El pais
SUSCRÍBETE

A quitarse los guantes

Transcurridas las elecciones del domingo, poco a poco se apaciguan las aguas.

3 de noviembre de 2019 Por: Francisco José Lloreda Mera

Transcurridas las elecciones del domingo, poco a poco se apaciguan las aguas. Mientras los que votaron por Jorge Iván Ospina y Clara Luz Roldán aún celebran, los que no lo hicieron lo lamentan y no pocos auguran un futuro gris para la ciudad y la región. Es parte de la catarsis tras una campaña larga y sosa no exenta de confrontación. Lo clave ahora es decidir cuál es el curso a seguir de parte de los mandatarios y los ciudadanos.

Ospina fue elegido con 298.000 votos, seguido de Roberto Ortiz con 199.807 votos. Un triunfo inobjetable, pese a ser el equivalente al 37,93 porciento de la votación. Similar ocurrió en la mayoría de las ciudades, incluyendo a Bogotá y Medellín, cuyos alcaldes obtuvieron el 35,2 y 38,5 porciento, respectivamente, lo que obliga a insistir en la doble vuelta inmediata para las ciudades capitales cuando ninguno supere el 50 porciento.

En el caso de Roldán obtuvo una votación récord de 945.238 votos, seguida de lejos por Griselda Janeth Restrepo, con 144.372 votos. Es decir, la nueva gobernadora ganó con el 56.17 por ciento de la votación. Igual ocurrió en siete de 32 departamentos (Atlántico, Magdalena, Cesar, Córdoba, Cundinamarca, Boyacá, Norte de Santander y Guainía). En estos, el ganador obtuvo una mayoría absoluta, recibiendo un mandato incuestionable.

Pero en ambos casos, con mayoría simple o absoluta, los nuevos mandatarios cuentan con la legitimidad jurídica y política para gobernar; así lo establece el sistema electoral. Y en los dos casos también, están llamados a entender que su elección no les otorga un poder omnímodo; que deben gobernar para todos y que la verdadera legitimidad es la que se gana a diario, con liderazgo y acciones, y lo más importante, con ética y ejemplo.

Jorge Iván encuentra una ciudad doce años más compleja que la de su primera alcaldía. Con retos gigantes en movilidad y seguridad, entre otros, pese a significativos avances. Lo más importante: una ciudad que recuperó su orgullo y sentido de pertenencia, y dejó atrás la desconfianza. Tiene a su favor que es un gran ejecutor y en contra, la prevención que lo caracteriza y la sombra de las investigaciones penales que cursan en su contra.

Clara Luz encuentra un departamento en un punto alto y con reconocimiento nacional. Entre sus retos están, hacer realidad el tren de cercanías, impulsar la conexión Pacífico-Orinoquía, combatir las organizaciones criminales, y convertirse en la líder del Pacífico. Tiene a su favor, su probada capacidad gerencial y el apoyo de Dilian Francisca Toro. Pero éste es también su Talón de Aquiles: deberá demostrar su independencia y talante.

Pero no solo los nuevos mandatarios son responsables del futuro de Cali y del Valle, lo somos todos. De ahí la importancia de seguir fortaleciendo el trabajo mancomunado de la Cámara de Comercio de Cali y Pro-Pacífico, con las dos administraciones regionales. Pasar la página, quitarse los guantes: acompañar al nuevo alcalde y a la gobernadora. No significa que no se les vigile o se proscriba la crítica, pero con fundamento, sin cizaña.

Cali y el Valle lograron salir del oscurantismo con gran esfuerzo y no deben retroceder. Ese es el reto, en resumen, de Jorge Iván y Clara Luz. Y el de todos los vallecaucanos. En buena hora se cuenta con una red gremial seria al servicio de la región, una bancada parlamentaria consolidada, y una buena situación financiera en lo público. Todo está servido para seguir adelante: para que la ciudad y el departamento sigan siendo líderes y pujantes, motivo de orgullo, y respetadas. No nos podemos conformar con menos.

Sigue en Twitter @FcoLloreda

AHORA EN Francisco Jose Lloreda Mera