Planeación central

No hay que mirar lejos para pronosticar el desastre económico y social que se nos viene.

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6 de oct de 2022, 11:40 p. m.

Actualizado el 17 de may de 2023, 12:12 p. m.

La salud como sector de la economía es uno de los campos más fértiles para el enfrentamiento de las dos visiones que polarizan al mundo y muy especialmente a Colombia.

Por un lado tenemos a los sabios de la planeación central. Los que calculan minuciosamente de qué nos vamos a enfermar, con qué severidad, dónde y quién nos debe atender. Una variante realista de esta tendencia asigna presupuestos y pone límites al gasto, flexibilizando la oferta y previendo que no toda la demanda la puede resolver el sistema.
Otra más radical establece derechos que quedan bellamente descritos en elaborados documentos y leyes que casi nadie entiende y menos aplica.

El resultado de los primeros es un sistema que soluciona los problemas más críticos, les ayuda a los enfermos más desvalidos y logra un razonable equilibrio entre la demanda de servicios y lo que se logra ofrecer. Ese es el sistema francés con 4K (US) de gasto per cápita donde la salud representa el 11% del PIB.

Los planeadores absolutos, quienes prohíben, o no pagan, cualquier atención por fuera del sistema logran extraordinarios resultados. En la imaginación.

Enfrentados con la tragedia de un sistema que no resuelve los problemas de salud más elementales a un gran porcentaje de la población, recurren a dos estrategias: un sistema élite, de alto nivel para los importantes del gobierno, que es el de mostrar. Y la manipulación de las estadísticas. Todas son oficiales y pintan maravillas, que los camaradas repiten con fervor. Ese es el sistema cubano con 7K per cápita y 12% del PIB.
Otra corriente es la que resulta de aplicar total libertad. Los servicios médicos los determina la demanda.

La solidaridad y planeación corresponden a los seguros que ajustan los costos a lo que cobren médicos y hospitales. Todos tienen un estímulo perverso para gastar más y es el usuario final el que paga, dejando a muchos por fuera. Es el de USA con 16K per cápita y 17% del PIB.
¿Cuál es el sistema que le conviene a Colombia con 0,9K per cápita y 8% del PIB? Ciertamente no el que está en la imaginación de los planificadores, quienes decretan la mejor atención, a toda la población, ignorando cifras y capacidades. Lo realista es aprovechar la infraestructura de prestación privada, que hoy en día resuelve el 70% de las atenciones, pero con libertad de tarifas, que los lleve a crecer, competir y progresar.

Los hospitales públicos que hoy tienen un margen del 8%, establecen las tarifas que paga el sistema. Los pacientes deben tener la libertad para recibir atención donde prefieran permitiendo el copago y el sistema debe tener la obligación de pagar la tarifa establecida. El pagador puede ser único y central no siendo necesaria la inoperante vigilancia de los grandes contratos.

No hay que mirar lejos para pronosticar el desastre económico y social que se nos viene. Debe haber unos 38 millones de colombianos que entienden el valor de la libertad económica y rechazan ser parte de otro experimento socialista fracasado.

La cuestión es si se van a quedar todos quietos, tolerando la gradual evolución hacia la estatización y la planeación central que no genera sino miseria y corrupción.

Opine en https://bit.ly/colombiasalud

Directora de El País, estudió comunicación social y periodismo en la Pontificia Universidad Javeriana. Está vinculada al diario EL País desde 1992 primero como periodista política, luego como editora internacional y durante cerca de 20 años como editora de Opinión. Desde agosto de 2023 es la directora de El País.

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