Por siempre Marilyn
amás morirá Marilyn Monroe. Quienes la admiramos la tendremos siempre en la memoria,...
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8 de jun de 2022, 11:40 p. m.
Actualizado el 17 de may de 2023, 12:44 p. m.
Por generoso obsequio de mi hijo Federico, en mi biblioteca fulge copia perfecta del retrato de Marilyn Monroe, cuyo autor es Andy Warhol, y que hace pocos días el original fue vendido por la casa de subastas Christie’s en la fabulosa suma de 195 millones de dólares, que la convierte en la obra más costosa del Siglo XX, pues sobrepasa los 179,4 millones de dólares que un coleccionista pagó por ‘Las mujeres de Argel’ de Pablo Picasso.
¿Qué tiene el cuadro de Warhol para alcanzar ese precio? Me atrevo a decir que no es solamente la calidad del pincel del artista gringo, sino porque guarda el recuerdo imperecedero que el mundo tiene de esta mujer, que tuvo la fortuna de su belleza impar, pero también el infortunio de una vida llena de tristezas y de lágrimas.
Nacida en 1926, hija de un padre ausente y de una madre con severos problemas psicológicos, Norma Jean Baker –su verdadero nombre- creció en total abandono afectivo, y su niñez transcurrió en varios hogares de acogida. Casó en plena adolescencia con un marinero que permanecía navegando, por lo que ese enlace duró poco.
Alguien que la conocía la condujo al director de Playboy quien cautivado por su belleza le ofreció 50 dólares por posar desnuda para la portada de la revista. Esa foto de ella desprovista de ropa sobre un tapete escarlata hizo que la revista para hombres triplicara el tiraje.
Un buscador de estrellas de Hollywood le consiguió un breve rol en ‘Mientras la ciudad duerme’, en la que aparece fugazmente, pero su buena actuación y su linda estampa atrajeron a los productores, y así llegó a ‘Niágara’, que se apoderó de las marquesinas de todos los teatros del mundo.
Tengo todas sus películas desde la primera hasta la última -curiosamente dirigidas ambas por el mismo director, John Huston-. En ésta -‘Vidas rebeldes’- ya se notaba el efecto devastador de las drogas pues como no podía dormir apelaba a los somníferos, y como al día siguiente tenía que presentarse a la grabación, acudía a los antidepresivos y ansiolíticos.
Los directores sufrían con su comportamiento, pero como ella aseguraba enormes éxitos de taquilla la soportaban pues todos reconocían que era una actriz fuera de serie. Basta verla en ‘La comezón del séptimo año’ o en ‘Con faldas y a lo loco’, para saber que estaba a la altura de las más destacadas estrellas de la pantalla.
Si se me pregunta cuál fue su mejor actuación, respondo que en estas dos películas. A una de ellas resolvieron titularla en español ‘Con faldas y a lo loco’, en vez de ponerle ‘Algunos lo prefieren caliente’, que es la exacta traducción para ‘Some like it hot’, más ajustada a lo que sucede en esta hilarante comedia dirigida por Billy Wilder, y coprotagonizada por dos grandes: Tony Curtis y Jack Lemmon.
Los desastrosos matrimonios con Arthur Miller, el laureado dramaturgo, y con Joe DiMaggio, el ídolo del béisbol, la condujeron a graves crisis, incluida reclusión en hospital psiquiátrico. Luego le dio por lo más difícil: enamorarse del presidente John F. Kennedy, y luego de su hermano Robert. Cuando este último le notificó que el romance no iba más, esa noche ingirió todo el frasco de barbitúricos, que le causaron la muerte.
Jamás morirá Marilyn Monroe. Quienes la admiramos la tendremos siempre en la memoria, y el cuadro de Warhol sirve de soporte para el recuerdo de esta mujer que colmó los sueños de los hombres de mi generación.

Abogado con 45 años de ejercicio profesional. Cargos: Alcalde de Tuluá, Senador y representante a la Cámara, Secretario de Gobierno y Secretario de Justicia del Valle. Director SAG del Valle. Columnista de El Pais desde 1977 hasta la fecha.
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