“Una agresión contra nuestra América”: Celac rechaza intervención militar de EE. UU. en el Caribe

“Ningún Gobierno latinoamericano que se respete debe solicitar ni celebrar una invasión extranjera; los problemas de los latinoamericanos y caribeños los resolvemos los latinoamericanos y caribeños; y toda acción armada sin autorización de los Estados involucrados constituiría una agresión contra nuestra América”.

Este fue el mensaje de la canciller de Colombia, Rosa Yolanda Villavicencio, en la reunión de emergencia que convocó la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, Celac, para tratar la tensión entre Estados Unidos y Venezuela.

Durante su intervención, la funcionaria subrayó que no se trataba de una declaración coyuntural, sino de una defensa explícita de la no intervención.

La sesión concluyó con el respaldo unánime al diálogo diplomático y multilateral como instancia legítima para la solución pacífica de controversias y la reiteración del compromiso con la paz y la democracia en toda la región.

El encuentro se produjo tras el despliegue militar anunciado por el Gobierno de Donald Trump en el Caribe, que incluye el envío de buques de guerra y cuatro mil efectivos para reforzar las operaciones antinarcóticos en aguas internacionales.

El expresidente Ernesto Samper dijo que ojalá los cancilleres recuerden que, desde el Tratado de Tlatelolco, América Latina es considerada como una zona de paz en el mundo, libre de armas nucleares y de bases y presencia militares extranjeras.

“A la reunión diplomática debe seguir la de los ministros de Defensa de la región, para definir una posición conjunta frente a este despliegue, que debe considerarse otro acto de matonería inamistosa de Trump”, dijo.

Ayer, el mandatario venezolano, Nicolás Maduro, denunció que ocho barcos militares y un submarino con 1200 misiles apuntan directamente hacia Venezuela, lo que calificó como “la más grande amenaza que se haya visto en nuestro continente en los últimos cien años”.

Y anunció la activación de 4,2 millones de integrantes de la Milicia Nacional Bolivariana y la convocatoria al alistamiento de la reserva, lo que elevaría a 8,2 millones la cifra de venezolanos preparados para la defensa.

El Mandatario advirtió que, si su país fuese agredido, se iniciaría de inmediato un “período de lucha armada en defensa del territorio nacional”.

La disputa diplomática se enmarca en un escenario de alta tensión: Washington ha elevado a US$ 50 millones la recompensa por información que conduzca a la captura de Maduro, al acusarlo de tener nexos con carteles de narcotráfico.

A su vez, el presidente Gustavo Petro exigió respeto a la soberanía latinoamericana. “La región debe coordinar su política antinarcotráfico en términos de igualdad, no de sumisión”, agregó, insistiendo en que la salida debe ser política y no violenta.

Caracas, por su parte, insiste en que se trata de una excusa para intentar un cambio de régimen por la vía de la fuerza.

De otro lado, el medio de comunicación Newsweek reveló una fuerte pugna dentro del círculo cercano a Trump, entre quienes impulsan un ataque directo contra el régimen en Caracas y quienes creen un error arriesgarse a una confrontación.

“Está (el secretario de Estado) Marco Rubio, a quien le encantaría hacer el ataque, pero también hay gente como (el secretario del Tesoro) Scott Bessent, cuya actitud es: ‘Estás loco’”, dijo el exdiplomático estadounidense Tom Shannon.

Y subrayó que la disputa en la Casa Blanca también tiene que ver con el petróleo venezolano.