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La forma más efectiva para que las sustancias facilitadoras de abuso surtan efecto es la vía oral. Uno de los síntomas más comunes es la amnesia anterógrada (sin posibilidad de recordar hechos recientes). | Foto: Archivo de El País

SEGURIDAD

Robo a personas en Cali ahora se están cometiendo hasta con sedantes

Este año van varios casos de hurtos a personas, luego del suministro de sustancias.

26 de mayo de 2019 Por: Redacción de El País 

Franklin Yesid Urrutia sintió que la consciencia se le desdibujaba luego de que la acompañante de un hombre en moto le arrojara un líquido en el rostro. Ocurrió hace dos semanas sobre la recta Cali - Palmira, casi a la altura del aeropuerto. Eran eso de las 6:00 de la mañana y Urrutia estaba retirando una rama que se había atorado en el motor de su motocicleta. Ocupado, escuchó a sus espaldas el freno de otro de estos vehículos. El conductor, que ya se había bajado, le preguntó si Palmira estaba cerca.

—Le dije que no, que solo a siete u ocho kilómetros— cuenta Urrutia. —Se me hizo raro y empecé a sospechar. Luego vi que la mujer que iba con el tipo ponía la mano sobre mi mochila, que había dejado sobre la moto. Ella me dijo algo así como que iban por los lados de un batallón, que no conocían mucho la zona y, de repente, me echa un líquido en la cara, creo que con un atomizador—.

Urrutia solo alcanzó a advertir los hechos ocurridos inmediatamente después: “el hombre hizo una señal a su acompañante, luego ambos se van y yo prendí mi moto de nuevo, aunque de esto último no estoy muy seguro”.

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El sol de la tarde lo despertó en medio de un cañaduzal. Intentaba ponerse de pie, pero su conciencia aún estaba desdibujada. No logró recuperarla hasta las 11:00 de la noche, cuando caminó en medias hacia el peaje ubicado sobre la carretera y descubrió que su moto estaba al otro lado.

—Me robaron el celular, $120 mil que tenía en el bolsillo y las botas de trabajo. Mis documentos, como la cédula, estaban en la mochila, que afortunadamente estaba en la moto. No recuerdo si fui yo quien la dejó ahí o la pareja que me quitó mis pertenencias. Lo bueno es que pude contactar de nuevo a mis familiares, que ya me andaban buscando por todo lado—.

Urrutia sufrió uno los síntomas más conocidos de los fármacos como el clonazepam o la escopolamina, amnesia anterógrada, cuando acontecimientos recientes no quedan guardados en la memoria a largo plazo. Todo producto de una sustancia alucinógena y depresora del sistema nervioso central, aprovechada por delincuentes que roban a sus víctimas de forma sutil, solo adormeciéndolas, aseguran las autoridades.

Algo parecido le sucedió hace un mes al periodista Jairo Aristizabal Ossa, en un parqueadero de un centro comercial del sur de Cali.

En un programa de televisión el comunicador hizo la denuncia y contó que un hombre se le acercó, le preguntó por su hijo, que si seguía en la universidad, él le respondió y luego estuvo diez minutos en blanco. Luego se dio cuenta que le habían robado su celular y un dinero. Al respecto, el periodista no quiso dar más detalles del caso y aseguró que instauró la denuncia ante las autoridades competentes.

Y el jueves pasado, las autoridades reportaron que una menor de 15 años, que había sido reportada días antes como desaparecida por sus familiares, fue encontrada en el barrio Villa del Mar, en la Comuna 1 de Cali, bajo los efectos de una sustancia desconocida.

Alrededor de tres casos, sobre todo como los de Franklin Yesid Urrutia en la recta Cali - Palmira, se reciben al año en el Hospital Universitario del Valle, HUV.

“Los pacientes son muchas veces encontrados en vías públicas, con alteraciones del estado de consciencia, que va desde la somnolencia hasta el sopor”, explica Maurice Fernando Rojas, toxicólogo de este centro médico.

Agrega que estas sustancias, necesariamente, solo surten efecto a través de la vía oral, por lo que sugiere no recibir alimentos de desconocidos, especialmente en buses intermunicipales o bancos, en los días de quincena o cuando los mayores van a reclamar la pensión.

“No es cierto que estas sustancias tengan efecto al aplicarlas por la piel o vía respiratoria, así como tampoco deja secuelas”, afirma.

Aun así, Urrutia no supera del todo el episodio ocurrido a mitad de una carretera intermunicipal, minutos después de salir de su trabajo en una empresa de construcción.

—Uno como que sigue traumado por lo ocurrido, con esos dolores de cabeza tan fuertes que me dieron en ese momento, sin poderme sostener sobre mis pies—.

El mito más común a propósito de las también llamadas sustancias facilitadoras de abuso es la imagen del delincuente que arroja una especie de polvo a su víctima para adormecerla.

De acuerdo con Diana Marcela Pava, asesora como toxicóloga para la Policía Nacional y el Ministerio de Salud, la vía más efectiva para que la sustancia surta efecto en el organismo es la oral.

“Pese a que sí se han descrito casos de personas que se las aplicaron por vía respiratoria y de la piel, es más común que los delincuentes se sirven de jugos o galletas que dan a sus víctimas para aprovecharse de estas”, explica Pava.

Según la experta, no hay un tiempo estipulado de cuánto pueda durar la amnesia anterógrada, dado que depende de la cantidad de la sustancia aplicada y de cómo reacciona el cuerpo a este, por ejemplo, en los adultos mayores de 60 años.

Indica la experta que “si la víctima tiene enfermedades asociadas y edad avanzada, pueden llegar a presentar psicosis por mucho más tiempo (cuando se pierde contacto con la realidad)”.

No es raro que este efecto en el cuerpo concuerde con lo que le ocurrió a Juad Ferney Hernández, que desapareció el pasado 23 de marzo a las 5:30 de la tarde, hora de la que salía de su trabajo como contratista de la Gobernación del Valle. El hombre caminaba hacia la Calle 10, por donde acostumbraba coger un bus que lo llevara a su casa.

—Recuerdo que una mujer me tocó la espalda mientras caminaba, tal vez para limpiarme algo, no sé, no tengo muy claro ese momento. Solo sé que de ahí en adelante no logro recordar nada—.

Hernández estuvo desaparecido durante un día, tiempo en el que sus familiares empezaron a postear su foto en redes para dar con él. No sabían que el hombre deambulaba más de 24 horas por las calles del centro de Cali hasta que su mente empezó a esclarecer por dónde pisaba para así dar con su casa en el barrio Colseguros, casi a dos kilómetros del edificio de la Gobernación, sin contar los recovecos con los que pudo haberse encontrado. Regresó a su casa el 25 de marzo.

—Llegué bastante cansado, con la camisa y el jean sucios. En la casa me recibió mi mujer, yo todavía medio confundido. Luego me llevaron al hospital, en donde me hidrataron y dieron de alta en horas de la tarde—.

Según Hernández, no le robaron nada, ni los $10.000 que llevaba en la billetera, ni la tarjeta del banco al cual ya le habían consignado el sueldo de ese día, ni el celular que ya se lo habían quitado en un atraco del que había sido víctima la semana anterior.

De acuerdo con la toxicóloga Pava, el efecto de estas sustancias es más efectiva en niños, pero anotó que no se dan tantos casos entre menores de edad con fines delictivos, sino más bien por accidentes, “en donde el niño llega a ingerirlas sin saber qué es”.

Otras sustancias

“El Instituto Nacional de Medicina Legal no reportó ninguna muerte el año pasado asociada a la escopolamina”, dice Marcela Pava, asesora como toxicóloga para la Policía Nacional y el Ministerio de Salud, “es decir, la escopolamina no es la única sustancia por la que uno se debe preocupar”.

Pero anota que no se sabe exactamente cuántas pueden ser utilizadas con fines delictivos, tanto de hurto como abuso sexual, dado que hasta medicamente para generar sueño son aprovechadas por personas malintencionadas.

“Lo que quiere el victimario es hurtar o abusar a la persona sin matarla. Para ello se puede servir hasta del clonazepam. Muchas veces la gente asocia estos casos con la escopolamina, pero no es la única sustancia causante”.

Agrega que antidepresivos tricíclicos o medicamentos que sirven como sedantes (o hipnóticos) son otros ejemplos de sustancias facilitadoras de abuso.

“Estas pueden llegar a provocar la muerte, pero no por sobredosis, sino por una intoxicación asociada a la enfermedad de una persona -como deterioros respiratorios-, pero también cuando son combinados con bebidas alcohólicas, lo que potencia su riesgo”, acota.

Hasta abril de este año se registraron 459 casos de intoxicaciones por razones delictivas a nivel nacional, según indicadores del Instituto Nacional de Salud, INS.

Natalia Chaverría Sepúlveda recuerda que en 2009 un hombre, que se hizo pasar como de la Fiscalía, le suministró alguna sustancia y terminó robándose varios elementos de valor de su apartamento.

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