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La perpetuación de las dificultades emocionales

Las personas acuden a tratamiento psicológico cuando se encuentran atrapadas por circunstancias emocionales o dolencias de distinta índole que contribuyen a perpetuar sus dificultades.

10 de septiembre de 2022 Por: Carlos E. Climent

Las personas acuden a tratamiento psicológico cuando se encuentran atrapadas por circunstancias emocionales o dolencias de distinta índole que contribuyen a perpetuar sus dificultades.

Algunas veces dichas dolencias se resuelven espontáneamente. Otras veces hay cambios favorables en el entorno de las personas que alivian la dificultad. Pero cuando estas circunstancias se vuelven crónicas es preciso aceptar la incapacidad para resolverlas y buscar ayuda.

Cada persona encara sus conflictos interpersonales como puede. En consecuencia, las soluciones que funcionan con ciertas personas son muy distintas a las que funcionan con otras.

Lo habitual cuando se consulta a un profesional del comportamiento es tratar primero los síntomas más severos. Es muy difícil para el especialista explorar eficientemente las dificultades de los pacientes, mientras estos últimos están sin energía o abrumados por síntomas agudos.

Dicho de otra forma, una persona está incapacitada para tomar decisiones importantes cuando está debilitada por una multitud de síntomas. Por tanto, disminuir la angustia, mejorar el ánimo, controlar los miedos, reducir la irracionalidad y combatir las sospechas paranoides son los primeros pasos del tratamiento.

Después vienen las recomendaciones sobre estrategias para corregir los problemas fundamentales del paciente (por ejemplo, conflictos de índole diversa, dificultad en sus relaciones, depresión o miedos de naturaleza fóbica). Para ello es indispensable que el terapeuta tenga una teoría del funcionamiento psicológico del paciente. Tal estrategia permite comprender el papel que están jugando mecanismos defensivos como la negación, la racionalización o la proyección (entre muchos otros). Es precisamente utilizando estos mecanismos que la persona pretende salirle al paso a sus dificultades.

En últimas, cada persona, es la que tiene que decidir lo que quiere y puede hacer con su vida. Especialmente cuando está enfrentada a síntomas psicológicos severos.
Cuando las crisis no se resuelven, con frecuencia es porque la persona no reconoce el papel que ella misma juega en la perpetuación de sus problemas. Tal reconocimiento se hace tomando de las diversas teorías psicológicas lo necesario para ayudar a cada paciente, sin adherirse rígidamente a ninguna de ellas.
En eso consiste el acompañar a cada persona de manera flexible y muy personal a encontrar el camino de su propia liberación, lo cual permite:

*Poner en orden su mundo interior.

*Jerarquizar y proporcionar sus dificultades.

*Calibrar mejor la visión distorsionada sobre muchos aspectos de su vida cotidiana.

*Liberarse de influencias negativas o tóxicas.

*Rescatar a la persona de su pasado, cuando este se ha constituido en una carga pesada.

*Hacer énfasis en asuntos concretos y fundamentales, diferenciándolos de temas accesorios que tanta energía psicológica consumen.

*Aliviar los síntomas agobiantes.

*Identificar y resaltar los antecedentes positivos, en la medida que sirven para mejorar la visión de cada cual.

*Centrarse en el futuro desde la perspectiva de la esperanza, sin ambición o rigidez excesiva.

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