolor, me duele mucho más el dolor que (a otras) mamás les hayan causado mis hijos”. Paz en tu tumba, querida Margot. Y un abrazo largo para Nina, Juan Antonio, Eduardo y todos los nietos.

VER COMENTARIOS
Publicidad