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Las Farc recargadas

Pero la verdad es que en el fondo a nadie le sorprendió que esos personajes tomaran ese camino. Si se esfumaron del planeta no era porque estaban de vacaciones.

29 de agosto de 2019 Por: Diego Martínez Lloreda

Medio país se está ‘rascando’ las vestiduras con el anuncio de ‘Iván Márquez’, ‘Santrich’ y compañía de iniciar una segunda Marquetalia para refundar las Farc-EP.

Pero la verdad es que en el fondo a nadie le sorprendió que esos personajes tomaran ese camino. Si se esfumaron del planeta no era porque estaban de vacaciones. Su desaparición era un signo claro de hacia dónde iban.

En el cuarteto de cabecillas que apareció en el video y que se proclaman como los nuevos comandantes de la renacida guerrilla hay dos bandos: los que no pudieron permanecer en la legalidad y a los que definitivamente no les interesó salir del monte.

En el primer grupo están ‘Iván Márquez’ y ‘Jesús Santrich’. Estos personajes, en un principio, entendieron que la oportunidad que les ofrecía el Estado para abandonar las armas era única. Que semejante generosidad no se iba a volver a ver. Que la posibilidad de no pasar ni un día en la cárcel, a pesar del extenso prontuario que cargaban sobre sus espaldas, no se les iba a volver a presentar, en estos tiempos de la Corte Penal Internacional.

Pero resulta que ‘Márquez’ y ‘Santrich’ se dejaron tentar por un sobrino del primero y terminaron enredados en un negocio para enviar diez toneladas de cocaína a Estados Unidos, que al final se supo era un montaje de la DEA. Bandido es bandido. De seguro ‘Santrich’ y ‘Márquez’ no quisieron dejar pasar la oportunidad de hacer ese último negocio que les permitiera tener ahorros adicionales que les permitieran disfrutar de una jubilación dorada.

Ellos, que tontos no son, se percataron de que habían caído en la trampa de la DEA y que existían toda clase de pruebas que los comprometían en el ilícito. Y llegaron a la conclusión de que si no se devolvían para el monte terminarían presos en una cárcel federal. Mejor dicho, tienen la selva por cárcel.

El caso del ‘Paisa’ y de ‘Romaña’ es diferente. Estos son bandidos profesionales que no saben hacer cosa diferente a delinquir. Y que manejan a la perfección el negocio del narcotráfico. Además entendieron que no estaban en edad de retirarse y que les quedaban muchos años por delante para seguir acrecentando su fortuna con la coca.

Con lo cual, a pesar de la inmensa generosidad del Estado, para ‘Romaña’, ‘el Paisa’ y otros cabecillas de ese perfil facineroso no es ningún negocio integrarse a la legalidad porque ellos no saben moverse en ese mundo.

Tampoco debe sorprender que Rodrigo Londoño, ‘Catatumbo’ y Lozada, entre otros exmiembros del antiguo Secretariado persistan en su intención de seguir adelante con los acuerdos de paz. Lo hacen, en parte porque creen en esos acuerdos, pero sobre todo porque a su edad de jubilados o prejubilados están pensando en pasar sus últimos años en tranquilidad, gracias a las generosas gabelas que les concedió el Estado. Ellos no quieren morir en la manigua como ‘Manuel Marulanda’.

Pueda ser que los colombianos, que somos tan poco dados a aprender las lecciones que nos dejan las experiencias negativas, saquemos de este sinsabor alguna enseñanza que nos sirva para no repetir los errores en el futuro.

Y entendamos, de una vez por todas que para conseguir una paz verdadera no basta la generosidad del Estado y se requiere que la contraparte tenga motivos reales para dejar las armas.

Porque si algo quedó claro tras el circense anuncio de ‘Márquez’ y compañía es que los mas sanguinarios guerrilleros de este país no los tienen.

Sigue en Twitter @dimartillo

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