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Navidad, amor y paz

Con mucha tristeza se ve cómo la Navidad ha cambiado...

8 de diciembre de 2012 Por: Alfonso Ocampo Londoño

Con mucha tristeza se ve cómo la Navidad ha cambiado en el mundo del consumo. En sí regalar cosas a los otros debería significar amor o aprecio hacia otras personas, pero el dar parece que se ha vuelto un fin en sí mismo, sin ningún elemento espiritual. Hay que recapacitar que el verdadero significado de la Navidad es Amor en todo el sentido de la palabra. Es el acto de Amor de Dios que se hace hombre para redimirnos del pecado y que completa con su vida y predicación ejemplares, su muerte y su resurrección. Para los humanos esta fecha les debe recordar que es el más sublime acto de Amor y debe servir para revivir su espiritualidad y para dar su Amor a los demás, principalmente a quienes se tiene más cerca, familia y amigos, sin olvidar a los menos favorecidos en la vida.El principal mandamiento que Jesús dejó a los hombres fue: “Amar a Dios sobre todas las cosas y a sus semejantes como a sí mismos”, y claramente advirtió que en este precepto estaba toda la ley. Esto indica que todo acto vital debe estar impregnado de Amor a Él y por los demás significa que lo que uno hace o da tiene significado espiritual o sea que se logra una verdadera espiritualización de lo material, con lo cual toda obra o dádiva adquiere un significado trascendente. Es este sentido y conciencia de la Navidad el que más se ha perdido, es el olvido de que lo importante es dar con Amor e impregnar todo acto con sentido espiritual y cristiano y darnos a los demás como Jesús se dio a nosotros.El concepto principal y fundamental de paz que ahora debemos tener en la vida es “Paz a los hombres de buena voluntad”. Esta es la fórmula principal para que se pueda hacer la paz en Colombia. Es una fórmula divina que significa perdón, comprensión y otorgarse mutuamente confianza en el futuro. No es una regla fácil, máxime cuando se han producido heridas, pero para mí es la única con la cual es posible lograr la paz anhelada. Ya se han probado otras, entre ellas la fuerza y no se ha podido lograr totalmente, aunque el bando de la guerrilla está debilitado. Lo único es que el Gobierno los ha podido mantener a raya. También está ya probado que la guerrilla no puede tumbar al Gobierno colombiano y esto seguramente lo saben ellos.Confío que el ansia por la paz obligue a quienes se han levantado en armas, dedicados al bandolerismo y a las drogas, a que se reincorporen a la vida civil, pero sin pretender un camino fácil, ni lleno de dádivas. No todo el mundo va a comprender lo que esto significa y habrá resistencia a su adaptación, pero hay que ayudar en lo posible a que esto se dé, olvidando rencores y más en esta época que nos recuerda a un Dios que se hace humano, para luego morir y redimir a los hombres y que sólo predica el Amor al Padre y a los semejantes. Roguemos al Divino Niño que nos ayude a comprendernos entre sí y nos dé la PAZ.