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Jefa de la UE viajará a isla italiana de Lampedusa tras oleada de migrantes
La visita oficial se dará este fin de semana ante la llegada masiva de migrantes a costas italianas.
La jefa de la Unión Europea (UE), Ursula von der Leyen, visitará la isla italiana de Lampedusa con la primera ministra del país, Giorgia Meloni, este fin de semana después de la llegada masiva de migrantes, informó un funcionario del bloque este sábado.
Meloni pidió a Bruselas que ayude a aliviar la presión después de que unas 8500 personas desembarcaran en tres días esta semana en Lampedusa, a solo 145 kilómetros de la costa de Túnez.
Un funcionario italiano confirmó a la AFP el desplazamiento de Von der Leyen, pero no dio más detalles.
El aumento de las llegadas reaviva el debate sobre cómo Europa comparte la responsabilidad de los solicitantes de asilo.
Lampedusa, la isla más meridional de Italia, ha sido durante mucho tiempo un punto de llegada para los barcos con migrantes del norte de África. Pero esta semana su centro de migración -construido para menos de 400 personas- se vio desbordado.
Las imágenes de miles de personas durmiendo al aire libre, escalando la valla perimetral y deambulando por la ciudad de Lampedusa provocaron la ira entre los miembros del gobierno de extrema derecha de Italia.
Meloni instó el viernes a la UE a hacer más para ayudar con el tema.
Por su parte, Von der Leyen llegó a un acuerdo con Túnez en julio para frenar el flujo de migración irregular desde el país norteafricano.
Cabe decir que, la afluencia de migrantes a Lampedusa se redujo el viernes, mientras las autoridades trasladaban a Sicilia y a la península a miles de personas que llegaron esta semana a las costas de esta isla mediterránea cercana al norte de África.
A menos de 150 km de la costa tunecina, Lampedusa es uno de los primeros lugares de escala para los migrantes que atraviesan el Mediterráneo para llegar a Europa, un peligroso trayecto en el que murieron más de 2.000 personas desde enero.
Sin embargo, la situación nunca fue tan dramática en Lampedusa, donde desembarcaron la mayoría de los 11.000 migrantes que llegaron a Italia desde el lunes, según el Ministerio del Interior italiano.
Un portavoz del Alto Comisionado para los Refugiados de la ONU (Acnur) indicó que en la isla desembarcaron 8.512 migrantes entre el 11 y el 13 de septiembre, un número de personas superior a la población insular.
La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, estimó la noche del viernes que la presión migratoria que sufre su país es “insostenible”, debido a una “coyuntura internacional difícil”, en particular en África.
La dirigente de extrema derecha dijo que “decenas de millones de personas” de África podrían querer abandonar su país a causa de los golpes de Estado o el hambre, y consideró “evidente que ni Italia ni Europa pueden acoger a esta masa” de migrantes.
El viernes se formaron largas filas para montar en los buses y camionetas que los llevarían al puerto de Lampedusa, donde debían embarcar.
‘Comer es un problema’
Cientos de personas tuvieron que dormir a la intemperie, acogiéndose a la generosidad de los habitantes que les llevaron agua y comida.
“No es fácil estar aquí”, admitió un joven gambiano llamado Omar, que espera reunirse con su hermano en los Países Bajos tras seis meses de peligroso viaje. “Somos tantos (...), incluso comer es un problema”.
En total, más de 127.000 migrantes han desembarcado en las costas italianas desde inicios de año, según el gobierno de Roma, casi el doble en comparación con el mismo período de 2022.
Los números no alcanzan aún los de 2016, cuando más de 181.000 migrantes, entre ellos muchos sirios huyendo de la guerra, llegaron a Europa de manera irregular.
‘Acto de guerra’
Estas llegadas provocaron innumerables reacciones políticas tanto en Italia como en los países vecinos, a los que Roma acusa de abandonarla a su suerte.
El viceprimer ministro italiano Matteo Salvini, líder de la Liga (antiinmigración), declaró que veía las llegadas masivas como “un acto de guerra” contra Italia, acusando implícitamente a Túnez, desde donde parte la mayoría de los llegados a Lampedusa.
El gobierno de extrema derecha italiano asignó recientemente 45 millones de euros (48 millones de dólares) a Lampedusa para ayudar a la isla a gestionar mejor la situación migratoria.
Pero Meloni, elegida hace un año tras prometer poner fin a la migración masiva, pide ayuda a la Unión Europea y quiere que la cuestión se aborde en una cumbre del bloque en octubre.
La situación en Lampedusa muestra que “las soluciones únicamente nacionalistas tienen sus límites”, dijo el presidente francés, Emmanuel Macron, quien defendió no obstante que “no se debe dejar sola a Italia” ante este flujo de llegadas.
El miércoles, Alemania decidió suspender la acogida voluntaria de solicitantes de asilo procedentes de Italia, prevista en los acuerdos europeos, debido a la “fuerte presión migratoria” y a la negativa de Roma a aplicar esos mismos acuerdos.
En un comunicado el viernes, Acnur hizo un llamamiento a los países de la UE para que muestren “un espíritu de responsabilidad compartida y solidaridad con los países de primera llegada”.
Con información de AFP