Columnistas
¡Gracias!
Hoy finalizo este camino con la convicción de que hemos dado pasos firmes hacia un futuro diferente, pues Cali y el Valle del Cauca están atravesando un buen momento.
Hace tres años acepté el reto de dirigir la Cámara de Comercio de Cali y ayer terminé mis funciones en medio de gratitud, satisfacción y nostalgia por dejar una institución que durante 114 años ha fortalecido el empresariado de nuestra ciudad, y por tanto, trabajado por el desarrollo económico de nuestra región.
Satisfacción porque hace 36 meses empezamos a trabajar con una lógica diferente que nos permitiera afrontar de una manera más ágil los retos de un contexto altamente volátil y cambiante, y unos desafíos globales que parecían arreciar con fuerza y no estaban en nuestras prioridades. Por ello, decidimos que la estrategia de Cámara debía complementarse con una visión de competitividad regional y sostenibilidad que nos apalancara tanto el impacto ambiental como el social en las acciones que emprendíamos por nuestra región. Satisfacción plena, porque en tan poco tiempo, logramos resultados transformacionales, en medio de un escenario económico incierto y adverso.
Gratitud por la oportunidad de liderar un equipo maravilloso comprometido con el fortalecimiento y desarrollo de los empresarios de nuestra región. También gratitud por la inmensa oportunidad de demostrarle a Colombia que en el Valle del Cauca estamos construyendo desde un liderazgo colaborativo y colectivo donde el trabajo en equipo se está convirtiendo en la forma de hacer las cosas para poder solventar los grandes retos que aún tenemos. Hoy, proyectos como la COP16 demuestran que la unión del sector privado, público, fundacional, y la academia son fundamentales cuando pensamos en objetivos transformacionales para nuestra región.
Nostalgia porque si no la sintiera, quisiera decir que, o no estaba haciendo bien mi trabajo, o no lo estaba haciendo con la pasión que se merecían los más de cien mil empresarios registrados y los casi 400 colaboradores de la Cámara que me exigían diariamente ser un mejor profesional del que llegué en 2021. También nostalgia al dejar un sistema cameral que tiene en su poder el transformar la realidad de los territorios colombianos con grandes líderes al frente de las 58 cámaras del país.
A lo largo de estos tres años, refrendé que la clave del éxito no está en el esfuerzo individual, sino en el trabajo colectivo. Estos tiempos exigen liderazgo, articulación y colaboración entre las instituciones e individuos. Trabajamos para posicionar a Cali como un referente de sostenibilidad y biodiversidad; una biodiverciudad que tiene todo por construir. Sin embargo, no todo fue fácil; a veces, los avances fueron lentos, los retos parecían abrumadores y las decisiones difíciles. Pero cada paso que dimos fue una construcción hacia un futuro más sólido e inclusivo.
Hoy finalizo este camino con la convicción de que hemos dado pasos firmes hacia un futuro diferente, pues Cali y el Valle del Cauca están atravesando un buen momento. La coyuntura siempre será un reto, pero lo importante es no dejarnos desviar por los obstáculos temporales, y debemos mirar hacia adelante con paciencia, visión a largo plazo y confianza en nuestras capacidades.
Gracias a todos los empresarios, por su resiliencia y su capacidad de soñar.
Gracias a las entidades públicas y a las organizaciones aliadas, por entender que el trabajo conjunto es la clave de futuro. Y, por supuesto, gracias a los colaboradores de la Cámara, que con su entrega, pasión y compromiso fueron quienes hicieron posible esta transformación. Gracias a su calidad humana y profesionalismo, logramos estructurar una institución que hoy está lista para seguir construyendo legado en nuestra región.