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En Cali, las peleas se volvieron a muerte

El 14% de los homicidios en Cali ocurren por riñas. Las autoridades han llegado a acudir hasta a 1.738 en un fin de semana. La Policía Metropolitana estima que el 60% de las riñas son motivadas por intolerancia, agravada por el consumo de licor o de sustancias sicoactivas. Viaje al problema.

29 de agosto de 2010 Por: Yesid Toro Meléndez | Reportero de El País

El 14% de los homicidios en Cali ocurren por riñas. Las autoridades han llegado a acudir hasta a 1.738 en un fin de semana. La Policía Metropolitana estima que el 60% de las riñas son motivadas por intolerancia, agravada por el consumo de licor o de sustancias sicoactivas. Viaje al problema.

El agente está sentado frente al volante de la patrulla. Se alista para tomar el segundo tinto del turno. Es la 1:25 de la madrugada del jueves 19 de agosto en el barrio Miraflores, en el oeste de Cali. A tres cuadras de allí uno de sus compañeros le reporta la novedad: “hay un 910 por 634. Vengan rápido, mire que la situación es delicada, un hombre le pegó una puñalada a otro”. El primero de los códigos indica que se trata de un herido y el segundo que el hecho se presentó por una riña. Una que comenzó porque un vecino le dijo al otro “marica”. Y se exacerbó porque ambos hombres habían ingerido dos botellas de aguardiente. Suficiente combustible como para prender la mecha de un pleito que dejó a uno de ellos con sus brazos cortados y al otro casi con las entrañas expuestas. Esa noche, la Policía Metropolitana atendió un promedio de 400 peleas en toda la ciudad, casi todas entre vecinos. Como los de Miraflores, que llevaron sus diferencias al filo de la muerte. El 22 de agosto, en Terrón Colorado, también en medio de tragos, una pelea desató una de las mayores matanzas por intolerancia que se hayan registrado en Cali. Marcial Dorado, un albañil que según dicen era tan callado que había que sacarle las palabras a la fuerza, silenció la vida de cuatro de sus vecinos. Tras una serie de investigaciones la Policía Judicial determinó cuál fue la razón que encolerizó a este hombre: Marcial estaba muy ebrio, así que alguien lo golpeó en el rostro y luego lo sacó por la fuerza del lugar donde estaba, una casa donde se celebraban unos cumpleaños. Luego, apretando el gatillo de un revólver 38 largo, Marcial terminó la fiesta a bala. Ese fin de semana las unidades de Policía no dieron abasto: 1.738 riñas entre la noche del viernes y el amanecer del domingo fueron suficientes para llenar de lesionados todos los centros de salud de la Red de Ladera, el Hospital Universitario del Valle, el Carlos Holmes Trujillo y el San Juan de Dios.A este último centro asistencial llegaron dos hombres con heridas de cuchillo en la noche del sábado 21 de agosto. Se habían enfrentado en su barrio, pero siguieron la pelea dentro de la casa de salud. “Llegaron al punto de dañar una batería sanitaria y una puerta recientemente reparadas. Lo peor fue que se hicieron más daño y los tuvieron que llevar a cirugía. Estaban borrachos”. El episodio es contado por Iván González, gerente del San Juan de Dios, quien agrega que casos como estos son comunes, sobre todo en los fines de semana. El reciente puente festivo del 15 y 16 de agosto dejó como resultado 130 heridos. Durante el pasado fin de semana hubo 13 homicidios y 36 lesionados, la mayoría en medio de peleas callejeras. La Policía Metropolitana estima que el 60% de las riñas son motivadas por intolerancia, agravada por el consumo de licor o de sustancias sicoactivas. En esos tres días de 1.738 riñas, los reportes eran tantos que los 28 policías que atienden en el Número Único de Emergencia 1.2.3, debían contestar cada uno hasta 30 llamadas por hora. El mismo comandante de la Policía Metropolitana de Cali, general Miguel Ángel Bojacá, reconoce lo grave de la situación al indicar que al llegar el viernes en la noche por cada hora se registran entre 20 y 25 llamados por disputas. El tema no es nuevo en Cali, sólo que, según expertos, los enfrentamientos son cada vez más violentos. En el 2009 las riñas representaron el 12% de los homicidios, es decir 213 de las 1.794 muertes violentas que hubo. Pero en el 2010 el porcentaje creció: 159 de los 1.137 asesinatos hasta el 25 de agosto fueron por disputas, es decir el 14%.Disputas como las que acabaron con la vida de Edwin Andrés López, de Medison Parra Caicedo Muñoz y de Luis Enrique Vallejo Cortez, solo para nombrar algunos. A este último, muerto en el barrio Villablanca, no solo le propinaron cinco disparos sino que lo apuñalearon en siete ocasiones. La causa: el cobro de una deuda que generó una pelea. Las autoridades dicen que mientras en el 2008 el promedio de disputas callejeras por consumo de licor e intolerancia era de 600 cada fin de semana, este año es de 400 casos de lunes a viernes y 900 los fines de semana. Las estadísticas indican que desde hace dos años estas peleas suceden en las mismas zonas de la ciudad donde se reportan la mayor cantidad de muertes violentas: las comunas 13, 14, 15, 16, 21, 20, 10 y 6. Algunos de los barrios más afectados son Los Mangos, Floralia, Mariano Ramos y El Diamante. Pero, ¿qué hace que en Cali, la ciudad de la rumba y la alegría, la gente no se tolere?“No me mirés, o te mato”Martes 24 de agosto, 7:50 p.m. Jaime* llegó a su casa en el barrio Petecuy III con un alto grado de excitación debido al consumo de alucinógenos. Tiene 60 años. Su hermano menor le reclama y éste responde con un golpe que fue seguido de una palabra soez y de otro puñetazo. A Jaime su familiar le da una paliza con una pesada cadena de hierro con la que le golpeó la cabeza hasta sangrar. Una patrulla llegó al sitio, Jaime se calmó y fue llevado a un centro hospitalario para que lo curaran. A las 8:30 de la noche ya estaba en libertad. Mientras los uniformados gastaron casi una hora resolviendo este percance familiar, otras zonas de la Comuna 6, como San Luisito, Floralia, Gaitán, carecían de suficientes policías para que vigilaran las calles y evitaran atracos y homicidios. “Estar atendiendo estos llamados nos impide disponer de gente para seguir bandas criminales y sicariales o para las vigilancias a las viviendas o para la gestión comunitaria. Las riñas le quitan tiempo a todo esto”, dijo el general Bojacá. Un especialista consultado por El País, advierte, sin embargo, que el hecho de que la gente llame más a las autoridades indica que se está entrando en la cultura de la denuncia. “Cada caso intervenido es un potencial homicidio que se evita”, señala el experto. Pero el subdirector del Instituto Cisalva, Andrés Fandiño, cree que si bien el aumento en las denuncias es bueno ya es hora de que el Gobierno fortalezca de manera efectiva los programas de prevención y “para que la gente entienda que no se puede estar a toda hora con un policía encima”. Y es que las causas por las que los caleños se pelean son a veces insólitas. Desde una riña por una bolsa de basuco, pasando por la disputa de un novio o novia a una tocada de cara. “Hemos tenido que atender llamadas y cuando llegamos encontramos a dos mujeres peleando por un muchacho. Incluso, estuvimos en un caso donde un tipo mató a otro porque no le pagó un chico de billar. Estando allí casi se arma otro problema porque un muchacho le dijo a otro: “no me mirés, o te mato”, relató un policía que hace dos años trabaja en la Comuna 6. De hecho el uniformado dice que es tal la intolerancia que, sobretodo en días de quincena, la gente ingiere licor al grado de cerrar las calles. “Es ahí donde uno llega a la 1:00 de la madrugada a prevenir, pero hay que andar con cuidado porque en un grupo de más de 30 hombres es mejor no alborotar lo que puede terminar en una asonada”, cuenta el policía. Para todas las riñas de los fines de semana en Cali solo hay disponible un Comisario de Familia. ¿Acaso ese funcionario podrá llegar al mismo tiempo a las 25 peleas que se registran cada hora?Los hospitales están afectadosEl alto número de riñas en Cali está generando congestión, problemas de seguridad y un alto consumo de recursos en los hospitales de la ciudad. Así lo manifestaron directivos de los hospitales Universitario del Valle, HUV y San Juan de Dios. De acuerdo con Laureano Quintero, jefe del equipo de reanimación del HUV, al menos el 20% de las 2.340 personas que llegaron heridas hasta el 31 de julio a este centro asistencial, corresponden a casos por peleas callejeras. “Si no tuviéramos este escenario continuo de riñas, los recursos servirían más para atender otras emergencias relacionadas con úlceras, cesáreas o apendicitis. Cada herido en riña puede costar al hospital hasta 500 millones de pesos, según su complejidad, y eso afecta lo recursos del hospital”, dijo el galeno. Por su parte, Iván González, director del San Juan de Dios, advirtió que por cada persona que llega herida por disputas se dejan de atender tres urgencias de otro tipo.Algunas iniciativas Con el fin de reducir los altos índices de mortalidad en jóvenes entre 15 y 29 bajo por los efectos del alcohol, la Red de Salud de Ladera y la Universidad Libre, firmaron un convenio para desarrollar un plan de prevención del consumo de dicha sustancia psicoactivas durante cinco meses en diferentes comunas. La Policía tiene en marcha por toda la ciudad diez CAI móviles, que costaron cerca de tres mil millones de pesos, según la Alcaldía. Estos previenen delitos y riñas.

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