El mito de Procusto

La imposición de estándares irreales para lograr una supuesta igualdad lleva a la marginación de aquellas personas que no se ajustan a ellos

GoogleSiga a EL PAÍS en Google Discover y no se pierda las últimas noticias

1 de abr de 2023, 11:25 p. m.

Actualizado el 17 de may de 2023, 05:53 a. m.

El mito de Procusto se origina en la mitología griega y cuenta la historia de un posadero que “ajustaba” a sus huéspedes una vez se dormían para que cupieran “perfectamente” en una cama. Si el huésped era más alto, el posadero le amputaba las piernas o la cabeza, y si era más bajo, lo estiraba hasta que alcanzara la medida adecuada. Este mito representa la obsesión por la uniformidad y la homogeneización de las personas, así como la imposición de estándares que no corresponden a la realidad.

En la vida contemporánea, el mito de Procusto se observa en lo social e incluye el racismo, el clasismo, y otros “ismos” así como la homofobia, todos ellos tan prevalentes. En lo político se manifiesta en la polarización que tanto mal le sigue causando al mundo. En la miopía cultural o educativa donde se pretende establecer jerarquías que privilegian ciertos tipos de conocimiento o habilidades, rechazando las que no se ajusten a un modelo preestablecido y donde se implantan estereotipos o expectativas que buscan ajustar a todas las personas a una medida supuestamente ideal.

Estas expectativas aplican también a la hermosura. Ya que muchas personas asocian la belleza con un tipo específico de cuerpo (delgado/a, alto/a, etc.) y no solo juzgan a quienes no se acomodan al estereotipo, sino que también se sienten presionadas para adaptarse a ese estándar, incluso si esto implica someterse a cirugías plásticas que no necesariamente ayudan a incrementar la autoestima.

Esta obsesión por la uniformidad y la homogeneización lleva al rechazo y a la consecuente marginación de aquellas personas que no se ajustan a los parámetros. La obsesión con la homogenización también incrementa la envidia (que merece capítulo aparte), la cual se define como el deseo de tener o poseer algo que otra persona tiene y que alimenta la creencia de que todos deben ser iguales para sentirse satisfechos y aceptados socialmente.

Por otro lado, el mito de Procusto también se relaciona con otras características de personalidad como la rigidez, el perfeccionismo, la ambición desmedida y la intolerancia. La rigidez se manifiesta en la incapacidad de aceptar la diversidad y la falta de flexibilidad para adaptarse a diferentes situaciones. El perfeccionismo se refiere a la necesidad extrema de alcanzar estándares muy altos, lo que puede llevar a la frustración. La ambición desmedida lleva a cometer errores de juicio y a estruendosos fracasos. La intolerancia se basa en la ignorancia, la inseguridad, la incapacidad de aceptar las diferencias, y la necesidad de imponer una visión única del mundo.

En conclusión, el mito de Procusto nos muestra cómo la obsesión por la uniformidad y la homogeneización de las personas tiene consecuencias negativas en la sociedad, reforzando la intolerancia, la envidia y la rigidez. Es importante reconocer y valorar la diversidad de las personas, sus creencias y su cultura, evitando imponer estándares que limitan la libertad y la creatividad.

Directora de El País, estudió comunicación social y periodismo en la Pontificia Universidad Javeriana. Está vinculada al diario EL País desde 1992 primero como periodista política, luego como editora internacional y durante cerca de 20 años como editora de Opinión. Desde agosto de 2023 es la directora de El País.

Regístrate gratis al boletín de noticias El País

Descarga la APP ElPaís.com.co:
Semana Noticias Google PlaySemana Noticias Apple Store

AHORA EN Carlos E Climent