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¿Hay un planeta similar a la tierra?, esto dice un grupo de científicos

En entrevista con El País, el astrofísico colombiano Juan Diego Soler habló sobre lo que arrojó una investigación desarrollada recientemente.

8 de septiembre de 2016 Por: Johan Giraldo Rodríguez, reportero de El País

En entrevista con El País, el astrofísico colombiano Juan Diego Soler habló sobre lo que arrojó una investigación desarrollada recientemente.

Un grupo de científicos anunció haber descubierto un pequeño planeta potencialmente habitable, que se encuentra en órbita en torno a la estrella más cercana a nuestro sistema solar, Próxima Centauri, en un estudio publicado en la revista Nature. 

Bautizado Próxima b, este exoplaneta  (es decir, planetas ubicados fuera de nuestro sistema solar), dotado de una masa similar a la de la Tierra, está en una zona considerada ‘habitable’, lo que permite al menos en teoría inferir que alberga condiciones  para la vida.

La investigación contó con la contribución del espectrógrafo HARP -un instrumento de medición destinado al estudio de los espectros de los cuerpos físicos-, instalado sobre un telescopio del Observatorio Europeo Austral (ESO) que se encuentra en Chile. Los investigadores se basaron también en una serie de mediciones realizadas entre 2000 y 2014 con telescopios del ESO.

[[nid:574627;http://contenidos.elpais.com.co/elpais/sites/default/files/imagecache/563x/2016/09/grafico_planetas.jpg;full;{Para encontrar planetas como la Tierra, los astrónomos se están centrando en la ‘zona habitable’ alrededor de las estrellas, en el que no esté demasiado caliente ni demasiado fría para que exista...Especial para El País}]]

¿Más alla del descubrimiento de Próxima b?

En entrevista con El País, el astrofísico colombiano Juan Diego Soler comentó la importancia de este hallazgo. “Por estar tan cerca, el interés no es si tiene vida o no, sino estudiar los detalles de cómo se comporta un planeta alrededor de otro sistema planetario, cómo lo afecta la variabilidad de la estrella, sus órbitas; en últimas, el objetivo no es solo encontrar vida, sino más bien saber  cómo se forman los sistemas planetarios que pueden albergar vida”.

Las posibilidades de vida en este cuerpo celeste para Julien Morin, del Laboratorio Universo y Partículas del CNRS (Centro Nacional de la Investigación Científica) de la Universidad de Montpellier, son de analizar, ya que “el planeta está en la zona habitable que rodea a su estrella, puesto que la temperatura en su superficie permite inferir la presencia de agua en estado líquido”.

Desde 1995, los científicos han descubierto miles de exoplanetas, decenas de los cuales parecen potencialmente habitables. No obstante, se encuentran muy lejos.

Próxima b completa su órbita alrededor del astro en 11,2 días. Está  a unos 7 millones de kilómetros de su estrella (o sea, apenas el 5% de la distancia Tierra-Sol) que es 700 veces menos luminosa que el Sol.

“El hecho de que este sistema planetario esté tan cerca, da la posibilidad de que en un futuro no muy lejano se pueda visitar. Hay un proyecto que se llama ‘Pale Red Dot’, que están trabajando para enviar una sonda a estas regiones del espacio”, dijo Soler, quien trabaja para el Centro de Estudios Atómicos de Francia.

La importancia de Kepler

Puesto en órbita en 2009, el telescopio espacial Kepler se diseñó con el fin de descubrir planetas pequeños y del mismo tamaño de la Tierra, que estén cerca de la zona habitable. A pesar de ser un proyecto que debió finalizar su función en 2013, el trabajo que ha desarrollado este instrumento ha sido de tal importancia que a la fecha se han descubierto 3375 exoplanetas en 2512 sistemas solares.

“Antes del telescopio Kepler, la capacidad de estos instrumentos, como el satélite Corot, era apenas lo suficiente útil para distinguir planetas muy grandes,  estrellas muy brillantes y estables. Esto hizo que la mayoría de astros descubiertos antes de la llegada de Keppler hayan sido ‘Júpiteres calientes’ (exoplanetas del tamaño de Júpiter que orbitan 100 veces más cerca a su estrella madre) y súper Neptunos, pero que estaban muy cerca a sus estrellas y eso hacía que estuvieran muy calientes. Cuando ya se lanza el telescopio Keppler, se empiezan a descubrir cuerpos celestes rocosos similares a la Tierra. La misma capacidad de estos instrumentos permite que cada vez se puedan ver más  planetas pequeños y fríos”, expresó Soler.

El método del tránsito, una clave

La inserción de Kepler como fórmula para conocer y descubrir vecinos planetarios tiene una serie de métodos para su aplicación.

Soler explica que “hay varias formas de detectar exoplanetas, la que utiliza el telescopio Kepler es a través del método del tránsito. Esto funciona como si un mosquito pasara frente a una lámpara, este paso revela una atenuación de la luz apenas perceptible, dicha disminución es proporcional al área del mosquito, lo mismo pasa con el planeta, su paso frente a la estrella merma un poco la luz y esa medición es la forma que permite al Kepler detectar exoplanetas”.

Incluso, existe otro método que es la velocidad radial, es decir, que cuando las estrellas giran, la influencia gravitacional de los planetas a su alrededor  presentan un cambio en la velocidad de rotación cuando el planeta se aleja o se acerca, eso fue lo que se midió con Próxima b.

La información dada por el telescopio Kepler sugiere que se debe esperar que existan algunos  exoplanetas de tamaño similar a la tierra orbitando  estrellas de tipo espectral M (como Próxima Centauri) en un rango de 10 años luz.

Más Datos

Otros instrumentos en la tierra y en el espacio continúan incrementando la cifra de exoplanetas encontrados hasta el momeno. El satélite europeo CoRoT, que precede a Kepler, también utilizó el método de tránsito para encontrar numerosos planetas durante su periodo funcional entre 2006 y 2012.

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