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Gabriel Enrique González fue capturado por el homicidio de su hijo de 5 años. | Foto: Foto: Fiscalía General de la Nación

COLOMBIA

Menor asesinado por su padre reabre debate: ¿Qué hacer para evitar la violencia contra los niños?

El caso de Gabriel Esteban no es un hecho aislado, en Colombia este tipo de violencia estaría en aumento.

9 de octubre de 2022 Por: Redacción de El País y Colprensa

Un profundo dolor e indignación nacional fue lo que provocó la semana pasada el asesinato del niño Gabriel Esteban, de cinco años, a manos de su padre, en un hotel de Melgar.

¿Cómo una persona puede hacer algo tan cruel contra un niño de cinco años? ¿Cómo un niño puede ser asesinado por su propio padre? Son preguntas que los colombianos se hacen y que desafortunadamente no tienen respuestas.

Pero lo que hace aún mas doloroso este caso es que se pudo haber evitado. Su madre había solicitado protección ante el temor de convertirse en víctima de violencia intrafamiliar por parte de su exesposo, Gabriel Enrique González, pero de nada sirvió, pues, sin que nadie pudiera impedirlo, el hombre se llevó al niño con destino a su muerte.

Expertos en la materia coinciden en que este caso es un buen ejemplo de que el sistema de prevención de situaciones de violencia contra menores de edad es ineficiente, en medio de la maraña de entidades judiciales y administrativas que lo componen y que no están presentes en el 100% del territorio nacional.

Se pudo haber evitado
Para Angélica Cuenca, secretaria ejecutiva de la Alianza por la Niñez colombiana, estos casos, que se conocen como violencia vicaria (cuando un padre utiliza la violencia contra un niño para provocar un daño a la madre) van en aumento.

“Esta es una violencia de género ejercida contra las mujeres en donde el agresor atenta contra la integridad de sus hijos o hijas. Qué busca el agresor: generar miedo, generar una necesidad de que la persona siga al lado con tal de que no les haga daño a los hijos”, explicó el experto.
Si hubiese una respuesta eficaz cuando la madre Gabriel Esteban denunció la violencia intrafamiliar que sufría, el asesinato del niño se pudo haber evitado.

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“Aquí lo que se debió haber desplegado son acciones de protección al niño y a la mamá, porque sabemos que en estos casos, lastimosamente, las acciones no son cometidas solo contra la mujer, sino contra su núcleo familiar, se hubiesen podido restringir las visitas hacia el niño si se hubiera generado un esquema de protección a la mamá”, agregó la experta.

Saúl León, abogado penalista, concuerda con Cuenca en que las medidas de protección, al ser de carácter administrativo se quedan cortas, “lamentablemente las normas son muy flexibles en estos casos y permiten incluso que el agresor pueda acercarse a sus víctimas y, como ocurrió en el presente caso, materializar una agresión que terminó en homicidio”.

¿Por qué no opera la justicia?
Para el abogado León, las penas que contempla el código penal colombiano, Ley 599 del 2000, son bastante severas para los delitos en contra de los menores, pues no permiten en ningún caso rebaja de penas o beneficios.

Pero, en materia de prevención, las normas se quedan bastante cortas.
“Es importante que el Congreso modifique la ley de infancia y adolescencia e incorpore al ordenamiento jurídico leyes eficaces que permitan la protección real y efectiva de los menores frente a cualquier manifestación de una amenaza de violencia en contra de su integridad”, señaló León.

Por su parte, Angélica Cuenca afirmó que la protección de los niños no solo debería recaer sobre el Icbf, sino en una labor coordinada de varias entidades estatales.

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“Lo que necesitamos es una articulación para que sectores que involucren a los infantes, atiendan realmente las situaciones y prevengan los casos para que los entornos cada día sean más protectores de los niños y niñas. No puede ser que los niños mueran en el espacio público, mueran en el transporte público, mueran en espacios donde deberían estar totalmente protegidos”, afirmó.

Crimen para provocar terror
Según versiones preliminares, González le confesó a su expareja el asesinato de su hijo por medio de un mensaje de WhatsApp: “Hora fallecimiento 3:55 de la mañana. Asfixia mecánica. No sufrió. Ahora ya puedes disfrutar sola con Edilson y Wesly sin Tricitico, ni mucho menos yo. Felicidades”.

Era la macabra forma de vengarse por el solo hecho de tener una nueva pareja. “Ahí está claro: o el Chunco o Gabriel Esteban, usted escogió al campesino”, le dijo.

Además de estos mensajes escritos, el asesino le envió una foto del menor muerto, a quien se había llevado pasado el 1 de octubre porque era su turno de estar con él.

Lo recogió en la casa de su madre, entró al baño y luego se lo llevó a una reunión familiar, pero nunca lo llevó de vuelta.

Horas después le avisó a su ex-esposa que había dejado una memoria USB en el baño de su casa. En esta le reclamaba por cosas que habían pasado durante la relación y le anunciaba que su hijo moriría.
Con este mensaje, la madre acudió a las autoridades, pero ya era demasiado tarde, el 3 de octubre en la habitación 205 de un hotel en Melgar, Tolima, las Policía encontró el cuerpo del menor sin vida.
Luego de conocido el caso, Gabriel Enrique González fue detenido, inicialmente por soborno, ya que en el momento de su captura ofreció a los policías la suma de $50.000 para que lo dejaran libre.
Creyó que después de la audiencia quedaría en libertad, pero fue inmediatamente recapturado y llevado a audiencia por el asesinato de su hijo.

Según el penalista León, la pena que podría recibir puede oscilar los 40 a 60 años de cárcel. Aunque González aceptó los cargos, las normas prohiben cualquier tipo de beneficio o rebaja por esta razón por ser la víctima un menor.

Además, el homicidio es considerado agravado por haber sido cometido contra una persona menor de 14 años y porque el asesino es su padre.

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