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El derecho al voto

Porque me parece injusto este hecho, invito a votar, exclusivamente por los candidatos de nuestra región. Sin importar dónde vivamos, votemos por los nuestros.

1 de marzo de 2022 Por: Alfredo Carvajal Sinisterra

El voto es un derecho que tenemos todos los ciudadanos para elegir a quienes nos gobiernan. Si no votamos el 13 de marzo próximo y otros lo hacen, ellos deciden por nosotros. Cuando participamos en iniciativas que nos conciernen, exigimos que nos tengan en cuenta, dejar de votar es negarnos un derecho.

En las próximas del 13 de marzo no solo manifestaremos nuestras preferencias por quienes deben ser los candidatos, también, y quizás más importante, elegimos a nuestros parlamentarios. En Colombia el Congreso representaba las regiones en el gobierno. Así fue instituido hasta que, con la excusa de la representación de las minorías, se modificó la norma. Actualmente, el Senado se elige por medio de la circunscripción nacional, lo cual favorece a los candidatos capitalinos y ha conducido a que varias regiones no estén representadas en ese órgano regional por antonomasia.

Porque me parece injusto este hecho, invito a votar, exclusivamente por los candidatos de nuestra región. Sin importar dónde vivamos, votemos por los nuestros.

Obviamente, este no debe ser nuestro único parámetro, también, debemos hacerlo por los más capaces, los más eficaces, intachables éticamente. Existen candidatos vallecaucanos de diversas tendencias políticas, así que tenemos posibilidad de manifestar también nuestras preferencias ideológicas. Evaluemos las actuaciones en el pasado.

El nuevo gobierno debe abocar varias reformas de inmensa trascendencia, en especial la reforma a la Justicia. El porcentaje de las condenas, con relación a los litigios, es ridículo, más si tenemos en cuenta la alta criminalidad que nos agobia. Los juicios toman años, al punto que los demandantes o demandados que reciben los beneficios o los perjuicios no son muchas veces quienes originaron los procesos.

Se debe acelerar la disminución de las diferencias económicas, lo cual requiere que quienes cuenten con mayores recursos le den la mano al gobierno para ejecutar políticas que ayuden a disminuir la pobreza.

Para impulsar la movilidad social se debe enfatizar la educación, no solo con el cubrimiento de la educación superior, como lo pregonan algunos precandidatos, también es urgente mejorar la calidad de la educación en los colegios públicos, salen mal preparados. Es inexplicable que a Fecode le preocupe más organizar paros, solicitando mejorar aspectos fuera de su órbita, y en cambio continúe capacitando con una calidad académica pobrísima a sus alumnos, lo cual impide a muchos beneficiarse de la educación superior.

Otro aspecto importante para reducir las brechas es aumentar las posibilidades para obtener ingresos, ampliando las oportunidades de empleo, para lo cual conviene promover la inversión en empresas, grandes o pequeñas, e incentivar la inversión extranjera. La inversión foránea ensancha la capacidad de nuestro ahorro.

Sin duda una forma de promover nuestro crecimiento económico y social es impulsando el desarrollo de la periferia, despectivamente calificada como territorios marginales. Nuestras mayores diferencias en el ingreso por personas se presentan entre Bogotá y esas zonas. Estas brechas son las más urgentes de acortar. No es por casualidad que dichos territorios sean el lugar preferido para ejercer la delincuencia por parte de la guerrilla, los narcotraficantes, los paramilitares, etc.