Columnistas
La ambición de Elon Musk
Acaba de presionar a la junta directiva de Tesla para que le otorgue una bonificación de 427 millones de acciones de la empresa, que equivalen al 12 % de la propiedad accionaria, y que pueden llegar a tener un valor de un billón de dólares...
Siga a EL PAÍS en Google Discover y no se pierda las últimas noticias


22 de nov de 2025, 11:44 p. m.
Actualizado el 22 de nov de 2025, 11:44 p. m.
Elon Musk es el hombre más rico del mundo y su fortuna ha crecido en forma impresionante. Según la revista Forbes, la riqueza de Musk aumentó de USD 195.000 millones en 2023 a 342.000 millones en 2024; los últimos estimativos la calculan por encima de los US D450.000 millones, es decir, un incremento de 130 % en solo dos años.
Cualquier persona debería sentirse satisfecha con esa fortuna, pero para Musk no es suficiente y quiere más. Acaba de presionar a la junta directiva de Tesla para que le otorgue una bonificación de 427 millones de acciones de la empresa, que equivalen al 12 % de la propiedad accionaria, y que pueden llegar a tener un valor de un billón de dólares, es decir un millón de millones (USD 1.000.000.000.000, con todos esos ceros) que es más de dos veces el PIB anual de Colombia.
Se supone que el bono es un incentivo para que Musk se concentre en trabajar en Tesla, por lo que está condicionado al cumplimiento de objetivos financieros y operativos en un período de 12 años, como por ejemplo vender 20 millones de vehículos y un millón de robots humanoides. El más retador es incrementar el valor de mercado de la empresa, que hoy es de 1,2 billones, y llevarlo a más de 8 billones de dólares (Por eso el 12 % de las acciones que le regalan valdría 1 billón).
A pesar de las justificaciones financieras que pudiera tener una bonificación de estas magnitudes, hay muchas preguntas y cuestionamientos que llevaron a algunos accionistas minoritarios a oponerse al bono.
La primera es sobre la necesidad del incentivo. Musk hoy es dueño del 13 % de las acciones de Tesla, o sea que si logra el objetivo de aumentar el valor de mercado de la compañía a 8 billones de dólares, automáticamente aumentaría su patrimonio en 1,04 billones sin necesidad del bono. ¿No es eso suficiente aliciente para seguir trabajando en la empresa? ¿Por qué exige recibir el doble de remuneración, con lo que multiplicaría por 5 veces su patrimonio actual, y posiblemente pagando muy pocos impuestos?
¿Para qué busca un mortal acumular tanto dinero? Ciertamente, no es para poder comprar más cosas: para usar esa fortuna en 30 años, Musk debería gastar 180 millones de dólares cada día. Tampoco parece que sea para hacer filantropía, pues, a diferencia de otros ultramillonarios, como Bill Gates, Warren Buffet o George Soros, que han donado decenas de miles de millones de dólares a fundaciones, hospitales o universidades, son muy pocas las donaciones conocidas de Musk. El mismo dijo que el gran pecado de las democracias occidentales es la empatía.
El motivo real, más allá del orgullo de ser el más rico del cementerio, parece ser el ansia del poder, no solo corporativo y empresarial, sino sobre todo político. Así lo ha demostrado con sus millonarias donaciones a la campaña electoral de Trump y de varios congresistas republicanos, que le permitieron llegar al Gobierno con su Doge para tratar de desmantelar el aparato estatal, aunque después la confrontación de egos con Trump lo obligó a dejar esa posición. También ha apoyado a partidos de extrema derecha en varios países europeos, pues su objetivo es implantar en todo el mundo regímenes cuasi fascistas. El gran peligro de las democracias es la influencia de los billonarios en los gobiernos.
6024455000






