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Juan Guaidó, presidente interino de Venezuela. | Foto: Archivo Colprensa

VENEZUELA

¿Se desinfló la estrategia de Juan Guaidó contra Maduro?

Aunque se empiezan a escuchar voces escépticas sobres los posibles logros del líder opositor, analistas consideran que, pese a lo lento, el proceso va por buen camino.

24 de marzo de 2019 Por: Kelly Sánchez / Reportera de El País

El globo de la esperanza que empezó a representar Juan Guaidó para algunos venezolanos desde hace dos meses, tras su investidura como presidente interino, parece irse desinflando de a poco con la, hasta ahora, fallida estrategia para sacar a Nicolás Maduro del Palacio de Miraflores.

Pese a que el también presidente de la Asamblea Nacional (AN) de Venezuela reiteró en numerosas ocasiones, con toda seguridad, que la ayuda humanitaria entraría al país el 23 de febrero (un mes después de su juramentación) y que luego de ese día grandes cambios vendrían, la promesa no se pudo consolidar y, por el contrario, varias voces señalan que su liderazgo quedó debilitado.

A esto se suma que el Grupo de Lima rechazó la posibilidad de intervención militar al vecino país, que el mismo Guaidó sugirió cuando le pidió a la comunidad internacional “tener abiertas todas las opciones” para liberar a su patria.

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Así también, en algunas ocasiones el líder opositor ha anticipado que hará importantes anuncios sobre el futuro de Venezuela, pero todo se ha quedado en discursos.

Sin embargo, Guaidó sigue adelante con su lema “vamos bien”. Pero hay quienes creen que no va tan bien.

El investigador y vocero del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario, Ronal Rodríguez, señala que muchas personas creían que la salida del Gobernante chavista sería más rápida, “pero la realidad es que el régimen tiene capacidad de resistencia” y, en consecuencia, la estrategia del Presidente interino se ha visto flaqueada.

“Guaidó ha tenido la obligación o necesidad de dar fechas para alimentar la esperanza de la gente, pero esto lo afecta directamente porque después de que pasan esas fechas y no se dan los cambios que se esperan, la mayoría de la gente suele pensar que el proceso ya se está debilitando o está perdiendo fuerza”, señala el analista.

En ese sentido, Beatriz Fernández, fundadora de la Organización de Consultores Políticos Latinoamericanos, Ocpla, considera que la estrategia del diputado sigue siendo la misma en cuanto al propósito de quebrantar el Gobierno Maduro “apalancado en el soporte que podría tener con la comunidad internacional” y de mandar a los venezolanos un mensaje de movilización y esperanza, pero lo que ha pasado es que ha extendido los plazos para sus objetivos.

“Ellos habían planteado unos plazos más breves, apostando a un quiebre interno relativamente rápido, que a la fecha no se ha producido de manera significativa, como lo esperan algunos”, dice Fernández.

El presidente de la Asamblea Nacional se planteó “recuperar la democracia” en Venezuela mediante tres pasos: 1. el cese de la usurpación (de Nicolás Maduro), 2. transición democrática y 3. convocatoria a elecciones presidenciales.

Pero en el logro del primer paso, según la consultora política venezolana Cristabel Cartaya, intervienen factores que no dependen enteramente de la oposición, sino del régimen bolivariano.

“Aunque se está propiciando la salida de Maduro con varias acciones como la ley de amnistía, las llamadas a las fuerzas militares, los llamados de la comunidad internacional a que renuncie, pues la última palabra no la tiene Guaidó, tiene que ser que Maduro ceda el poder de forma voluntaria porque no nos planteamos ninguna forma obligatoria para su salida”.

Dice Cartaya que aunque el joven líder se ha tardado más de lo que se esperaba en su objetivo, no ha desfallecido y todavía la población venezolana está confiada en que lo va lograr: “Todavía tiene un arrastre importante, una credibilidad dentro de los venezolanos y todavía la gente tiene esperanzas de que va salir del régimen madurista, tiene esperanza en el cambio y está haciendo acciones dirigidas a ese cambio”.

Plan B

Beatriz Fernández cree que al no lograrse el plazo inicial fijado por Guaidó (del 23 de enero al 23 de febrero) para expulsar al régimen, la estrategia está poniendo énfasis en el plan B que busca la asfixia financiera por parte de la comunidad internacional, que, según dice la experta, terminará por tener efecto, aunque de forma más lenta.

“Lo que pasa es que es un proceso muy costoso en términos sociales, termina por tener efecto, pero el costo es mucho más alto que el desenlace rápido que pudiera haber venido dado por un quiebre del estamento militar, que fue lo que no vimos y que todavía, creo, es a lo que apuesta la comunidad internacional como vía menos dolorosa”, dice Fernández.

Sobre esa opción, el consultor político venezolano Pedro Luis Pedrosa opina que va a costar mucha vidas por todo lo que puede tardar.

“El activo más valioso del régimen es el tiempo y mientras se le dé tiempo al régimen van a seguir huyendo personas de Venezuela, van a seguir muriendo personas en los hospitales, van a seguir muriendo de hambre”.

Por lo tanto, para Pedrosa, la estrategia del Presidente de la Asamblea Nacional “avanza, pero no va bien”.

Sin embargo, dice que no considera que el Presidente interino tenga una estrategia, sino que su actuar obedece más a intereses foráneos “orientados a que el régimen salga porque es una amenaza para la región”.

Por su parte, Cristabel Cartaya resalta que antes de la juramentación de Guaidó los venezolanos estaban desencantados por lo que sucedía en el país, pero resignados a no encontrar atisbos de solución.

“Pero con su investidura, con este arrastre y esta nueva revitalización de la esperanza, consiguió algo básico para que logremos cosas en Venezuela y es el apoyo ciudadano y la movilización en las calles, esto ha hecho un cambio muy importante”.

Además, dice Cartaya, se ha logrado que la oposición se reunifique en un solo discurso detrás de los tres objetivos principales, cuestión que no había ocurrido.

“Por eso, aunque la situación era muy crítica, las posibilidades de ver cambio eran muy difíciles porque no encontrábamos una oposición con capacidad de liderar un cambio y ahora sí se ve”.

Cartaya advierte un “gran riesgo” en el que los venezolanos no estén dispuestos a esperar un proceso lento y no se alcancen las expectativas.

“Ese es el gran riesgo, que la población venezolana, por sus urgencias diarias, pida algo que todavía no le pueden dar y se decepcione. Ese es el principal riesgo. Pero Guaidó no se está equivocando, está haciendo las cosas de la mejor manera con lo que tiene. Pero la población está con una situación apremiante, hay que hacer una buena gestión de paciencia”, indica la experta.

¿Y Maduro?

Hay quienes señalan que mientras la estrategia de Juan Guaidó se ha ralentizado, la figura de Maduro se ha fortalecido al demostrar que no será tan fácil su salida.

Pero para Cristabel Cartaya, el Mandatario chavista está mucho más disminuido y deslegitimado, y su capacidad de acción es más limitada.

Según la analista, el heredero político de Hugo Chávez tiene menos lealtad de los ciudadanos y militares, así como las bases políticas están menguadas por la ineficiente gestión ante la situación que afronta el país.

“Yo creo que Maduro está mucho más débil a la cara de la ciudadanía, a la cara de los militares, casi innegable que a la comunidad internacional; está aislado y solo faltaría descubrir cómo están los factores de poder al interno de la cúpula del chavismo”, señala.

Beatriz Fernández, por su parte, cree que el Presidente está cada vez más acorralado y débil, lo cual no significa que sea menos peligroso.

“Mientras Maduro no perciba, por un lado, que tiene salvación, es decir, sus costos de salida son muy altos, y mientras eso sea percibido así él es aún más peligroso, la opción de morir matando se termina imponiendo. Entonces, creo que parte de la salida del laberinto de Venezuela tiene que pasar por bajar los costos de salida de la nomenclatura del régimen”, dice Fernández.

Pedro Luis Pedrosa coincide en reconocer la debilidad del Presidente chavista, pero dice que este tipo de regímenes se fortalece en la confrontación, “lo que no estoy seguro es que en esta oportunidad tengan las herramientas para salir” bien librados.

Guaidó fue invitado a la cumbre de Prosur que se desarrolló en el Palacio de la Moneda, en Chile, pero no asistió porque “nos encontramos organizando a toda Venezuela para cesar la usurpación”.

"No estamos jugando"

El asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, John Bolton, dijo que la detención del jefe de despacho de Juan Guaidó, Roberto Marrero, es “un gran error del régimen” de Nicolás Maduro y le advirtió: “no estamos jugando”.

En una entrevista con la cadena hispana Univision Bolton aseveró que vendrán “acciones más significativas” si no se avanza hacia una transición democrática en Venezuela.

“Este acto de represión (la detención de Marrero) por parte del régimen de Maduro es un gran error. Les hemos advertido tan claramente como pudimos que no deben hacer nada que interfiera con las operaciones del Gobierno interino (...)”, dijo.

Afirmó también que el objetivo es llevar esta crisis a una conclusión rápida “en beneficio del pueblo venezolano para lograr que el régimen de Maduro transfiera pacíficamente el poder al Gobierno de Guaidó para que podamos tener elecciones libres y justas”.

El Gobierno de Maduro aumentó la presión contra la oposición de Venezuela el jueves pasado, luego de que funcionarios chavistas arrestaran a Roberto Marrero, principal colaborador de Guaidó.

Guaidó insiste en pedirles a las Fuerzas Armadas y policiales que le den la espalda a Maduro, un gobernante que “no merece” el “respeto” de los uniformados.

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