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Los orígenes de los sentimientos de culpa

La persona que se siente mal al manifestar su independencia, tiene que entender que es ella misma la que refuerza su esclavitud.

7 de noviembre de 2020 Por: Carlos E. Climent

Los orígenes de los sentimientos de culpa son variadísimos, pero una de sus bases son las creencias patogénicas: emociones poderosas, destructivas, irracionales e inconscientes que llevan a distorsiones absurdas sobre muchos asuntos vitales y que limitan enormemente la vida de las personas.

A continuación, se citan unos pocos ejemplos en los cuales la persona se siente mal cuando manifiesta deseos de liberación o decide sacudirse de yugos injustos:

*Ocurre en la vida cotidiana cuando se divierte, se rebela, tiene éxito o manifiesta rabia o cualquier conducta que signifique independencia de criterio.
*Todo lo negativo que le ocurre, es responsabilidad de ella (nunca del agresor).
*Como consecuencia de este pensamiento enfermizo es víctima de unos sentimientos de culpa que la llevan a estados de angustia, temor, inhibición, pobre autoestima, inseguridad, indecisión, depresión y actitudes de sumisión injustificadas, entre otros síntomas.
*Al no entender el papel que juegan tales creencias no se defiende de ellas, se echa una carga enorme sobre sus hombros y siente que nada de lo que hace es suficiente, es decir, tiene una propensión a sentirse culpable por todo. Por ejemplo, si la mamá se siente mal, está deprimida, la persona culposa sufre o adopta una posición irracional, injusta, agresiva o exagerada y siente que es su responsabilidad el hacerla sentir bien. Si los padres están viejos, ella no se va de la casa, ni se organiza con una pareja pues su dependencia en los progenitores es su manera (absurda por supuesto) de evitarles el sufrimiento. Si un hermano irresponsable está pasando trabajos, es su deber ayudarlo, así ello signifique graves traumatismos personales.
*Si alguien la manipula o engaña no es capaz de defender sus propios derechos y piensa que si ha sido abusada, rechazada o maltratada es porque ha sido mala y por lo tanto se lo merece.
En el caso del esposo desleal, y como respuesta a las traiciones de que es objeto, la esposa siente lástima por el agresor pues lo ve frágil y considera que es su deber y responsabilidad seguirlo acompañando. Por todo lo anterior no solo tolera la infidelidad, sino que la justifica: “Yo soy la responsable por no haber sido suficientemente buena y comprensiva”.

En resumen, la razón de su malestar se origina en que si obra de manera autoafirmada, siente que está siendo egoísta y puede hacerle daño a alguien.

Las creencias patogénicas persisten porque:
*Están demasiado arraigadas en el alma de quienes se han acostumbrado a creer firmemente en ellas.
*Son irracionales e inconscientes y por lo tanto no obedecen al razonamiento lógico.
*Son respuestas automáticas a condicionamientos infantiles.
*Se han constituido en algo tan natural como propio.
*En consecuencia, el miedo mayor es a desafiarlas.

La ayuda profesional sirve para que la persona logre desprenderse de
su noción enfermiza de la realidad. Al tiempo que cuestiona las conductas interpersonales absurdas que impiden una mayor autoafirmación y afecta su desempeño.

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