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ChatGPT empieza a convertirse en la nueva pluma del mundo político

Expertos aseguran que el robot conversacional se podría convertir en un arma difícil de detectar en las campañas políticas. Alerta.

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Según la empresa consultora Scoop Consulting, el 65 % de los niños de hoy en día trabajará en cargos que en la actualidad no existen. La mayoría de ellos estarán relacionados con áreas de tecnología como Big Data e Inteligencia Artificial. | Foto: Istock / El País

22 de abr de 2023, 07:25 p. m.

Actualizado el 20 de dic de 2024, 12:38 a. m.

El robot conversacional ChatGPT invadió las esferas académicas y profesionales, políticos y legisladores ya lo usan para elaborar discursos y leyes, algunos gobiernos pretenden convertirlo a sus causas y hay quienes temen que se vuelva un arma difícil de detectar en campañas de influencia.

Primer ministro Fumio Kishida | Foto: Foto: AFP

En Japón, un parlamentario interpeló al primer ministro, Fumio Kishida, a finales de marzo con preguntas propuestas por ChatGPT. En Francia, el robot redactó una enmienda al proyecto de ley de los Juegos Olímpicos de 2024.

Incluso, el presidente francés, Emmanuel Macron, mencionó en Twitter recientemente la inteligencia artificial de OpenAI, publicando una captura de pantalla de un intercambio con el chatbot que consideraba a Europa “competitiva” en la carrera por la innovación.

La tecnología estadounidense detrás de ChatGPT no fue sin embargo concebida para emitir tales juicios, porque solo responde con las palabras más acordes a una solicitud, por lo cual puede sostener alternativamente posiciones opuestas.

La popularidad de la inteligencia artificial (IA) le valió a Macron las burlas de la secretaria general de la central gremial CGT, Sophie Binet, quien afirmó que las declaraciones televisivas del mandatario para tratar de desactivar la crisis social provocada por la reforma de las jubilaciones “podría haberlas hecho ChatGPT”.

Los políticos intentan aprovechar las posibilidades del robot, que contaba con más de 100 millones de usuarios activos a principios de año, apenas dos meses después de su lanzamiento.

Según Pascal Marchand, profesor de ciencias de la información en la Universidad de Toulouse, las IA como ChatGPT “son capaces de generar discursos muy fieles” a los marcadores ideológicos tradicionales de los políticos.

Pero al no poder innovar, son menos relevantes para los partidos que quieren “adaptarse a la coyuntura y tener un discurso acorde con los tiempos”.

La herramienta ChatGPT escogió el mejor once titular en la historia del fútbol. | Foto: Foto: tomado de internet

Los partidos más derechistas creen que el ChatGPT es “woke” (un término usado despectivamente por sectores conservadores hacia una supuesta complacencia de la izquierda con las reivindicaciones de las minorías) y que está impregnado de los valores liberales y progresistas de Silicon Valley.

En Francia, el presidente del partido Agrupación Nacional (RN), Jordan Bardella, agita en las redes el espectro de “otro gran reemplazo” de la inteligencia artificial, en referencia a un supuesto plan de “gran reemplazo” demográfico que algunos sectores de la ultraderecha atribuyen a las olas migratorias hacia Europa.

OpenAI, o sus competidores como Bard (desarrollado por Google), tienen sin duda sesgos, como resultado de su entrenamiento a partir de un gran corpus de textos y filtros agregados por sus creadores para limitar la generación de comentarios reprensibles.

En Nueva Zelanda, el investigador David Rozado diseñó, sin publicarlo, el robot RightWingGPT, una IA entrenada para producir una argumentación conservadora, que apoye la familia tradicional, los valores cristianos y el libre mercado.

Elon Musk, el nuevo jefe de Twitter e inversionista de OpenAI, dijo en una entrevista durante el lanzamiento de la start-up que quería lanzar TruthGPT, una IA menos “políticamente correcta” que ChatGPT.

Por su parte, el Gobierno chino promulgo reglas para que la IA generativa “refleje los valores socialistas fundamentales”.

“Si alguien desarrolla un robot conversacional que siempre va en la misma dirección, podrá proporcionar elementos de lenguaje a personas convencidas pero interesará a mucha menos gente”, juzga Pascal Marchand, para quien no vale la pena “fantasear demasiado con la manipulación masiva que este medio podría representar”.

Como se sabe, el ChatGPT se trata de una inteligencia artificial que está entrenada para mantener conversaciones, de manera que solo se le tiene que hacer preguntas de manera convencional y el mecanismo las entenderá, por lo que ha generado toda una revolución en muchos aspectos de la vida privada y social de los habitantes del orbe.

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