SALUD

La polifarmacia, una plaga de la medicina moderna

El buen criterio médico se pone a prueba cuando el paciente recibe muchos medicamentos simultáneamente.

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22 de ago de 2020, 11:00 p. m.

Actualizado el 25 de abr de 2023, 05:42 a. m.

Los progresos en el conocimiento de la medicina moderna, paralelo con la proliferación de subespecialidades, han hecho muy difícil que un solo médico sea capaz de manejar la totalidad de las enfermedades de un paciente sin el concurso de otros profesionales. A medida que la edad del enfermo avanza, aumentan las posibilidades de sufrir varias dolencias simultáneamente.

Tal situación lleva a consultas paralelas con varios especialistas y el paciente termina tomando un montón de medicamentos que además de “costarle un ojo de la cara”, le producen efectos secundarios molestos. Como el problema de base no se soluciona de esa forma, el médico opta por prescribir nuevos medicamentos para corregir los síntomas que van apareciendo.

Lo que se impone en esas circunstancias es concluir: si el paciente no mejora, o empeora, al agregarle otros medicamentos, la medida no ha servido.

Además, se está sometiendo al paciente al riesgo de sufrir las interacciones medicamentosas, o sea, los efectos indeseables producidos por la utilización de varias medicinas simultáneamente. Tales interacciones han sido motivo de extensa investigación médica y las publicaciones científicas aparecidas en los últimos tiempos son una demostración del tamaño del problema.

La utilización de múltiples medicamentos para combatir los problemas médicos se origina en la dificultad que plantean algunos cuadros clínicos, especialmente, pero no exclusivamente, en el caso de las personas de edad.

Pero es innegable que también influyen, el insuficiente tiempo de contacto médico-paciente y el gran bombo comercial con el que se anuncian los nuevos productos farmacéuticos que todos los días salen al mercado. De estos últimos, es prudente tener en cuenta que solo unos cuantos justifican su utilización y pocas veces reemplazan los más antiguos de probada eficacia.

Al médico le corresponde conocer, informar y alertar a los pacientes sobre las interacciones indeseables que pueden darse cuando se usan diferentes medicamentos al mismo tiempo. Cuando hay una prescripción múltiple de medicamentos, en el caso de un paciente que no mejora, podría ser aconsejable suspender-previa consulta con los colegas implicados-algunos de los medicamentos por un tiempo prudencial. Tal medida puede servir para “limpiar” el organismo en aquellos casos en los cuales no se ve un progreso sino más bien un deterioro del cuadro clínico.

Al paciente le corresponde recordarle al médico la lista de lo que está tomando, y solicitarle que se comunique con los colegas que han formulado otros medicamentos, para determinar cuales se pueden suspender sin mayores riesgos.

Si ninguna de las recomendaciones anteriores logra cambiar las cosas, el paciente está en todo su derecho de buscar una segunda opinión. Y acudir donde un profesional idóneo, ya sea un especialista de cualquier rama médica, un internista, un médico de familia o un generalista. Alguien que trasmita confianza, haga uso de un buen criterio médico y tenga tiempo suficiente para estudiar su caso.

Carlos E. Climent es médico de la Universidad del Valle y psiquiatra de la Universidad de Harvard. Durante30 años trabajó en el Departamento de Psiquiatría de la Universidad del Valle, y durante 20 se desempeñó como miembro del Panel de Expertos en Salud Mental de la Organización Mundial de la Salud.

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