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La cosecha, buena o mala

Uno de los candidatos que surgieron, el señor de las aguas sinuosas, llamado Rodolfo Hernández, con mucho dinero en el candil, surgió con su grosería. Por ejemplo, no dice ‘boca’, sino ‘jeta’.

26 de mayo de 2022 Por: Armando Barona Mesa

Se podría decir que llegó la época de la cosecha, aunque nadie tiene de cierto que sí se coseche lo que se ha sembrado. Ha habido tanto sesgo siempre matizado de mentiras y odio, predominando el aforismo marxista de que todo vale y todos los medios son hábiles. Ellos, los que a tales destinos se han dedicado, sienten que la victoria los ampara, así hayan tenido que llegar a la infamia, la calumnia y el dicterio.

No puedo dejar de tener presente, que ante todo el país, el señor Iván Cepeda, como el Tartufo de la comedia, urdía un lejano oficio que no tenía, para salir con cámaras y mucho dinero a sobornar testigos en contra de un presidente al que ellos mismos montaron su desgracia.
Porque desde el punto de vista jurídico y legal, constituye delito salir a sobornar testigos. Pero lo hicieron como el comienzo de una labor intrépida; y se sabe que a la amante del pérfido Monsalve le dieron una finca en el Quindío de más de mil millones de pesos (¿mentira acaso?). Hoy el malo de la película es el expresidente y la amante, Deyanira Gómez, es la víctima premiada. ¡Horror!

Son cosas de vergüenza que hoy ya nadie discute, porque tienen montado el escenario y ellos -los malos-, ahora son los buenos. ¡Magia!
Al presidente Duque, que ha superado los desastres de la pandemia a base de una labor honrada y dinámica, lo han tildado hasta de dictador. Con qué soltura salen de la boca de Sergio Fajardo -idiota útil de toda esta mascarada- palabras que denigran al exprimer Magistrado colocándolo como el peor presidente de Colombia. Y fluye la infamia.

Uno de los candidatos que surgieron, el señor de las aguas sinuosas, llamado Rodolfo Hernández, con mucho dinero en el candil, surgió con su grosería. Por ejemplo, no dice ‘boca’, sino ‘jeta’. Y agredió en el despacho de la alcaldía a un pobre concejal y lo golpeó en la cara mientras una catarata de suciedades salía de su garganta de carretillero.
Con perdón de los carretilleros.

Y fue precisamente el mismo sujeto el que a un pobre hombre a quien había vendido una casa humilde con daños en el sistema de agua, un año después de sus reclamos, lo agredió verbalmente con los peores calificativos y los más vulgares, mientras lo amenazaba con su revólver visible en la cintura. “Te doy la bala que querás”. Ah, este personaje al cual hoy se le inclinan los autores de la trapisonda, calumnia a todos al por mayor como si fuera él el campeón de la honestidad. Pero él mismo está recién notificado por la Fiscalía de la celebración indebida de contratos, a nadie menos que a su propio hijo y por muchos millones de pesos. Pero por supuesto, de manera inexplicable, le aplazaron el término judicial para el mes de julio próximo.

Grita y gesticula, mientras una gente desprevenida come el cuento a este señor, cuyo mentor oficial -según sus propias palabras- es el propio Adolfo Hitler. Tenemos que estar muy de malas para que este país, que alguna vez fue llamado la Atenas Suramericana, se tuerza fácilmente con el primer depravado que levante la voz y amenace con su revólver.
Bien, pues, cualquier cosa puede salir de unas elecciones pasionales donde el odio y la mentira son las brújulas.

De mi parte, acepto el resultado, bueno o malo. Pero votaré por Fico. La democracia, lo dijo Churchill, es el peor sistema, pero no se ha descubierto otro mejor. Mas sin duda alguna hay un sabor amargo que me invade la inteligencia y el corazón. Revive el poema a la muerte de don Jorge Manrique: “Todo tiempo pasado fue mejor”. O peor.

Sigue en Twitter @BaronaMesa

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