Sentimientos en campaña

Retroceder y empobrecer también es cambiar.

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8 de abr de 2022, 11:45 p. m.

Actualizado el 17 de may de 2023, 12:36 p. m.

Llevo varios meses preguntándole a amigos de diferentes pensamientos, muchos de ellos de izquierda, sobre las fortalezas individuales de Gustavo Petro que nos inviten a pensar que Colombia se salva con él.
Cuánto quisiera que alguien me dijera que fue gran gerente público en la alcaldía de Bogotá o en cualquier otro cargo desempeñado. Ante la ausencia de esta afirmación, me encantaría que alguno me asegurara que se va a rodear de los mejores porque ha demostrado ser un gran líder de equipos de alto rendimiento. Todos miran al cielo y cambian de tema recordando los compañeros de lucha que han abandonado a Petro.
Y así sigue mi cuestionario, con respuestas negativas o evasivas. Al final con desespero he preguntado: “Pero por lo menos, ¿está demostrado que es una buena persona?”, y ni siquiera con esta respuesta tan básica y abundante, se encuentra quien afirme positivamente sobre su calidad humana. No menciono los adjetivos lanzados por quienes no lo acompañan. Esta columna no es para eso.

Con todo lo anterior es inevitable preguntarse, ¿por qué tantos colombianos piensan votar por él? Las respuestas arrancan con “porque esto tiene que cambiar”. Sin duda si Petro llegara a ser presidente, el país cambiaría. Retroceder y empobrecer también es cambiar. Otros dicen “porque estamos hastiados de la corrupción”, respuesta válida, pero, ¿será el régimen ‘petrista’ el modelo de transparencia que anhelamos? En Venezuela se hastiaron de políticos corruptos y no hay duda que el régimen de Maduro ha sido más corrupto y que una de las formas de asegurarse en el poder ha sido enriquecer a los mandos medios militares para que estos, con plata y armas, garanticen la permanencia del tirano. Volviendo a Colombia, se percibe una expectativa de venganza en el electorado contra muchos de los dirigentes tradicionales y Petro es esa espada samurai de doble filo, con la que se espera herir al régimen, pero con el otro filo, usualmente el guerrero se amputa su propia mano ante la impericia en el manejo del arma. Eso nos podría pasar.

Otros de mis interlocutores detestan a Uribe y por odio prefieren votar por Petro. Quieren ver en Fico Gutiérrez una ficha de Uribe, olvidando que una cosa es el voto de Uribe y otra muy distinta es ser el representante del Centro Democrático. Fico tendrá la misma deuda con muchos partidos que lo acompañan y no será el alto representante del Uribismo.

Otros, muchos no uribistas, nos hemos propuesto a mirar estas elecciones desde una óptica distinta: que no sean manejadas por esos sentimientos negativos como la venganza o el odio. Preferimos pensar en una pasión positiva: el amor por Colombia y en cómo la protegemos.

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