Caso Valeria Afanador: sospechas de rapto y cambios en el colegio complican la investigación en Cajicá

La desaparición de Valeria Afanador Cárdenas, de 10 años, vista por última vez el pasado 12 de agosto, sigue rodeada de incertidumbre luego de que se le perdiera el rastro en el Gimnasio Campestre Los Laureles, en Cajicá, Cundinamarca.

Julián Quintana, abogado contratado por los padres de Valeria aseguró que la institución habría modificado el sitio donde presuntamente ocurrió la desaparición, lo que podría afectar la investigación.

“Hemos hecho mucho énfasis en la Fiscalía en que debe haber un responsable, el cual, sin duda alguna, es el colegio, desde la rectora hasta el portero, porque ellos son los garantes por su protección y supervisión”, dijo el jurista.

El sábado 23 de agosto, Quintana y su equipo realizaron una inspección en la vereda Río Frío, sector cercano al colegio. Allí, según explicó, encontraron cambios estructurales posteriores al hecho, “cosas que en la representación de víctimas nos preocupa como la manipulación y alteración de la escena del delito”, apuntó.

“Los huecos que tenían las rejas y por donde se supone que la niña fue sacada o salió, encontramos que el colegio los tapó totalmente, puso rejas nuevas e hizo rellenos de tierra y de escombro. Todo eso es muy negativo para la investigación”, añadió.

De acuerdo con el abogado, la ausencia de rastros de Valeria refuerza la teoría de un rapto.

“Ellos ven hoy con más fuerza la teoría del secuestro”, afirmó. Según el abogado, podría tratarse de un “rapto quirúrgico” porque no hay indicios en el colegio ni en el río cercano.

Las autoridades han centrado parte de los operativos de búsqueda en el río Frío, con un barrido de más de seis kilómetros en ambas direcciones. No obstante, los organismos de socorro aseguran que la posibilidad de que la niña haya caído al afluente es mínima.

La Gobernación de Cundinamarca y la Alcaldía de Cajicá mantienen vigente una recompensa de 70 millones de pesos para quien entregue información que permita ubicar a la menor.

Mientras tanto, la institución educativa intenta retomar la actividad escolar bajo estrictos protocolos.

En un audio filtrado por el medio local Chía Radio de una reunión con padres de familia, la rectora anunció la instalación de nuevas cámaras de videovigilancia, monitoreo permanente de las grabaciones y patrullajes motorizados privados durante la noche, con rondas cada dos horas tanto dentro del plantel como en los alrededores.

También se dispuso reforzar la seguridad con nuevas cámaras en zonas externas del colegio cercanas al río.