¡Cuidado, piso resbaloso!

Debo insistir en un tema aparentemente fastidioso, yo lo sé, pero absolutamente necesario y preventivo. Porque estamos en un peligro aparentemente increíble, pero vertiginoso y organizado. Los izquierdosos ejercen tácticas y estrategias que, a base de demagogia y tribunas abiertas pagadas por el Estado, les permiten alcanzar el poder para no soltarlo. Ah, y gastan a rodos el dinero público y ocupan gratuitamente los medios de comunicación y transporte. Propaganda gratis, tamales y lechonas y el discurso agresivo y acomodaticio del presidente Petro, poniéndose de ruana su prohibición constitucional de no intervención en política. ¡Qué bueno para ellos!

Lenin fue experto en tales tácticas y logró conquistar el poder absoluto. Ofreció en aquella Rusia zarista y de siervos de la gleba (esclavos que pertenecían a los feudos) que la tierra sería para los que la trabajaban. Esa fue la primera bandera incumplida cuando ganaron el poder. Y llegaron a una guerra civil terrible, que duró cuatro años (1918-22). Luego fusilaron a gran parte de los campesinos.

Muchas otras mentiras y terror hubo en la dictadura del comunismo, que duró hasta el año 91 del siglo pasado. Engañaron y abusaron, tal como lo cuenta el premio Nobel de Literatura Aleksandr Solzhenitsyn -Archipiélago Gulag-, a quien por cierto ni lo dejaron recibir el llamativo galardón.

Cuando estuve de embajador en Polonia, conocí a fondo la Rusia comunista, la Alemania del Este y todos los países de la Cortina de Hierro; y supe, no de lecturas, sino de realidades, lo que es la pérdida de la democracia y de la libertad. No era, ciertamente, la dictadura del proletariado, sino de unos cuantos asesinos, dictadores y verdugos. También he conocido a Cuba y sé lo que realmente es, como Venezuela y Nicaragua al mismo tiempo.

Es por eso que intuyo y sé lo que sería una dictadura comunista en Colombia, que pudiere continuar -después de Petro- el señor Iván Cepeda, hijo de comunistas y por supuesto él mismo lo es. Estudió en aquella Rusia soviética y pertenece al Partido Comunista, aunque tácticamente lo oculta y anda camuflado. Es la manera de entrar ellos, siempre camuflados. Ah, pero amigo cercano de los cabecillas de las Farc. Y sobre todo buscó afanosamente penetrar con dinero en gentes de antecedentes violentos, para acusar al expresidente Álvaro Uribe. Estrategia que se vio clara en la sentencia de segunda instancia que lo absolvió. O sea que Cepeda es capaz de todo en la búsqueda del poder, que con constituyente después, devolvería al señor Petro, enfundados ambos en las mismas tácticas extremistas de aquella izquierda sin conciencia democrática, que se uniría seguramente a la de Venezuela. Han hablado de revivir la Gran Colombia.

Claro que este asunto es muy grave y debemos prevenirnos y no jugar, como lo están haciendo ciento diez candidatos, que sienten halago por aparentar ser cabezas de ratón y engolosinarse con las chispas de un poder que no podrán alcanzar. La más poderosa arma que acompaña la campaña petrista, es la vanagloria de tales intonsos, cuando cada uno cree que va a ganar.

Tengo respeto por las ejecutorias personales de ellos, pero sé, con el peso de la razón, que ninguno podrá ganar si de los ciento diez no se escoge a uno solo, hombre o mujer, que enfrente de los camaradas, hoy mismo ya dueños del poder. Yo votaré gustoso por el que sea seleccionado con ese criterio superior. Sentido común. Y espero que así se haga. Porque ellos, los camaradas, están celebrando anticipadamente.

¡Por Dios!, que los de la insensata ambición descubran lo que nos puede esperar de la soberbia individual de cada uno. El camino es largo y resbaloso. Afortunadamente, hoy se reúnen los expresidentes Uribe y Gaviria y son conscientes de este gran peligro.