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COVID-19

Lo que no necesitamos en estos momentos

Estamos en guerra contra un enemigo invisible al que hay que enfrentar con inteligencia, disciplina y solidaridad.

4 de abril de 2020 Por: Carlos E. Climent

A pesar de las limitaciones de un país con tantas necesidades y de ciertos desencuentros iniciales, la mayor parte de nuestros gobernantes en cabeza de sus líderes nacionales, departamentales y locales, está poniendo en práctica una política razonable de salud pública dirigida por científicos serios. Con lo cual ha sido posible, al día de hoy, enfrentar esta crisis con estrategias muy superiores a las de otros países desarrollados.

Ese compromiso de líderes equilibrados, honestos y comprometidos es lo que necesitamos en estos momentos.

No necesitamos políticos oportunistas pescando en río revuelto.

No necesitamos falsos sacerdotes que nos anuncien que finalmente llegó el apocalipsis.

No necesitamos seres dogmáticos que se crean dueños de la verdad revelada y que pretendan tener la solución para las complejísimas consecuencias sociales y económicas del ataque despiadado de un enemigo tan poderoso.

No necesitamos que nos digan que acabada esta primera cuarentena nos podemos ir a la calle. Pero tampoco que nos digan que el país hay que cerrarlo indefinidamente. Pues el hambre y la desesperanza causan más estragos que la peste. Si se trata de comprar tiempo para preparar mejor la infraestructura de salud para atender nuevos casos, que apliquen medidas progresivas que permitan alivios, así sean temporales.

No necesitamos que los paranoides que posan de investigadores de las pestes modernas nos cuenten sus teorías sobre una conspiración planetaria organizada por mentes perversas para dominar el mundo. Nadie es tan inteligente, ni tan poderoso como para inventarse algo de esta magnitud. Basta revisar la historia de la epidemiología de las enfermedades infecciosas para saber que las pandemias ocurren de tiempo en tiempo como un fenómeno inevitable cuyo origen preciso es una incógnita.

No necesitamos obsesionarnos con la revisión minuciosa y permanente del crecimiento de esta pandemia. Dejemos que las autoridades se encarguen del seguimiento y nos hagan los resúmenes y las recomendaciones pertinentes. Basta entender que la enorme contagiosidad del COVID-19 hace que crezca de una manera exponencial de un día para otro.

No necesitamos noticieros con “primicias de última hora” carentes de juicio o sacadas de contexto o reforzadas con la reseña de crueles circunstancias personales presentadas con frialdad y lujuria mediática. Reservemos un pequeño rato de la semana para actualizarnos sobre el avance de la pandemia a través de informantes mesurados.

No necesitamos que unos pocos irresponsables arriesguen la vida de los demás al violar las recomendaciones de salud pública.

La situación es delicada, pero se solucionará. Tenemos que cuidarnos, cuidar a los seres queridos y recomendar, a quienes tengamos a nuestro alcance, respeto por las estrictas reglas que nos han sido impuestas. La curva de la pandemia se aplanará si todos colaboramos.

La guerra saca lo mejor y lo peor de las personas y hay que tener fe en que esta guerra contra un enemigo tan implacable va a terminar sacando lo mejor de los colombianos.

AHORA EN Carlos E Climent