Bofetada futbolística

La inequidad es grotesca. Todavía nos falta mucho para entender que los deportes no deberían dividirse en géneros.

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26 de oct de 2022, 11:45 p. m.

Actualizado el 17 de may de 2023, 12:15 p. m.

La clasificación de la Selección Colombia Femenina Sub 17 a la final de la Copa Mundial que se juega en India es una lección para aquellos que no han creído en el proyecto del fútbol femenino.

Contra todos los pronósticos, la falta de apoyo, la ausencia de liderazgo en la Federación y la Dimayor y las declaraciones destempladas de mequetrefes como Ramón Jesurún, estas deportistas demostraron el talento natural que existe en el país a nivel deportivo.

Ver a Linda, Juanita, Ana María, Laura resulta emocionante. Ellas han puesto en alto el nombre de Colombia. Como si fuera poco los equipos femeninos del Deportivo Cali y América han hecho mejores campañas que sus pares masculinos en la Copa Libertadores, lo que debería conducirnos a un gran debate sobre el porqué de esa reticencia para apoyar el fútbol femenino, incluso en los medios de comunicación.

Hoy deberíamos estar frente a un decidido apoyo de la Dimayor y la empresa privada a un deporte que ha demostrado la calidad y superación de las deportistas en muy pocos años. Conozco de primera mano la lucha que ha significado para estas jugadoras superar la discriminación, estigmatización y falta de oportunidades. Mi hija María Camila perteneció a la escuela Carlos Sarmiento Lora y cuando se conformó la primera liga profesional, gracias a su talento y disciplina hizo parte del América, pero ante los pocos incentivos y la incertidumbre de cada liga, se retiró y un gran talento deportivo tuvo que resignar sus sueños.

Y es que los incentivos son pocos, las que llegan a ser profesionales obtienen salarios que ni siquiera se acercan a los más bajos del fútbol masculino. La inequidad es grotesca. Todavía nos falta mucho para entender que los deportes no deberían dividirse en géneros.

Esos mitos hay que derribarlos, desde todos los espacios. En el estadio he escuchado que para destacar la buena acción de una jugadora dicen que lo hace tan bien como un hombre. ¡Por Dios! Ya es hora de superar estas taras que no permiten que avancemos.

Esta nueva camada de futbolistas, jóvenes entre los 15 y 17 años, está llamada a construir una generación dorada que puede llevar a Colombia, leáse bien, a su primer título mundial en una categoría Fifa, algo que ningún seleccionado masculino ha logrado.

Es hora de que el fútbol femenino no sea nunca más menospreciado y se le apoye sin reparos. Es el momento en que también los periodistas reconozcan cómo han visto por encima del hombro a estas jóvenes, que dediquen algunas horas al análisis de las actuaciones de los equipos femeninos, que no sea una moda, que se convierta en una acción real y permanente.

Esta generación de jugadoras llegó para callar bocas, abrir espacios y demostrar que el fútbol femenino en este país es una realidad y que goza del apoyo y aprecio de los colombianos.

Comunicador Social, egresado de la Universidad Autónoma de Occidente. Periodista por pasión y convicción. Cali, la ciudad de sus ancestros, que ama y sufre por igual. Sus escritos son la trinchera desde donde cuestiona, critica o también aplaude las buenas iniciativas. Sueña con una ciudad más justa, educada, cívica, segura e incluyente.

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