El pais
SUSCRÍBETE

Inicio

Artículo

Vox populista

Se oponen abiertamente a los musulmanes, la inmigración, los impuestos y a las leyes de género. Al independentismo catalán, al aborto, y a las leyes contra la violencia doméstica.

7 de diciembre de 2018 Por: Muni Jensen

Se oponen abiertamente a los musulmanes, la inmigración, los impuestos y a las leyes de género. Al independentismo catalán, al aborto, y a las leyes contra la violencia doméstica. Defienden abiertamente las corridas de toros y la caza, rechazan a los gay, y proponen cerrar mezquitas. Su nombre es Vox, se autodenominan partido, y prometen revivir la ‘grandeza de España’ mientras se les acusa de fascistas e inconstitucionales. Tras solo cuatro años de fundada, esta nueva agrupación acaba de convertirse en noticia mundial tras un notable desempeño en las elecciones regionales en Andalucía, región que el partido socialista Psoe ha dominado desde 1982.

Los políticos de Vox, liderados por Santiago Abascal, quien fue parlamentario vasco del Partido Popular, han navegado en las orillas de la política española mientras los expertos los ignoran o los miraban con desdén, al tiempo que los intelectuales afirman que en España está muy fresco el recuerdo del franquismo y que esto salva al país del nacionalismo de derecha extrema que sacude a Europa. Después de lo sucedido en Andalucía nadie está tan seguro. El discurso de Vox, un revuelto de propuestas políticas centralistas y planes económicos basados en eliminar impuestos, mezclados con planteamientos conservadores sin rodeos sobre los más polémicos temas sociales, tiene resonancia entre los que sienten hartazgo con los discursos tradicionales, incluyendo los de izquierda.

El fenómeno antipolítico que representa Vox tiene réplicas en el mundo entero. Nace del descontento, es víctima y causante del colapso de los partidos, y se nutre del hartazgo, la corrupción y la crisis económica. Ante todo, se alimenta con el miedo. Sus raíces espontáneas rápidamente se transformaron en un esfuerzo mundial organizado, donde hábiles operadores políticos han empezado a meter las manos. Uno de los protagonistas es el nefasto estratega Steven Bannon, artífice de la campaña de Donald Trump, quien se mudó a Bruselas para fundar una entidad llamada ‘El Movimiento’, cuyo fin único es multiplicar y ordenar sistemáticamente los grupos y candidatos de derecha europeos, para asegurar una mayoría populista en las elecciones del Parlamento Europeo en el 2019. Mientras en Europa las élites económicas, políticas e intelectuales se rasgan las vestiduras y pelean entre sí, Bannon y sus socios planean un futuro.

Este ‘movimiento’ , que en teoría se lanzará mundialmente en enero con una cumbre, nació como un club de populistas dedicados a apoyar partidos euroescépticos en todo el continente europeo. Desde que se unió Bannon, se ha sofisticado y convertido en fundación, centro de encuestas, investigación y análisis, y agencia de prensa y relaciones públicas. Se atribuyen el reciente éxito de los triunfos electorales en Austria y la fuerza de La Liga en Italia, y dictan conferencias en los actos públicos del Frente Nacional en Francia, en Suiza y la República Checa. El origen de los fondos es desconocido, pero los métodos son copiados de la política de EE.UU. El libreto es el mismo en todos los casos: canalizar el miedo, rechazar a los inmigrantes, atacar a los medios, abandonar la corrección política en sus discursos, y declarar guerra a los partidos.

Mientras en España la derecha y la izquierda se culpan entre todos por el sorprendente resultado de Vox en Andalucía, y los partidos tradicionales se debaten entre recoger la creciente popularidad de este grupo o rechazarla de pleno, este crece sin detenerse, atrayendo jóvenes aburridos de la política y convirtiendo al país en el nuevo blanco de un gran esfuerzo multinacional para minar la libertad y la democracia.

Sigue en Twitter @Muni_Jensen