Jaime Coriat, el amigo

Nunca requerí de sus servicios porque seguramente otro gallo me hubiera cantado y hasta mejor para él.

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13 de abr de 2020, 11:55 p. m.

Actualizado el 25 de abr de 2023, 10:55 p. m.

Nunca requerí de sus servicios porque seguramente otro gallo me hubiera cantado y hasta mejor para él no tener que soportar a este pajarraco aposentado en su diván. Pero a cambio, disfrute de su amistad deliciosa, de su charla emotiva y de su bonhomía que le hizo ser apreciado y querido por todos los que lo conocieron en el plano profesional y personal.

Estaba tratando de hilvanar algunas ideas para esta triste columna cuando me llamó una gran amiga suya y me pidió que le publicara la nota que transcribo a continuación:

“Me cuesta mucho expresar, sin la emotividad a flor de piel, todo lo que siento ante la partida de Jaime Coriat. Se fue un gran ser humano que junto a su esposa Lucra fueron parte de nuestra familia y de muchas familias más.

Nos deja un ser humano a quien amamos tanto, lleno de alegría, de picardía, inteligencia, chispa, carisma y don de gentes como dicen los veteranos de su gallada. Un políglota fabricado con demasiada elegancia. Culto, instruido y siempre un caballero. Excelente lector y un gran conversador, con un sentido del humor de finura única y exquisitez auténtica.

Un médico psiquiatra apasionado por su profesión, destacado y admirado por sus colegas. Libanés de corazón y amante de la gastronomía. Un sibarita gocetas del arte y la cultura y especialmente de la vida y las conversaciones agradables.

Como te extrañaremos, como te lloraremos y como te recordaremos siempre, seguros que el Padre te recibirá con los brazos abiertos en su morada eterna. Se acabó el dolor físico que te acompañó en los últimos años pues tu lucidez nunca la perdiste.

Es verdad, te fuiste, pero a pesar de tu ausencia nos quedan memorias y momentos de infinita alegría, pues dejaste una huella muy profunda en nuestros corazones.

Desde nuestra condición humana es muy difícil aceptar que ya partiste. Somos seres egoístas que hubiésemos querido tenerte siempre con nosotros, pero Dios ya exigió tenerte a su lado para carcajearse y disfrutar de tu presencia.

Vuela alto mi querido Jaimito al encuentro de tantos seres que amaste y partieron antes que tú. A nuestra Lucrita qué vacío tan grande deja este gran señor. Qué duro aceptar que se nos fue pero también tú mereces descansar. Nadie sabe por las que has pasado en estos años, en los que como una esposa dedicada y entregada lo cuidaste con tanto amor. Él sabe que tuvo una hermosa familia y una gran mujer a su lado que no lo dejó nunca solo.

Qué orgullosos deben estar sus hijos de ese maravilloso padre que les dejó todo en la vida, así como sus nietos y su nuera (sí-era) del espectáculo de abuelo y suegro que tuvieron y honren siempre su existencia y cosechen los frutos de su legado.

Te abrazo desde mi condición humana y abrazo tu condición ahora celestial. Fuiste un súper compañero de vida a la que le damos gracias por permitirnos el privilegio de haberte conocido y haber reído juntos tantas veces. Porque llegamos a esta vida con solo el boleto de regreso. Y ya que nos dejas, ¡te deseamos buen viaje!”.

Andrea Holguin Caicedo

Administrador de Empresas, Abogado y periodista por vocación. Director y fundador de MF Publicidad Mercadeo Limitada, al igual que de los programas Mario Fernando Piano y Oye Cali. Galardonado en dos oportunidades con el premio Simón Bolívar de periodismo. Escribe para El País hace más de 40 años.

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