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Centro histórico y feria

En Santiago de Cali, en su sector central, muy mal intervenido, se concentran importantes edificaciones de valor patrimonial, su trazado en damero, su Torre Mudéjar, calles y plazas, instituciones públicas y privadas

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Benjamín Barney Caldas.
Benjamín Barney Caldas. | Foto: El País

11 de dic de 2025, 03:41 a. m.

Actualizado el 11 de dic de 2025, 03:41 a. m.

Siguiendo a Google, y resumiendo, un centro histórico es el núcleo urbano original de una ciudad, caracterizado por ser su área más antigua y concentrar el patrimonio cultural, histórico, económico y social. A menudo, estos centros son el punto de mayor atracción turística, con sus monumentos, edificaciones, calles, plazas y parques que cuentan la historia de la ciudad; y que, para preservarlos, a veces se requieren algunos esfuerzos de revitalización. Designar el centro histórico más famoso es algo subjetivo y, por supuesto, depende de cada región, pero el Centro Histórico de la Ciudad de México (Patrimonio de la Humanidad de la Unesco) el Centro Histórico de Roma y el Centro Histórico de Quito son algunos de los más reconocidos mundialmente.

El centro histórico más famoso de Colombia es la ciudad vieja de Cartagena de Indias (Patrimonio de la Humanidad de la Unesco), conocida como la ‘joya del Caribe’ se destaca por sus impresionantes murallas que la rodean, el alto castillo de San Felipe, fortificaciones, plazas y casas coloniales. Y están los de Santafé de Bogotá (especialmente el barrio de La Candelaria) y la ciudad de Popayán, también muy reconocidos y visitados. En Santiago de Cali, en su sector central, muy mal intervenido, se concentran importantes edificaciones de valor patrimonial, su trazado en damero, su Torre Mudéjar, calles y plazas, instituciones públicas y privadas, religiosas y civiles, e incluye casas de tradición colonial e inmuebles republicanos, modernos y posmodernos.

La 68 Feria de Cali ya no se celebrará en el extremo oriental de su Centro Histórico, calle 25, entre carrera 1 y 15 (El País, 05/12/2025), pese a que Corfecali había comunicado que se reubicarán 3000 puestos de gradería para proteger la zona verde del corredor verde entre las carreras 4 y 5, y que el recorrido desde el salsódromo pasaría de 1500 a 1160 metros. Además, el Dagma había garantizado que los árboles no se tocarán, y anunciado una novedosa Feria Ambiental en la zona verde, desarrollada con la comunidad para fortalecer la educación ambiental y la protección del territorio. Quedaría verificar que se cumpliera lo dicho, y no pasara lo mismo de La Sagrada Familia, Octupus, el ‘urbanismo táctico’ de la carrera 6, o la trampa al PEMP del Centro Histórico.

Según se había informado, lo anterior hacía parte de una estrategia para recuperar este sector, proteger su zona verde, fortalecer la identidad caleña y devolverle dignidad a un territorio significativo para la ciudad. Y la gerencia de Corfecali había confirmado que se retirarán tres graderías proyectadas entre las carreras 4 y 5, decisión que garantiza la preservación total de la zona verde que la comunidad pidió proteger y que el alcalde Eder ordenó no intervenir bajo ninguna circunstancia. La entidad explicó que se anularían 3000 puestos de gradería, lo que equivale al 20 % de la boletería total; así, el recorrido del Salsódromo pasaría de 1500 a 1160 metros; y que se evaluaba llevar parte del desfile a la carrera 12 para activar y recuperar un tramo degradado del sector.

Se trata del Centro Histórico de Cali, y por eso mismo realizar allí su histórica Feria anual es pertinente, pero las entendibles protestas que ocasionó demuestran con claridad que antes se debería hacer un proyecto urbano para dicho sector, pues no solo se trata de proteger los árboles ya sembrados, sino también considerar el paso del Tren de Cercanías, como igual la consolidación del par vial de las calles 25 y 26, e incluso una autopista urbana, para conformar un eje urbano-regional Norte-Sur para Cali y su área metropolitana, desde Yumbo a Jamundí, y que además muy cerca se cruzaría con el eje Oeste-Este a los dos costados del río Cali, que continúa por la carrera 1 a Palmira, temas todos estos ya propuestos hace unos años por un grupo de profesionales.

Arquitecto de la Universidad de los Andes con maestría en historia de la Universidad del Valle. Ha sido docente en Cali en Univalle, la San Buenaventura y la Javeriana, y en el Taller Internacional de Cartagena, de los Andes, y continua siéndolo en la Escuela de arquitectura y diseño, Isthmus, en Panamá. Miembro de la Sociedad Colombiana de Arquitectos, la Sociedad de Mejoras Públicas de Cali y la Fundación Salmona. Escribe en El País desde 1998.

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