Las campeonas que venden aguapanela para representar a Colombia

Todos los domingos se les ve en el semáforo de la Calle 16 del barrio El Ingenio de Cali. Allí, con pancartas, piden apoyo económico para viajar a Argentina y representar a Colombia en el Panamericano de Clubes que será en San Juan, del 2 al 8 de noviembre. Después, la meta es asistir al Panamericano del 10 al 16 de noviembre.

Se trata de las integrantes del Club Pumas Hockey, el único con reconocimiento deportivo en Cali. Sus deportistas comenzaron hace una década, cuando tenían entre 6 y 8 años. Actualmente son categoría Sub 19 damas, las campeonas nacionales. También son la base de la Selección Valle de Hockey.

El equipo lo integran Isabella Saldarriaga, Valentina Zabala, Jennifer Tintinango, Aissa Mariana Barrera, Mariana Trujillo y Camila Pantoja. El entrenador es Jaime Herrera.

Como es un deporte que no pertenece a Juegos Departamentales ni es Olímpico, siempre les dicen desde las entidades públicas: “el hockey no tiene presupuesto”. Entonces, como suele suceder en Colombia, quienes patrocinan a las deportistas son los padres de familia.

Para financiar el viaje a Argentina lo han hecho todo: desde la rifa de una moto hasta vender aguapanela con limón en el parque de El Ingenio, a solo $2000 el vaso. Aunque han tocado las puertas de la empresa privada, el apoyo ha sido mínimo. Han sido los microempresarios de Cali quienes han aportado para los uniformes e implementos. Pero las grandes empresas hasta ahora no se han manifestado. Y, en realidad, no les falta mucho para lograr viajar a Argentina y representar a Colombia.

En total, el desplazamiento del equipo cuesta $38 millones. Con las rifas, las ventas de agua panela y lo que donan los caleños que asisten a la ciclovía del parque El Ingenio, el Club ha recogido 18 millones. Aún faltan 20, que también servirán para pagar la inscripción al torneo, que es en dólares: 1200.

Con ese dinero podrían viajar las deportistas, su entrenador, una delegada y dos padres de familia. Al ser menores de edad, requieren el acompañamiento de los adultos.

“Tenemos el talento, el entrenamiento, los uniformes, las ganas para representar a Colombia, pero nos faltan los pasajes. Este sueño necesita un empujón e invitamos a Cali para que nos apadrine y podamos llegar a las canchas en Argentina”, dicen ellas en sus pancartas.

Incluso el apoyo puede ser un buen negocio para una empresa que decida patrocinarlas. El Club Pumas está en capacidad de emitir certificados de donación, lo que se traduce en descuentos tributarios. Pero más allá de eso, en definitiva, el hockey de Cali necesita una mano solidaria.

Detrás de cada rifa, de cada vaso de aguapanela que venden los domingos, hay una red silenciosa de padres y madres que acompañan, cocinan, transportan, recogen fondos y no dejan que las niñas se rindan. Son familias que, sin ningún beneficio económico, se sostienen en la convicción de que el deporte puede abrir puertas, enseñar disciplina y ofrecerle a sus hijas un horizonte distinto. Ellas representan la otra cara del deporte caleño: la que no sale en los podios, pero mantiene viva la ilusión de competir con dignidad.

Cali lleva décadas repitiendo el eslogan de ‘Capital deportiva de América’, heredado de los Juegos Panamericanos de 1971. Sin embargo, en la práctica, esta capital parece olvidar a muchos de sus deportistas. Las Pumas son un ejemplo de la distancia entre la propaganda y la realidad: jóvenes talentosas que, sin canchas adecuadas ni apoyo oficial, venden agua panela para no dejar morir su sueño. Y tal vez ahí, en ese semáforo, esté el verdadero espíritu deportivo que Cali tanto proclama.

Quien desee aportar puede consignar en la cuenta de ahorros Bancolombia 80300022913, a nombre del Club Pumas Cali Hockey, o llamar al 3148737113.

Porque, aunque Cali se llame a sí misma la capital deportiva de América, a veces sus verdaderas campeonas todavía tienen que pararse en un semáforo para perseguir un sueño.