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Yo soy de la generación de los cocacolos, como nos decían nuestros...

20 de septiembre de 2014 Por: Miky Calero

Yo soy de la generación de los cocacolos, como nos decían nuestros padres. Desde que tengo uso de razón he tomado y disfrutado de esa gaseosa. Recuerdo muy bien que cuando era un adolescente siendo parte de la gallada de Santa Rita, con mis amigos los Hurtado, los Salazar, los Racines, los Perea, los Ayalde, etc,. Llegábamos del colegio en la tarde y nos encontrábamos en la pastelería Iberia para comernos un sanduche de empanada. Lo que hacíamos era que a un pan aliñado que valía un peso, le metíamos dos empanadas y junto con una Coca-Cola grande saciábamos nuestras hambres juveniles. Invitábamos a nuestras conquistas féminas a disfrutar con nosotros de esa bebida burbujeante. Hoy día tengo 58 años, sigo tomando Coca-Cola y gracias al cielo disfruto de una excelente salud.Creo que la ‘coca’ nació como un remedio y para mi sigue siéndolo, cuando estoy indispuesto del estómago me curo tomándome una bien fría. Disfruto mucho la 350 en vidrio o la de lata pequeña. Nunca me he comido una pizza o una hamburguesa con un jugo de maracuyá y de guanábana, sigo siendo un ‘Cocacolo’ empedernido. Tengo que aclarar que esta columna no esta patrocinada por la fabrica de Coca-Cola, pero si quieren reconocerme algo, no me pongo bravo.Con mi buen amigo ‘Julito’ Calonje que es un reconocido médico de Cali y que está haciendo un trabajo bacanísimo (del cual hago parte) sobre la luz de los alimentos, hemos tenido muchas charlas sobre el ‘daño’ que esta bella gaseosa puede hacer en el cuerpo humano y si es o no conveniente tomarla. Yo argumento que hasta ahora no he conocido a nadie que haya muerto por ingerirla, inclusive es tan buena que hasta ayuda a destrabar tornillos enquistados. Tengo dos amigos ‘viejos’, uno mayor de 80 y el otro mayor de 90, que toman esa bebida, están súper saludables, todavía hacen deporte y hasta montan bicicleta.¿Qué es bueno, qué es malo? ¿Qué le conviene o no al cuerpo? Hay un punto en el que siempre coincidimos con Julito y es que lo mejor para nosotros es tener una emocionalidad sana, las personas que llegan a sus años mozos en buen estado, siempre son las que han vivido una vida sin tantas pendejadas, sin tantos odios y rabias, sin tantas envidias y celos, allí creo que todos tenemos que trabajar, allí es donde están nuestras posibilidades de llegar a viejos sanos. La comida y el ejercicio son importantísimos… verduras, frutas, buenas horas de sueño, en fin todo lo natural, un balance, ‘ni mucho que queme al santo ni poco que no lo alumbre’.No sé si la Coca-Cola agregue años, pero estoy seguro que la felicidad sí. Jesús dijo: “No es lo que entra por la boca lo que contamina al hombre es lo que sale de ella”.