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Humildad de sabio

Nada resulta más humano y nivelador que la enfermedad. Ante ésta, todos somos iguales y la batalla es la misma: por la salud y por la vida. De allí el valor del médico, su sabiduría, su condición que muchas veces los...

25 de abril de 2019 Por: María Elvira Bonilla

Nada resulta más humano y nivelador que la enfermedad. Ante ésta, todos somos iguales y la batalla es la misma: por la salud y por la vida. De allí el valor del médico, su sabiduría, su condición que muchas veces los hace soberbios e inasibles frente a la impotencia de los enfermos.

Finalmente el enfermo está en sus manos, en su experiencia, en su destreza, especialmente cuando se trata de un cirujano que se mueve en el límite de la vida y la muerte que se la juegan en el espacio ascéptico de un quirófano donde tienen que tomar decisiones definitivas para ganarla enfrentados a nubarrones, situaciones impredecibles que ponen a titubear hasta el más diestro de los pilotos.

De allí el valor testimonial del libro del neurocirujano inglés Henry Marsh, ‘Confesiones’. Corre la cortina del misterio y los secretos del quirófano –secretos humanos y emocionales- para mostrarse, a pesar de su prestigio y reconocimiento como un hombre de carne y hueso sometido a las presiones y desafíos de la vida.

Marsh deja en claro que el pedestal no existe porque además de sabiduría, cuenta, y de qué manera, la condición humana. Médicos que le ayudan a los pacientes a tramitar los momentos de incertidumbre y temor producto de la sensación de esa sensación de vulnerabilidad y fragilidad que generan las dolencias físicas. Médicos que no se han dejado atrapar por el manejo impersonal de los diagnósticos fríos que empiezan a gobernar el sistema de salud moderno en todo el mundo y que con los arrogantes silencios llenan de zozobra las salas de espera de hospitales y clínicas en espera de respuestas.

Un hermetismo sumado a un secretismo que se vuelve una forma de existencia y que pocas veces los médicos se atreven a quebrar para mirarse al espejo, como lo logra Marsh en su ‘Confesiones’. Unas memorias escritas con honestidad y con humildad. Un cirujano humanista que entienda la vida con complejidad y que ha buceado con sus micro instrumentos las incógnitas del cerebro de al menos 15 mil pacientes. En su narración, nunca cae en la trampa de los tecnicismos o la erudición científica; reflexiona sobre las múltiples situaciones en las que están en juego sentimientos y emociones de pacientes, médicos, ayudantes, familias cuyas vidas se entretejen con intensidad en momentos cruciales con un especial significado alrededor de experiencias dramáticas, cargadas de ansiedad, para quien los vive.

Las ‘Confesiones’ de Marsh impactan muy especialmente por tratarse de la reflexión de un gran cirujano, que se sacude el manto de gran gurú inalcanzable en cuyas manos está la suerte del ser humano que se somete a una cirugía de alto riesgo y se atreve incluso a contar los errores que ha cometido en el quirófano en sus más de 35 años de práctica profesional en uno de los grandes hospitales de Londres. Errores que pueden ser fatales.

Una postura con la que da ejemplo y finalmente busca reclamar más humildad a sus compañeros y menos miedo al afrontar diagnósticos complicados, siempre teniendo en mente la máxima con que tituló su primer libro: ‘Ante todo, no hagas daño’. Sus complejas cirugías se confunden con la tarea urgente de desactivar una bomba, moviéndose en un campo de batalla donde él sabe bien que se puede ganar o perder.
Y por esto hace pensar tanto.

Sigue en Twitter @elvira_bonilla