Hasta que empiece a brillar

‘Hasta que empieza a brillar’ es una novela que se sitúa en el interesante cruce entre biografía, ensayo literario y ficción novelada. El escritor Andrés Neuman toma la figura de María Moliner —bibliotecaria, filóloga y autora del célebre Diccionario de uso del español— y la convierte no solo en el objeto de estudio, sino en protagonista íntima, compleja, humana.

Una de las virtudes más destacables de la novela es cómo se articula la pasión por lo lingüístico con las contradicciones sociales y políticas de la España franquista.

Neuman no se limita a relatar fechas y hechos: imagina, sugiere, especula acerca de lo que pudo motivar a Moliner a empezar su inmensa obra, los silencios que dejó afuera, los momentos de resistencia sutil desde el lenguaje.

El estilo de Neuman es refinado, delicado, lleno de cuidadas imágenes y sensibilidad. No obstante, hay una tensión constante entre lo documental y lo ficticio: se siente que cada palabra, cada definición que se menciona, cada pausa, están cargadas de significado simbólico.

En este sentido, la novela funciona también como reflexión sobre el poder de las palabras —qué pueden hacer, qué pueden revelar o silenciar—, sobre la memoria, la cultura, la influencia invisible de lo cotidiano.

También es notable cómo se ‘humaniza’ a Moliner: no se la idealiza excesivamente, sino que aparece con dudas, con afectos, con límites, con vida familiar, con errores. Todo esto la hace más cercana y admirable precisamente por su dimensión humana.

En cuanto a posibles críticas, podría decirse que quienes esperen una biografía estricta podrían sentirse incómodos con los pasajes de invención literaria; hay momentos en los que la hipótesis (por ejemplo, que el diccionario sea una autobiografía oculta) exige al lector cierta licencia para aceptar lo ficticio superpuesto a lo histórico. Pero, para muchos, esto no es fallo, sino parte del encanto: le da densidad, misterio, resonancia.

En resumen: ‘Hasta que empieza a brillar’ es un homenaje bien logrado a María Moliner, pero más que eso, una novela que celebra la lengua, explora el silencio, la resistencia y la belleza que puede haber en lo minucioso, en lo cotidiano, en lo que parece delimitado pero aspira a lo infinito. Lectura recomendada para quienes aman las palabras, para quienes valoran la memoria y las mujeres cuyos talentos han sido en parte silenciados por la historia.